Quiero que mi hijastra de 25 años se vaya: mi casa no es un “centro de caridad”

Crianza
hace 2 horas

Las familias ensambladas se enfrentan a menudo a retos únicos, sobre todo cuando la dinámica familiar cambia con la llegada de un nuevo bebé. Para Gloria, una futura madre, la situación se ha vuelto especialmente compleja. Cree que ha llegado el momento de que su hijastra de 25 años se mude para hacer sitio al bebé. Sin embargo, esta decisión ha desencadenado un gran drama familiar que Gloria no había previsto. Nos contó su historia.

Esta es la carta de Gloria:

Hola, Gloria. Gracias por abrirte y compartir tu historia. Hemos recopilado algunos consejos que podrían ayudarte en el futuro.

Mantén una conversación tranquila y estructurada con tu esposo

En lugar de reaccionar con ira, siéntate con tu esposo para discutir la situación racionalmente. Subraya el impacto de su decisión en su economía común y en el futuro de su creciente familia.
Utiliza argumentos concretos, como que los ahorros estaban destinados a una casa más grande para acoger al bebé y que alquilar un piso para su hija socava esos objetivos.

Insiste en tu necesidad de colaborar en las decisiones financieras, sobre todo ahora que están a punto de tener un bebé juntos. Deja claro que lo que te preocupa no es apartar a su hija, sino establecer prioridades justas.

Ofrece un compromiso para la transición de tu hijastra

Proponle una solución intermedia en la que tu hijastra disponga de un plazo fijo para la transición a la independencia sin depender de tus ahorros compartidos. Por ejemplo, sugiérele que se quede con un pariente o que busque un alojamiento temporal compartido mientras se estabiliza económicamente.

De este modo, no se la obliga a irse del todo, pero la economía familiar no se resiente. También puedes proponerle que la ayudes a encontrar trabajo o que la ayudes con su presupuesto, si ese es uno de los problemas a los que se enfrenta.

Establece límites financieros

Si tu esposo insiste en mantener a su hija, insiste en transparencia sobre las finanzas familiares. Establece límites claros sobre qué parte de los ahorros (si los hay) puede destinarse a su piso o a otros gastos. Por ejemplo, si está decidido a ayudar, sugiérele que utilice una fracción de sus ingresos personales, no de los ahorros compartidos.

Esto protegería las necesidades de tu bebé y garantizaría que los objetivos financieros más amplios, como una casa más grande, no se desbaraten.

Céntrate en reforzar tu posición

Si tu esposo no está dispuesto a ceder, céntrate en asegurar tu futuro y el de tu bebé. Considera la posibilidad de buscar apoyo externo, ya sea de un asesor que medie en este conflicto o de familiares que puedan ayudarte a hacer valer tus necesidades.

Asegúrate de estar informada sobre tus derechos económicos por si la situación se agrava. No se trata de poner en peligro tu relación, sino de asegurarte de que tú y tu bebé tienen una base estable, aunque las prioridades de tu marido difieran.

Comentarios

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Tuviste suerte, si hubiera sido yo y hubieras querido echar a mi hija, te hubiera sacado a la calle y al pequeño lo hubiera criado con ella. Se nota que sos una persona muy mala.

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