Se hizo una cirugía de glúteos hace más de 10 años, pero algo salió mal y ahora está al borde de la muerte

Historias
hace 10 meses

Saltó a la popularidad durante la segunda temporada del reality Gran hermano en Argentina y desde entonces su presencia en los medios se ha mantenido constante. Sin embargo, en 2010 un imprevisto la obligó a reconfigurar su carrera y su vida por completo. Aquí te contamos la historia de Silvina Luna, que pasó de un simple procedimiento estético a esperar un trasplante de riñón, y te invitamos a reflexionar sobre hasta dónde pueden llevarnos los estereotipos estéticos de la sociedad de hoy.

En el año 2010, Silvina Luna optó por someterse a una cirugía estética con un doctor conocido como “el cirujano de los famosos”, quien le realizó una liposucción y mezcló su propia grasa con metacrilato para luego inyectársela en sus glúteos.

La situación de la actriz comenzó a complicarse en 2013, pero no fue hasta julio de 2014 que decidió hacer pública su condición de salud. En aquel momento, después de que se difundiera la noticia de su hospitalización en el Hospital Italiano debido a problemas renales, Silvina decidió usar sus redes sociales para tranquilizar a sus seguidores: “Estoy bien, bajo observación debido a un cólico renal”, escribió sin brindar más detalles.

Algunos días después, volvía a abordar el tema y mencionaba por primera vez al polémico cirujano contando su experiencia: “Mi trabajo está estrechamente vinculado con la imagen y existen muchas presiones para cumplir con ciertos estereotipos. Cuando era más joven, decidí someterme a una intervención quirúrgica para mejorar aún más mi apariencia. Deposité mi confianza en un médico y, lamentablemente, recibí sustancias tóxicas en mi organismo. Me siento en la obligación de compartir mi experiencia con otras chicas que están pasando por situaciones similares”.

De a poco, mientras el tiempo corría y su salud de iba deteriorando, fue dando más detalles de su condición y confesó que, a los 30 años que tenía por aquel entonces, debía someterse a los mismos cuidados y restricciones que una mujer mayor: “El riñón y otras cosas resultaron afectados. En cierto sentido, siento que mi vida ha sido arruinada. El problema fue diagnosticado en 2013, y desde entonces debo ir al médico una vez por semana y tomar más de un medicamento al día”.

Silvina vivía angustiada, sin saber cómo se sentiría al día siguiente: “Tengo miedo y esta angustia ha afectado todos los aspectos de mi vida, tanto a nivel psicológico como en general. Ya se ha confirmado que el producto que me inyectaron está prohibido”. Además de ella, muchas otras chicas confiaron en el mismo profesional y vieron su salud gravemente afectada. Fue así que acompañada por ellas, decidió llevar el caso a la justicia y hacerle a su cirujano un juicio por “mala praxis”.

Lamentablemente, desde 2017 en adelante su salud se fue agravando y tuvo que internarse y ser intervenida varias veces porque sus funciones renales estaban desestabilizadas. Ocurre que la sustancia que le inyectaron en los glúteos durante la cirugía le produjo una intoxicación que le causó hipercalcemia e insuficiencia renal.

Su situación empeoró aun más a comienzos de este año, cuando anunció que sus riñones no funcionaban por sí solos y necesitaba un trasplante. Meses después, en abril, se mostraba desde una clínica haciéndose diálisis.

Fiel a su estilo de mostrar su paso a paso en las redes, a principios de junio Silvina hizo un posteo desde su cuenta de Instagram a punto de entrar al quirófano. Iban a sedarla para inyectarle una medicación intravenosa. El objetivo era combatir una bacteria que desde hacía un tiempo tenía en su cuerpo y le impedía cualquier posibilidad de trasplante, además de ponerla en riesgo de vida.

Esa fue su última aparición, tan solo cuatro días después fue internada en terapia intensiva con asistencia respiratoria. La bacteria entró al torrente sanguíneo y le provocó un deterioro generalizado. Al día de hoy continúa intubada.

En febrero de 2022, el cirujano plástico fue condenado a cuatro años de prisión y cinco años de inhabilitación para ejercer la medicina. Esta decisión se basó en las evidencias presentadas de las “lesiones graves” infligidas a cuatro de sus pacientes. El daño fue ocasionado por utilizar un relleno que contenía microesferas de polimetil metacrilato (PMMA) que está prohibido en ciertas áreas del cuerpo y en cantidades que superan las recomendadas por la comunidad científica.

Sin embargo, a pesar de las condenas que pesan en su contra, él aún sigue ejerciendo y con la matrícula vigente. Desde aquí deseamos que se haga justicia y nos sumamos a los buenos deseos hacia la actriz, que desde el mes pasado inundan las redes.

El estereotipo social que parece decirnos desde todos los medios posibles cómo debe verse la mujer perfecta puede llevar a quien no se siente segura con su cuerpo a someterse a las más cruentas cirugías, incluso más de una vez. Afortunadamente, el tiempo nos dice que, al tiempo que el estereotipo crece, también lo hace la toma de conciencia acerca de aceptarnos como somos y aprender a querernos así, tal como nos vemos en el espejo.

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