Un hombre sacó fotos únicas del Titanic que se usaron para crear la película
Todos conocen la película del Titanic o, al menos, escucharon de ella. Pero lo que muchos no saben es que existen registros fotográficos de la nave días antes del suceso. Estas fotos fueron tomadas por un sacerdote llamado Francis Browne que, por un pequeño cambio de planes, bajó del barco y conservó los negativos en el sótano de su residencia por muchos años. Es por eso que hablaremos de él, de cómo descubrieron sus fotografías y cuáles son las semejanzas con la cinta estrenada en los noventa.
El inicio de su carrera fotográfica
Desde muy joven, el Padre Francis Browne ha sentido interés por la fotografía, ya que su tío, Robert Browne, le compró una cámara antes de recorrer Europa en 1897. Sin embargo, no fue hasta 1912 que sería el inicio del gran giro de su vida. Y todo porque su querido tío le regaló, también, un billete para que sea uno de los pasajeros que irían al recién inaugurado Titanic.
Durante su trayecto a bordo del crucero, el sacerdote sacó docenas de fotografías de diversas áreas comunes como el gimnasio, la sala Marconi, el salón comedor e, incluso, su cabina. También decidió tomarle fotos a los pasajeros, al gerente del gimnasio y al capitán Smith, sin saber que estas serían las últimas imágenes en las que saldrían todos ellos.
Su viaje llegó a su fin mucho antes de la catástrofe del Titanic
Aunque Browne deseaba continuar el trayecto completo hasta Nueva York, aprovechando que una pareja de pasajeros le ofreció pagar su pasaje y viáticos, finalmente tuvo que bajarse del barco luego de que su superior se lo ordenara. Fue así que, sin saberlo, logró salvarse de la mayor catástrofe de la historia marítima, llevándose los negativos consigo.
Estos negativos estuvieron guardados dentro del sótano de una residencia jesuita por mucho tiempo, hasta que fueron descubiertos por el padre Eddie O’Donnell en 1985, quien decidió revelarlos al público. Aunque ya se habían mostrado algunas fotos, en realidad había muchos más, contándose un total de 42 000 negativos que nunca vieron la luz, aunque O’Donnell sospecha que puede haber más.
Para el sacerdote, este descubrimiento fue algo sorprendente, debido a que podía ser considerado un registro histórico para conocer más sobre el Titanic. En 1997 publicó el primer álbum del padre Browne. Todas esas imágenes fueron restauradas por un par de expertos llamados David y Edwin Davison quienes, posteriormente, adquirieron los derechos de las fotografías.
Las fotos del padre Browne sirvieron de inspiración para crear una de las películas más exitosas de todos los tiempos
Cuando se cumplieron los 100 años del hundimiento del crucero, las fotos fueron remasterizadas y digitalizadas para una nueva reedición del álbum. Además de su valor histórico, también ha sido de inspiración para que el director de Titanic, James Cameron, se basara en ellas para producir su película de la forma más fiel posible a los documentos fotográficos del sacerdote.
Es por eso que, además de haberse sumergido en el océano, también se basó en historias de naufragios y otros datos relacionados al Titanic, aunque algunos testimonios aseguran que no fue un iceberg lo que hundió al barco. De esa forma, también buscaría honrar la memoria de los tripulantes que murieron en el accidente.
Como se pudo ver en algunas imágenes, la película fue trabajada minuciosamente para ambientar una historia de amor ficticia en un crucero basándose en un suceso real. Y si bien los personajes de Jack y Rose no existieron, sí hay muchas otras personas que han sido registradas fotográficamente y fueron incluidas en la cinta, como el capitán Smith.
No hay duda de que la película Titanic es inolvidable, más allá de los errores cometidos en algunas escenas. Pero lo que la hace más impresionante es el paralelismo que tiene con algunas fotografías del padre Browne y que lograron superar el paso del tiempo.