12+ Historias que demuestran que no ganar lo mismo que tu pareja puede arruinar hasta el amor más profundo

El cuerpo puede ser un medio para expresarnos, de hecho los tatuajes son una forma muy común de hacerlo. Sin embargo, a veces eso que queremos expresar no queda claro, se malinterpreta o simplemente no es bien aceptado socialmente porque va contra lo que consideramos “normal”. Este es el caso de Richard Huff, un padre de 6 hijos que se define a sí mismo como “adicto a la tinta” y tiene más de 240 tatuajes. Aquí te contamos su historia y lo que dicen de él en las redes: “Mal padre” y “monstruo” son solo algunas de las frases con que lo califican los trolls.
Richard Huff y su esposa Marita tienen seis hijos y aseguran ser como cualquier otra familia. Aun así, Richard cuenta que la gente en Internet se burla seguido de él por cómo se ve. Pero estas burlas no parecen hacer mella en él, que comenzó a tatuarse desde muy joven y, al día de hoy, no tiene en sus planes dejar de hacerlo.
Richard cuenta que se hizo su primer tatuaje a los 17 años: “Se convirtió en una adicción, empecé por las piernas y fui subiendo”. Ahora, alrededor del 85% de su cuerpo está cubierto de tinta. Se trata de símbolos, cosas con las que se identifica o hechos de su vida que quiere volver indelebles, como el nombre de sus hijos o los labios de su hija, que lleva grabados en la frente.
“Quiero estar cubierto de tatuajes al 100% probablemente en los próximos cuatro años”, se entusiasma. Este es su sueño: la totalidad de su cuerpo cubierto de tinta. “No sé si es por el dolor o por las obras de arte que te pones, pero resulta fascinante cuando eres capaz de hacer esto”.
La afición de Richard por los tatuajes también tiene su costado difícil. Él mismo comenta que los niños en la escuela de sus hijos a menudo se sienten intimidados por su apariencia. En respuesta a esta reacción su hija compartió: “Me dicen que les da un poco de miedo, pero yo les aclaro que mi papá no da miedo, y que en realidad a él le gustan sus tatuajes”.
Por otro lado, Marita, la esposa de Richard, admite que al principio su aspecto la sorprendía y confiesa que cuando lo vio por primera vez ella también lo juzgó por su apariencia pero que con el tiempo, al conocerlo mejor, entendió que era un hombre de un gran corazón.
Richard asegura que jamás ha permitido que las críticas por su apariencia interfieran con su rol como padre. “Estoy presente en la vida de mis hijos: formo parte de la Asociación de Padres y Madres, asisto a todas sus presentaciones”, comenta con orgullo. Sin embargo, en internet no han faltado los juicios negativos, como el de un usuario que escribió: “No tengo nada contra los tatuajes, pero, sinceramente, ¿era necesario tatuarse así la cara?”.
A pesar de estas opiniones, muchas personas han salido en su defensa. Uno de los comentarios más destacados decía: “Todos están obsesionados con el tatuaje en su rostro. A él le gusta, fue su elección. Es un excelente padre. Déjenlo vivir en paz”.
“Cuando alguien lanza ese tipo de comentarios negativos, probablemente habla más de esa persona que de mí”, reflexiona Richard. “Tomamos esta decisión con mi esposa y así somos felices. Llevamos seis años como pareja, nuestros hijos están bien, y eso es lo único que realmente nos importa”.
Aunque reconoce que algunas críticas pueden ser especialmente hirientes, Richard asegura que nada de eso afecta el profundo amor que siente por su familia. “Mis tatuajes no asustan a mis hijos, ni me hacen menos padre. Al contrario, les enseñan a ver el mundo con una mente más abierta”.
Los dibujos en la piel pueden tener un significado que va mucho más allá de lo estético. Es el caso de las personas que utilizan este tipo de arte corporal para marcar momentos importantes y honrar a seres queridos, creando resultados únicos y conmovedores.
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