Tengo miedo de mi suegra tras una reciente cena familiar con ella

Crianza
hace 6 meses

Al hablar de sus suegras, algunas personas eligen las palabras y expresiones más bonitas y muestran solo emociones positivas. Pero hay gente que llama a su suegra “monstruo”, y hay una razón para ello. Esto le ocurrió a nuestra protagonista de hoy, una mujer de 33 años que tenía las expectativas más optimistas sobre su futura relación con la madre de su esposo. Pero sus ilusiones se vinieron abajo después de ir a cenar con ella.

La relación fue fluida al principio

Ana, de 33 años, escribió una carta a nuestra editorial y, justo al principio de la misma, hizo una declaración. La mujer escribió: “Tengo miedo de mi suegra, aunque mi esposo dice que exagero. Necesito opiniones sobre si otras personas sentirían lo mismo en mi situación”.

La mujer escribió: “Mi marido Juan y yo llevamos 3 años casados. No es el primer matrimonio, ni para él ni para mí. Estoy divorciada y tengo una hija de 5 años de un matrimonio anterior. Juan también está divorciado.
Mientras que mi esposo sabe todo lo necesario sobre mi anterior matrimonio y la razón por la que me separé de mi ex, yo sé poco o nada sobre su anterior relación. Sin embargo, nunca he insistido en que me lo cuente todo con detalle. Ahora entiendo por qué siempre ha guardado silencio sobre este tema, porque, obviamente, su madre fue la razón por la que su exesposa huyó de él. Pero déjenme que les cuente mi historia desde el principio”.

Ana escribió: “La madre de mi esposo se llama Estrella, tiene 55 años, y Juan es su único hijo. Nuestra relación ha sido muy fluida desde el principio. Cuando la conocí, no sentí que me rechazara o algo así, fue educada, cordial y me sonrió sinceramente durante todo el camino. Pensé que era el comienzo de una relación agradable y amistosa con ella. Y ahora me doy cuenta de lo equivocado que estaba al pensar eso”.

Las primeras señales de alarma aparecieron cuando Ana se quedó embarazada

Ana continúa con su historia: “Estrella siempre ha sido una madre cariñosa con Juan. Cuando la visitábamos en su casa, me enseñaba las fotos de su infancia, miles de veces, y me contaba historias de la infancia de Juan, y yo ya me las sabía todas de memoria. Sin embargo, nunca la interrumpí y nunca me molestó escuchar las mismas historias una y otra vez. Pensaba que era bueno que Juan tuviera una madre tan cariñosa, no veía nada malo en su relación”.

Sin embargo, la actitud de Estrella pronto empezó a molestar a Ana. Explicó: “Ahora estoy embarazada de 5 meses. Cuando anunciamos nuestro embarazo, Estrella estaba muy contenta, no paraba de decir lo mucho que quería ya a su nieto. SÍ, ella insistía en que el bebé fuera un niño, y a Juan y a mí no nos importaba tanto el sexo, incluso pedimos a nuestros médicos que no nos dijeran el sexo del bebé, porque queríamos que fuera una sorpresa incluso para nosotros mismos”.

La futura abuela quería que su bebé fuera un niño, e incluso quería que se llamara como su hijo. Ana escribió: “Estrella insistió en dos cosas. Dijo que el bebé DEBÍA ser varón (como si pudiéramos influir en ello) y que DEBÍA llamarse Juan; no aceptaba ningún otro nombre. Esto fue para mí la señal de alarma de que era demasiado entrometida y posesiva con nuestro bebé aún no nacido, pero no hice ningún escándalo y me lo guardé para dentro”.

La relación se puso tensa después de una cena familiar

Ana confesó: “Un día, mi suegra y yo salimos a cenar. Geff y mi suegro estaban juntos en un concierto. Debo decir que mis suegros viven en otra localidad y se quedaron con nosotros unos días. Estrella siempre ha sido intensa y no se reprime a la hora de demostrar lo mucho que quiere a Juan. Creo que proyectó este sentimiento en nuestro bebé aún no nacido, de ahí su deseo de que sea un niño y que se llame Juan”.

La cena salió totalmente mal. La mujer reveló: “Bueno, en la cena, después de tres tazas de té de hierbas, mi suegra me miró y me dijo: ’Si alguna vez le rompes el corazón a mi hijo, te haré algo que recordarás toda la vida. Lo digo en serio. Y el padre de Juan también. Ya sabemos cómo tratar a las mujeres que hacen daño a nuestro hijo’”.

Ana escribió: “Me quedé tan atónita de que dijera esto después de tres años juntos y de entender lo fuerte que es nuestra relación (porque dijo en otra conversación: ’No podría haber pedido una esposa mejor para mi hijo. Ustedes dos son una pareja perfecta y tan bendecidos’)”.

Ana comprendió muchas cosas sobre su esposo y su familia

Ana escribió: “Desgraciadamente, estaba tan aturdida que no respondí como quería y balbuceé algo sobre que ella no tenía por qué preocuparse. Más tarde se lo conté a Juan y, para mi sorpresa, no se mostró horrorizado ni siquiera sorprendido. Simplemente yo no podía creer el tono con el que Estrella lo dijo, y sí que sonó como una amenaza. Pero mi esposo estaba tranquilo con toda la situación, me aconsejó que me relajara y que pensara primero en nuestro bebé”.

Ana confesó: “Ahora entiendo que había algo en la relación de Juan y su ex, algo que no estaba bien por parte de mi suegra. Quizá interfirió en su relación de forma parecida, y la exesposa de Juan estaba tan asustada como yo lo estoy ahora. En cualquier caso, quiero que mi suegra esté menos presente en nuestra vida, e incluso estoy pensando en prohibirle que vea a nuestro bebé. Tengo la corazonada, un instinto, de que puede hacerme algo malo a mí y al bebé. ¿Creen que estoy exagerando?”.

Imagen de portada freepik / Freepik

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