Un truco simple para entrar a tu auto si dejaste las llaves adentro
Si dejaste las llaves en el auto por accidente, no tomes decisiones precipitadas. Toma cinta aislante ancha, corta un tramo y pégala verticalmente al cristal de una ventanilla. Repite este paso 5 o 6 veces más: pega los trozos de cinta uno al lado del otro. Cuando hayas terminado, despega las partes inferiores de todos los tramos en la ventana y retuércelos en una única “cola” que puedas sujetar y dejar colgada de momento. Ahora corta otros 5 o 6 tramos y pégalos a lo largo de los que ya has pegado para que se mantengan firmes.
Una vez que todo esté listo, sujeta la “cola” que hiciste anteriormente. 3, 2, 1, ¡tira hacia abajo! Con un poco de esfuerzo, la ventanilla se deslizará un poco hacia abajo, y podrás meter las manos entre el cristal y el marco para empujarla más hacia abajo, hasta que logres entrar y tomar las llaves. Seamos honestos: no todos somos muy buenos estacionando. Es posible que hayas raspado tu auto más de una vez por no haber sido muy cuidadoso. Consigue unos cuantos de esos increíbles pollos de hule que rechinan cuando los aprietas. Te lo advierto: quedarás en ridículo, ¡pero no volverás a rayar tu auto! Bien, sácalos antes de estacionar y pégalos a las esquinas delanteras y traseras de tu vehículo. Cuando te acerques demasiado a un poste, a una pared o al auto de otra persona, los pollos entonarán su épica canción. Y si no te detienes, actuarán como un parachoques blando que protegerá tu pintura.
Deja los limpiaparabrisas levantados en invierno. Así evitarás que se peguen al parabrisas, y no tendrás que rasparlos y romper la goma. Algunos desalientan esto porque dicen que arruina el resorte y hace que tus limpiaparabrisas sean más vulnerables a los ladrones. Pero, en primer lugar, lo de “desgastar el brazo” no es cierto, los resortes no pierden su elasticidad. Y, en segundo lugar, ¿quién va por ahí robando las escobillas de los demás? Si de todas maneras vas a dejar los limpiaparabrisas bajados (o si olvidaste levantarlos en una noche helada), ¡activa el aire acondicionado! ¡Sí, el aire frío descongela los cristales de la misma manera que la calefacción! Esto funciona porque deshumidifica el aire. Es un gran truco para cuando la calefacción se estropea.
De hecho, puedes evitar que tu parabrisas se congele. Rocía una solución de tres partes de vinagre y una de agua sobre los cristales la noche anterior; ¡te ahorrará minutos de raspado por la mañana! Los limpiaparabrisas dejarán de funcionar tarde o temprano, por más que los dejes levantados todos los inviernos. ¡Si la goma se desprende y el brazo metálico raspa el parabrisas, ponle un calcetín largo! Es una solución temporal, ¡pero funciona! Solo tienes que conseguir unos limpiaparabrisas nuevos lo antes posible... Si quieres ahorrar tiempo y nervios en una mañana de invierno, protege las puertas de tu auto para que no se congelen durante la noche. Esto ocurre porque la nieve se mete en las bordes, se convierte en agua y vuelve a congelarse ahí dentro. Para detener ese círculo vicioso, pon aerosol de cocina en todas las partes interiores de goma y limpia lo que sobre con una toalla de papel.
A las baterías de los autos no les gustan las temperaturas muy frías. De hecho, el frío extremo puede ser muy perjudicial para la batería de tu auto si no la calientas primero. Solo tienes que encender los faros un rato y después encender el motor. También puedes calentarla con la radio y escuchar algo de música para que la espera sea más agradable. Cuando los cristales se empañan desde el interior, conducir se vuelve bastante peligroso. ¡Por suerte, una humilde papa puede acudir a tu rescate! Toma una papa limpia y cruda, córtala por la mitad y frota una de las mitades sobre los vidrios desde el interior. Los limpiará y creará una capa protectora que evitará que se empañen. Deja que esta capa se seque sin tocarla. Este truco también funciona con la puerta de la ducha y el espejo del baño.
Si te quedas atascado en la nieve o el lodo, puedes utilizar las alfombrillas de hule de tu auto para salir. Colócalas debajo de los neumáticos para aumentar la tracción. El truco de la arena para gatos también funciona, pero ¿quién va a conducir con eso en el auto? Ah, no olvides las alfombrillas de atrás. En caso de que no veas resultados, prueba desinflar un poco los neumáticos. Esto ayudará a aumentar la superficie de apoyo y, una vez más, conseguir más tracción. Recuerda: solo debes desinflarlos un poco. ¡En cuanto salgas de la nieve tendrás que volver a inflarlos! Si tu auto se atascó alguna vez en lodo o arena durante un día lluvioso en el bosque, ya sabes cuán aterrador puede ser. ¡La buena noticia es que puedes salir con una pala y algo de paciencia! Intenta quitar todo el lodo y la arena que puedas alrededor de las ruedas con la pala, o incluso con tus propias manos. Si tu auto sigue sin moverse, prueba pasar de marcha atrás a la primera marcha para comenzar a tomar impulso y desinfla los neumáticos para aumentar su superficie.
Al aumentar la velocidad a 110 km/h durante 16 km una vez al mes (¡en una autopista abierta y en un día con buen clima, por supuesto!), evaporarás el agua y los gases acumulados en el motor y el sistema de escape. Esto te permitirá llegar un poco más rápido; pero repito, hazlo solo cuando sea apropiado. Si sueles perder tu auto en estacionamientos enormes, recuerda tomar una foto del lugar o del número de fila en cuanto llegues. ¡También existen aplicaciones de GPS que te ayudan a encontrar tu auto entre las interminables filas del estacionamiento! Si no tomaste una foto o decidiste no descargar la aplicación, puedes encontrar tu auto con la ayuda de una llave electrónica. ¿La señal no llega? Acércala a tu cabeza. Los fluidos aumentan la conductividad de las señales de la llave. Es una locura, ¡pero funciona!
Esas barras metálicas de tu reposacabezas no solo sirven para ajustar la altura, también puedes utilizarlas para romper las ventanas en caso de emergencia. Funciona mejor si las apoyas en el hueco de la parte inferior de la ventanilla y tiras. Esto hará que el cristal se rompa. Si no tienes un soporte para el teléfono en tu auto o se despegó repentinamente, puedes pasar una banda elástica por la rejilla de ventilación del aire acondicionado. Mete la banda elástica por la parte superior de la ventilación y tira de la otra mitad por la parte inferior. Coloca el teléfono en ella; ya está listo. Cuando sales del auto, el deslizamiento de tu ropa contra la tela del asiento crea una carga estática. Parece algo menor, pero no cuando estás en una gasolinera. Al tomar la boquilla metálica, podrías producir una chispa, tal como cuando le das una descarga accidental a alguien, ¿no? Solo que, en lugar de reírte y ver si puedes volver a hacérselo a tu amigo, ¡esa pequeña chispa puede encender los vapores de gas! Para disipar cualquier carga eléctrica que haya en ti, solo tienes que tocar una parte metálica de tu vehículo antes de acercarte a la boquilla.
Hablando de gasolineras, cuando llegas a cargar combustible, puede que pases diez minutos buscando tu tanque de gasolina, solo para descubrir que está al otro lado del vehículo. Afortunadamente, ya no tienes que jugar a adivinar. ¡Hay una pequeña flecha junto al ícono del combustible de tu tablero que te indica de qué lado está el tanque! Eso me ha salvado muchas veces. El líquido lavavajillas puede ser una forma buena y barata de limpiar los cristales del auto y el parabrisas. Te ayudará a eliminar cualquier cosa, desde las huellas digitales hasta la saliva de perro. Solo tienes que tomar un paño húmedo y caliente, usar una gota de líquido lavavajillas y limpiar. Los desatascadores son muy útiles fuera de las cocinas y los baños. Por ejemplo, puedes utilizarlos para arreglar abolladuras pequeñas y medianas en tu auto. Humedece la abolladura y el desatascador, y utilízalo como si estuvieras desatascando un desagüe (empujando y tirando) hasta que se arregle.
Una cosa que hace del refresco de cola una forma excelente y barata de eliminar el deslustre y el óxido de los metales y las aleaciones es que está carbonatado y es rico en ácido fosfórico. Así que en realidad son dos cosas. Basta con rociar la superficie oxidada con refresco y usar un cepillo normal, o un cepillo de dientes si la zona es muy pequeña. Aplica y friega todo lo que necesites. No olvides limpiar la zona fregada con agua cuando hayas terminado. Cuanto más pesado sea tu vehículo, más gasolina consumirá. El motor tendrá que quemar más para mantener el auto en movimiento. Así que, si guardas dos sillas de pícnic, tus mancuernas, tus palos de golf y una bolsa de ropa que querías donar hace meses en el maletero, ya es hora de que le des una buena limpieza.