Un pasajero sordo y ciego no podía explicarse con las asistentes de vuelo, pero una niña de 15 años acudió en su ayuda
Una niña llamada Clara viajaba con su madre a California, y un hombre sordo y ciego, llamado Tim, se dirigía a Oregón. No tenían que coincidir en el mismo avión, pero el destino decidió lo contrario. Más tarde, Clara le dijo a su madre: “Creo que la providencia tenía previsto cancelar nuestro vuelo para que yo pudiera conocer a Tim”. Esta historia de preocupación por el prójimo, instantáneamente, se convirtió en viral en Facebook demostrando que la gente realmente necesita fe en la bondad y buenas noticias.
Genial.guru decidió contarte qué ocurrió con una joven llena de empatía y una persona con ciertas peculiaridades al que fue bastante fácil hacer feliz.
Clara Daly, de 15 años, y su madre, Jane, regresaban a su casa en Los Ángeles desde Boston, donde ayudaron a la abuela de Clara con una mudanza. Su vuelo directo se canceló y la aerolínea se lo reemplazó con un vuelo con un transbordo en Portland.
Tim Cook vive en Portland, en un hogar especial para personas invidentes y que sufren sordera al mismo tiempo. El hombre no ve ni oye. Había ido a Boston para encontrarse con su hermana. “Vi en el aeropuerto cómo la mujer, su hermana, puso las manos con las suyas y se comunicaban al tacto por medio de signos”, explicó en su página de Facebook Lynette Scribner, una pasajera que viajaba en el mismo avión. Su publicación ha recopilado más de 1,5 millones de Me gusta y ha llegado al corazón de muchas personas.
A Tim le tocó un asiento en medio del avión, pero un hombre amable, llamado Eric, gentilmente le cedió su asiento al lado del pasillo. De esta manera, Tim se encontraba mucho más cómodo. Eric quería ayudar a su compañero de viaje de todas las maneras posibles (por ejemplo, añadió crema a su café). Igual que las azafatas de vuelo, que no se apartaban con pánico cuando Tim trataba de tocar sus rostros, sino que intentaban establecer contacto tomando al hombre de la mano. Pero no lo lograban.
Entonces, las azafatas preguntaron por megafonía si a bordo viajaba alguien que conociese el lenguaje de signos. Y la joven Clara presionó el botón para avisar a la asistente de vuelo. La chica lo había estudiado, ya que ella misma sufría de dislexia, un trastorno a la hora de leer, y esta era la manera más sencilla de aprender un nuevo idioma.
Las azafatas le explicaron a Clara que el hombre no veía ni oía, lo que significaba que la única manera de comunicarse con él era a través de signos con los dedos. La chica salió corriendo de inmediato para comprobar si podía ayudar de algún modo a este hombre. ¡Y sí pudo!
Durante el vuelo, Tim necesitó la ayuda de Clara en varias ocasiones. Y, al final del trayecto, la llamó simplemente para conversar. Como más tarde confesó a los periodistas, se siente aislado en su vida cotidiana y privado de la simple alegría de mantener una comunicación. Tim y Clara entablaron una animada conversación: él le hizo muchas preguntas y ella respondió. La chica no abandonó a este hombre hasta el final del vuelo. Las azafatas y los pasajeros se sintieron profundamente conmovidos por la dedicación de esta adolescente y, simplemente, se quedaron fascinados con ella. “Clara es un verdadero ángel”, aseguró una de las azafatas. “Era digno de ver lo emocionado que estaba Tim por tener la oportunidad de comunicarse con alguien ”.
Cuando el empleado del hogar especial para personas sordas e invidentes recibió a Tim en la puerta de embarque, éste le confesó que había sido el mejor viaje de su vida.
“No sé cuando fue la última vez que yo he visto en un solo lugar a tantas personas dispuestas a cuidar de otra”, confiesa la autora de la publicación, Lynette Scribner. “Todos sonreíamos observando el diálogo entre ambos. Los asistentes de vuelo estaban haciendo todo lo posible para estar atentos a cualquier deseo de Tim Cook. Eric trató de ayudarlo con todas sus fuerzas. Y, por supuesto, Clara es digna de recibir una mención especial por acudir en ayuda de un desconocido sin pensárselo dos veces”.
“Un maravilloso recuerdo para todos nosotros que demuestra que este mundo todavía alberga un lugar para la bondad y para las personas que están dispuestas a cuidar del prójimo”.