¡Si ves que el océano está rojo, no entres!

Curiosidades
hace 7 meses

La anomalía del mar Báltico. En 2011, un equipo de submarinistas bajó al fondo de la parte norte del mar Báltico en busca de un tesoro. Lo que encontraron fue un objeto bastante extraño. Cuando tomaron fotos y se las mostraron a los demás, muchos creyeron que se trataba de una nave espacial hundida de otra civilización. Otros pensaron que el objeto había sido formado por causas naturales, pero los metales del interior de la estructura definitivamente no podían haberse formado de manera natural. En la actualidad, algunos científicos incluso creen que fue algo que apareció durante la glaciación. Tal vez sea un meteorito que terminó atrapado bajo el hielo en aquel entonces.

Un maelstrom es un remolino, una especie de poderosa corriente rotativa que se forma cuando dos corrientes chocan y crean un vórtice circular. Hasta los intrépidos vikingos les temían, ya que eran fuerzas tan poderosas que podían hundir grandes barcos. Estos remolinos siguen siendo peligrosos incluso hoy en día. Por suerte, no para las grandes embarcaciones modernas, que son lo suficientemente grandes como para soportar su fuerza. Pero un crucero que se mete en un maelstrom suele enfrentarse a enormes olas que pueden sacudir de lado a lado incluso a los barcos grandes con bastante intensidad.

Un maelstrom puede acumular la fuerza suficiente como para convertirse en una especie de agujero negro submarino. Sí, los agujeros negros no solo están presentes en la fría extensión del espacio, también puedes encontrarlos en nuestro planeta, agitándose en los océanos. Son similares a los del espacio, ya que están tan compactados que nada de lo que atrapan puede escapar. Los agujeros negros submarinos suelen tener hasta 150 kilómetros de diámetro. Si te metieras en uno de ellos, probablemente ni te enterarías. Estos agujeros negros se comportan como vórtices. Sin embargo, debido a su tamaño, hasta los profesionales tienen problemas para ver sus límites.

Pasemos a algo más relajante. La próxima vez que vayas a la playa, presta atención y quizá veas un fenómeno óptico llamado destello verde. Puedes verlo poco después de la puesta de sol o justo antes del amanecer. Se produce cuando el sol está casi completamente por debajo del horizonte, mientras su borde superior sigue siendo visible. Durante uno o dos segundos, ese borde superior del sol se volverá verde. Esto se debe a que estás viendo el sol a través de las partes más gruesas de la atmósfera mientras se mueve hacia abajo. A medida que se sumerge en el horizonte, la luz se refracta (o se dobla) en la atmósfera y se dispersa. Para ver mejor este fenómeno, espera a que sea un día despejado, sin nubes ni neblina en el horizonte.

Planeabas pasar el día nadando en el mar, solo para descubrir que el agua está... ¿roja? Mejor no entres. Florida es conocida por sus mareas rojas. Se producen cuando la concentración de un alga microscópica específica es superior a la normal. Miles de especies de algas en aguas marinas y dulces son en su mayoría inofensivas para los animales y los seres humanos. Incluso nos ayudan, ya que son una fuente importante de oxígeno. Pero algunas de ellas, como las algas que tiñen el océano de rojo, pueden ser extremadamente peligrosas para los animales marinos, como las tortugas, los peces y las aves marinas.

Este tipo de algas puede crecer sin control y producir neurotoxinas perjudiciales para los seres humanos, sobre todo para los que tienen problemas respiratorios. Es importante que estas personas eviten las zonas de marea roja, y más aún cuando los vientos son lo suficientemente fuertes como para empujar las algas hacia la orilla. Los volcanes pueden arrojar gases venenosos, cenizas y lava al rojo vivo, los peligros más obvios que la mayoría de nosotros ya conocemos. Pero los volcanes submarinos pueden ser muy engañosos a su manera. A veces, cuando se encuentran en aguas poco profundas, revelan su presencia lanzando restos de roca y vapor por encima de la superficie. Como los volcanes submarinos están rodeados de un suministro ilimitado de agua, pueden comportarse de forma diferente a los de tierra firme. Cuando entran en erupción, el agua del mar se introduce en los respiraderos submarinos activos.

La lava puede extenderse por un fondo marino poco profundo o incluso llegar hacia el mar desde volcanes terrestres. Cuando se encuentra en el agua, puede enfriarse tan rápidamente que se rompe y forma escombros y arena. Por esa razón, hay grandes cantidades de restos volcánicos allí. ¿Conoces esas populares playas de arena negra en Hawái? Así es como se formaron. Obviamente, la lava y las poderosas erupciones no suenan seguras. Pero los volcanes submarinos en aguas más profundas son igual de peligrosos por más que no necesariamente estén en erupción. Producen zonas de burbujas que reducen la densidad de las aguas circundantes, lo que incluso puede llegar a hundir barcos. Lo peor es que, si observas la superficie del océano, no notarás que algo anda mal. Mientras tanto, las pequeñas burbujas están ahí, haciendo que los barcos pierdan su capacidad de flotar, y con prácticamente ningún aviso.

El mar cruzado es un fenómeno inusual, hermoso de observar pero también muy peligroso. Ocurre cuando aparecen olas cuadradas, que son más comunes en las partes poco profundas del océano. Es algo que se puede ver a menudo en Francia o en ciertas playas de Tel Aviv, pero también puede ocurrir en varias zonas costeras de todo el mundo. Un mar cruzado se muestra como dos patrones de olas que viajan en ángulos oblicuos y producen esta forma de tablero de ajedrez. Suele ocurrir cuando dos sistemas de olas se encuentran o cuando un sistema empuja las olas en una dirección mientras un viento fuerte las empuja en otra. Estas olas cuadradas pueden ser peligrosas para nadadores y navegantes, ya que a veces resultan bastante impredecibles y altas, de hasta casi 3 metros. A veces, este fenómeno se denomina “paredes blancas”. Estas olas pueden ser tan potentes que incluso son capaces de volcar botes grandes.

Si llenas un vaso transparente con un poco de agua del océano y lo miras de cerca, verás que está lleno de partículas muy pequeñas. El agua de mar contiene sales disueltas, grasas, algas, proteínas, detergentes y otros trozos de materia artificial y orgánica. Si agitas ese vaso, verás que se forman pequeñas burbujas en su superficie. Así es como se forma la espuma del mar cuando las olas y los vientos agitan el océano. Si ves espuma de mar espesa, es posible que las floraciones algales la hayan producido. Y cuando las grandes floraciones de algas se deshacen en el mar, grandes cantidades de esa materia se desplazan en dirección a tierra firme. La mayoría de los tipos de espuma marina no son peligrosos para los humanos. Sin embargo, cuando las floraciones algales se deshacen, pueden tener un impacto negativo tanto en el medioambiente como en nosotros. Por ejemplo, cuando las burbujas de espuma de mar estallan, las toxinas que contienen se liberan en el aire, lo que puede irritar los ojos o causar otros problemas de salud.

Puedes ver macareos en las zonas donde un río desemboca en un mar o en un océano. Se trata de una marea poderosa que va contra la corriente y empuja el río hacia arriba. Un macareo entra en la categoría de algo llamado oleaje, que es un cambio repentino en la profundidad. Un macareo es un oleaje positivo, lo que significa que empuja el río hacia arriba y lo hace mucho más profundo. Un oleaje negativo ocurre cuando el río se vuelve poco profundo repentinamente. No se ven macareos en todas partes; para eso, el río debe ser poco profundo y tener una salida estrecha al mar. El lugar donde se encuentran el mar y el río debe ser plano y amplio. Además, la zona entre la marea baja y la alta debe tener al menos 6 metros de ancho.

Por supuesto, existen algunas excepciones, como el río Amazonas, el más grande del mundo. La desembocadura del Amazonas no es estrecha, pero el río presenta macareos. Esto se debe a que su desembocadura es poco profunda y tiene muchos bancos de arena e islas bajas. La marea es tan fuerte que el río no tiene delta. Sus sedimentos van directamente al océano Atlántico, donde las corrientes rápidas se los llevan. Los macareos suelen ser impredecibles y extremadamente duros: en muchos casos, cambian el color del río de verdoso o azul a marrón. Son capaces de dañar la vegetación o incluso arrancar árboles del suelo. Por eso, los deportes recreativos como el kayak y el surf fluvial pueden ser peligrosos en estas zonas. Por más que solo quieras echar un vistazo a un macareo, ten cuidado. Las mareas pueden barrer los miradores y llevarse lo que sea (o a quien sea) que esté allí.

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