Un experimento en Kenia ha refutado el mito de que el dinero cambia a las personas
Hay un proverbio: "Dale un pescado a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá todos los días". Para verificarlo, la organización benéfica sin fines de lucro GiveDirectly se aventuró a hacer un experimento: durante 12 años, sin condiciones, dar 22 USD al mes a las personas pobres en África Oriental. Los resultados excedieron las expectativas hasta de los mismos organizadores.
Existe una fuerte convicción de que, si a la gente simplemente se le da dinero, dejará de trabajar y comenzará a gastarlo irrazonablemente en sus caprichos y malos hábitos.
Genial.guru te contará qué sucede en realidad en uno de los pueblos de Kenia.
¿Cómo difiere el experimento de los subsidios por desempleo?
A diferencia de un subsidio por desempleo, los kenianos recibirán dinero en cualquier caso, incluso si consiguen un buen trabajo oficial, el ingreso simplemente se sumará a su ganancia. Se considera que a la gente no le conviene buscar un trabajo inestable de bajo salario y perder un ingreso pequeño pero fijo, por lo que los subsidios no estimulan la búsqueda de empleo. El experimento está financiado por la Fundación Silicon Valley y por ciudadanos comunes a través del sitio web de GiveDirectly.
La idea está lejos de ser nueva, un experimento similar se llevó a cabo en 1968 por el presidente estadounidense Richard Nixon, y en la década de 1970 en Canadá. Los experimentos dieron un resultado positivo, pero el ingreso básico finalmente no se implementó.
¿Cómo gastaron el dinero los kenianos?
Esther, Victor y su recién nacida, Vianni
Durante varios meses, un monto de 1,000 USD se transfirió a su cuenta sin ninguna condición. Usaron los primeros 50 USD para cubrir los costos de la atención de Esther en el hospital local. Sin este dinero, habría tenido que dar a luz en casa, y es peligroso en la zona rural de Kenia. Perdieron a su primer hijo en su habitación durante el parto.
Con el resto del dinero, compraron materiales de construcción para una nueva casa. El año anterior, su casa se había quemado por el cableado. Finalmente, con lo que quedaba, Victor pagó la dote, una deuda que había pesado sobre él durante 3 años.
Grace, 22 años, granjera
"Con la primera parte del dinero compré dos bolsas de arroz y una cabra. Utilicé la segunda parte del dinero para alquilar 4 acres de tierra e invertir en plantaciones de arroz. Con la tercera transferencia compré dos vacas para protegernos en una situación de emergencia.
Además, pagaré los gastos escolares de los huérfanos que estoy cuidando... Uno de ellos cumplirá 8 el próximo año y comenzará la escuela. Finalmente, me gustaría expandir mi casa: los niños están creciendo y necesitamos un hogar más espacioso para vivir".
Washington, de 46 años, simple trabajador
"Ahora, mi calidad de vida es muy diferente. Ya no necesito cortar el césped cada vez que debo arreglar el techo. Ahora tengo un cómodo sofá en mi casa y puedo recibir invitados sin miedo. Las mayores dificultades que hay en mi vida en este momento, son los altos precios de los productos básicos y la falta de puestos de trabajo".
Lidia, 20 años, simple trabajadora
"Planeo comprar materiales de construcción, madera, clavos para expandir nuestra casa y pagar a un albañil. Ahora vivimos en una casa de una sola habitación. Cancelé la deuda de un préstamo, compré pan para mi familia, artículos para el hogar con los que soñé durante mucho tiempo y algunos muebles, porque antes solo teníamos sillas de plástico".
George, 41 años, granjero
"Tengo la intención de ampliar mi granja de arroz y comprar dos toros para arar los campos. Compraré grandes láminas de hierro para la construcción de una casa, porque antes vivíamos en una casa vieja con techo de paja que tenía goteras (Nota de ed.: Un húmedo techo de paja es un caldo de cultivo para los mosquitos y aumenta el riesgo de contraer malaria, mientras que el techo de metal, además, permite recolectar agua de lluvia).
Y finalmente, compramos la dote de mi esposa, como lo exige la tradición, y pudimos legitimar nuestra relación. Ahora nuestros padres han aprobado nuestro matrimonio".
Fenny, trabajador de medio tiempo
"Me gustaría usar parte del dinero para construir una casa nueva porque la mía está en malas condiciones. En segundo lugar, me gustaría tener electricidad, porque gastamos mucho en comprar combustible. Y finalmente, necesito comprar artículos para el hogar".
Serfina, pescadora
"En este momento tengo problemas con mi negocio, debo sacar parte del dinero para las necesidades internas por lo que mi negocio está en baja, no puedo expandirlo como me gustaría.
Planeo gastar algo del dinero en la enseñanza escolar de los niños, con otra parte comprar algo de ganado para que siempre haya leche, y gastar el resto para rescatar mi negocio de pescadería".
Nancy, 22 años, pequeño negocio
"El momento más difícil de mi vida fue cuando no tenía dinero para pagar el tratamiento de mi hijo en el hospital, y el niño murió.
Con la primera transferencia pagaré las tarifas escolares, compraré una oveja y también expandiré mi negocio. Con la segunda transferencia cubriré las paredes con yeso, para que la casa no sea tan polvorienta, y con el resto construiré una cocina. Y decidimos que con la tercera transferencia pagaremos mi dote, ya que llevamos 3 años juntos, pero no pudimos respetar la tradición".
Sarah, 27 años, agricultora
"Gasté la transferencia en comprar muebles, un colchón, y también compré láminas y clavos de hierro y pagué a los trabajadores por ayudar con la construcción de la casa. Un logro del que estoy orgullosa: sé cómo cultivar y vender verduras".
El dinero ayudó a estas chicas a evitar tener relaciones sexuales con hombres mayores para obtener dinero para subsistir. Sin este dinero, estas chicas literalmente no podrían haberse dardo el lujo de tomar una decisión segura.
Los estudios han demostrado que, en Ecuador, el trabajo infantil se redujo en casi un 80% entre las personas que recibieron transferencias de dinero. En Malawi, cuando las adolescentes recibieron dinero, la cantidad de infecciones del VIH entre ellas disminuyó hasta en un 50%.
La experiencia negativa también es un resultado
Caroline Teti, una gerente de campo de GiveDirectly, trabaja casi a diario con los pueblerinos para asegurarse de que el experimento transcurra sin problemas. En el experimento se incluyeron algunos pueblos más de Kenia y Uganda. Hasta el momento, Caroline solo pudo observar a unas pocas personas que gastaron mal el dinero.
Krispo, un trabajador de 40 años, dijo que además de las necesidades básicas, gastó parte del dinero en apuestas y grabó un CD con sus canciones. Pero el dinero que invirtió en el CD fue robado por su socio de grabación, que desapareció cuando llegó el momento de vender las copias recién hechas. "Creo que con mi próximo proyecto seré más cauteloso", dijo Krispo.
Cómo resolvieron este problema sin amenazas
GiveDirectly realizó un experimento declarando el propósito del dinero designado. A los beneficiarios se les dijo: "Este dinero es para mejorar la vida de tus hijos" o "Este dinero es para ayudarte con tu negocio". Así es mucho más probable que la gente gaste el dinero sabiamente. El simple y antiguo método de la sugestión sigue vigente.
La confianza en el futuro hace que las personas cambien
Como regla general, con el crecimiento de los ingresos, las personas compran los mismos productos que antes, solo que en cantidades más grandes. El investigador David Evans notó que el alcohol y el tabaco no forman parte de esos productos. Por el contrario, las personas dejan de consumir el alcohol y las drogas como "consuelo" en una situación desesperada.
Con lo cual resulta que la confianza en el futuro ayuda a administrar el dinero de forma más consciente. Cuando una persona no tiene que temer por su futuro y el de sus hijos, se vuelve más audaz, se anima a la apertura de su propio negocio y, acepta con más ganas los trabajos de estación, temporales y creativos.
Un experimento similar en Finlandia
En 2017, en Finlandia comenzó a nivel nacional un experimento similar: unas 2,000 personas recibirían sin ninguna condición € 560 por mes entre el 2017 y el 2018. El objetivo del experimento es estimular el trabajo de la población y reducir el estrés económico.
Los ingresos básicos casi no afectaron el nivel de empleo: algunos consiguieron un trabajo, mientras que otros comenzaron a dedicar tiempo a otras actividades socialmente significativas. Los jóvenes que solían tener que ganarse la vida, gastaron la mayor parte de su dinero en sus estudios.