Se postuló a un trabajo y se burlaron de él por “feo”, pero decidió darles una lección
Una de las telenovelas más famosas de todo el mundo, Yo soy Betty la fea, aborda la apariencia física como una desventaja al momento de conseguir trabajo. Aunque parezca gracioso, a veces la realidad puede superar a la ficción. A pesar de que la belleza es solo un concepto, miles de personas se enfrentan, a diario, al hecho de no encajar dentro de los estándares que nuestra sociedad considera como bellos.
Esta historia transcurrió en Vietnam. Su protagonista era un joven de veintiséis años dedicado al maquillaje. Su mundo se rodeaba de la belleza y de cómo él transformaba a las personas para que se sintieran mejor consigo mismas, incluso logrando otorgarles un poco más de autoestima a sus clientes. Sin embargo, Do Quyen, el maquillador, necesitaba, también, una dosis extra de seguridad y amor propio.
Había sido ya rechazado, en varias oportunidades, de ofertas de empleo, incluso la última vez que estuvo en una entrevista de trabajo, el entrevistador se burló de él. Su pecado no era otro que el de su apariencia física, considerada por muchos como “fea”. Así es, como si se tratara de un cuento de hadas, Do Quyen vivía al margen de los buenos empleos, por “feo”.
Sin embargo, esa fue la gota que derramó la copa. Cansado del rechazo y de las burlas, Quyen decidió pasar por el quirófano para darle una nueva apariencia a su rostro. Según contó, pasó por nueve cirugías estéticas que lo transformaron en una nueva persona, al menos, físicamente. Su historia fue conocida por millones de personas gracias a una publicación que hizo en TikTok.
Muchos dudan de que realmente sea el mismo, por lo que Quyen ha tenido que lidiar con el escepticismo. Incluso dijo: “La primera vez que llegué a casa después de una cirugía plástica, mis padres no me reconocieron. Aunque ya me lo esperaba, no pude contener las lágrimas”.
El joven maquillador tuvo que invertir más de diecisiete mil dólares en cirugías importantes, que incluyen rinoplastia, implantes de mentón, carillas de porcelana, remodelación de labios, cirugía de doble párpado, implantes de labios, entre otras.
Finalmente, Do Quyen trabaja como maquillador en Saigón, su aspecto está lejos de la de aquel joven que era humillado por su apariencia física, pero eso sí, quiso dejarnos una enseñanza después de todo esto: “Sé siempre fuerte y encuentra la belleza en la que tengas más confianza. El estándar de belleza para mí es cuando te miras en el espejo y te sientes satisfecho y confiado”.