Una antigua criatura revive tras estar congelada 24 000 años
Estamos en Siberia. Hace tanto frío que las ráfagas de viento helado te queman la cara. Toda esa nieve blanca parece cegarte. Este lugar se parece a la Antártida por el permafrost. Recientemente, un grupo de científicos investigó uno de los ríos locales. Con la ayuda de una plataforma de perforación, extrajeron varias muestras de suelo congelado. ¡Los científicos se sorprendieron al encontrar criaturas vivas dentro del hielo! Más tarde, en el laboratorio, se dieron cuenta de que eran organismos multicelulares microscópicos conocidos como rotíferos bdeloideos. Estas criaturas parecían pequeños gusanos. Los investigadores sabían que estos gusanos podían vivir en condiciones de congelación hasta 10 años.
¡Pero la edad de los rotíferos encontrados en el hielo era de unos 24 000 años! Y tras descongelarse, empezaron a reproducirse, como si hubieran estado durmiendo durante varias horas, no miles de años. ¡Otros análisis demostraron que estos organismos podían permanecer congelados durante cientos de miles de años! Estos podrían haber vivido durante la época en que la gente aún no había inventado la rueda. Y este no es su único superpoder. Los rotíferos bdeloideos se encuentran entre los animales más resistentes a la radioactividad de la Tierra. Pueden sobrevivir en lugares donde no hay oxígeno ni agua. También pueden mantenerse vivos en zonas con alta acidez y pueden vivir sin comida ni agua durante mucho tiempo.
Por cierto, estas no son las únicas criaturas conocidas por vivir durante miles de años. Algunos tipos de musgo y algunos microorganismos también son casi inmortales. Los nematodos, también llamados gusanos redondos, son algunas de las variedades de gusanos más adaptables del mundo. Imagina la torre Eiffel, erguida y orgullosa. Y ahora, hagámosla diez veces más alta y situémosla bajo tierra. Exactamente a esta profundidad, muchos miles de metros bajo la superficie, los científicos descubrieron a estas criaturas. No hay luz solar y casi no hay aire en este lugar. Y como está mucho más cerca del núcleo de la Tierra que la superficie de nuestro planeta, la temperatura aquí es más alta que en medio del desierto más caliente. Millones de toneladas de tierra por encima crean una presión delirante. Pero todo esto no pudo impedir que la vida se desarrollara aquí.
Cuando las lombrices se quedan sin aire, comida o cuando la temperatura es demasiado alta, entran en un estado único de estasis, o hibernación profunda. En este modo, el metabolismo de los gusanos se ralentiza y casi todos los procesos de su cuerpo se detienen. Las criaturas pueden dormir durante mucho tiempo y solo se despiertan cuando el entorno se vuelve más habitable. Por cierto, no hace falta ir tan profundo bajo tierra para encontrarlas. Los nematodos se encuentran en todo el mundo. Pueden vivir en aguas termales, en desiertos, en lo alto de las montañas, entre los duros hielos de la Antártida o en el interior de los animales y los seres humanos. Nuestras siguientes criaturas invulnerables son los tardígrados, también conocidos como osos de agua. Son invertebrados microscópicos de ocho patas estrechamente relacionados con los artrópodos. Es imposible verlos a simple vista.
Pero un microscopio convencional te permitirá observarlos en detalle. Parecen osos minúsculos. Se les llama “osos de agua” porque necesitan una fina capa de agua alrededor de su cuerpo en todo momento. Es necesaria para evitar la deshidratación. Los tardígrados se han encontrado en todo tipo de entornos, desde las profundidades del océano hasta las dunas de arena. Son increíblemente robustos gracias a la estructura única de su organismo. Sí, parecen blandos, pero su cuerpo está cubierto por una dura cutícula. Este revestimiento se parece a los exoesqueletos de los saltamontes, las mantis y muchos otros insectos. Los osos de agua se desprenden de su vieja capa de cutícula cuando necesitan crecer. Cada una de sus 8 patas tiene de 4 a 6 garras, lo que les ayuda a aferrarse a cualquier superficie. Los “osos” pueden sobrevivir a una temperatura casi tres veces más fría que la del hielo de la Antártida. El calor tampoco les perjudica. Se ha demostrado que sobreviven a la temperatura que hace hervir el agua.
Además, los osos de agua no le temen a la radiación ni a la alta presión. En las profundidades del océano, la presión puede destruir las aleaciones de los metales más resistentes. Pero estas criaturas pueden soportar presiones 6 veces mayores. ¡Pero lo más genial es que pueden vivir en el vacío del espacio! Nuestro planeta tiene un campo magnético. Este es un escudo que nos resguarda de la radiación solar. Los tardígrados no necesitan esta protección. Pueden ir a la órbita cercana a la Tierra y volver ilesos. Todo gracias a una proteína que protege su ADN de la radiación ionizante. Como otros organismos “inmortales”, los osos de agua pueden caer en un estado de criptobiosis. Los tardígrados meten la cabeza y las patas dentro de su cuerpo y se quedan dormidos. Si las condiciones del entorno sugieren que se congelen, se sequen o experimenten una falta de oxígeno, permanecerán en esta forma de barril hasta que la situación mejore.
Así que esos son organismos y microbios microscópicos que solo pueden verse a través de un microscopio. ¿Pero qué tal algo más grande? Conoce a los Zopherinae. Viven en el suroeste de Estados Unidos y en México. Estos insectos NO pueden sobrevivir a las altas temperaturas, vivir sin oxígeno o en condiciones de mayor radiación. Pero sus caparazones son tan resistentes que solo pueden ser perforados con un taladro o un martillo. Sus duraderos exoesqueletos están hechos de una sustancia especial: la quitina. También se puede encontrar en la armadura de los cangrejos o los camarones. Y aun así, la quitina de Zopherinae es tan duradera que permite a esta criatura resistir el impacto de un carro moviéndose a gran velocidad. En momentos de peligro, pueden esconder sus bigotes y sus fuertes patas en huecos especiales del caparazón. Otros animales no pueden morder a través de la armadura, así que escupen al escarabajo y se van a buscar el almuerzo a otro lugar. En cuanto desaparece el peligro, el bicho vuelve a estirar las patas y sigue con sus asuntos.
Además, la armadura salva a los escarabajos de la deshidratación, lo que resulta muy útil en las zonas calurosas de México y el suroeste de Estados Unidos. Dentro del exoesqueleto, pueden almacenar humedad. En otras palabras, estos bichos pueden absorber agua siempre que la encuentren y transportar este líquido a su interior. Las siguientes criaturas son increíblemente frágiles. Pero saben cómo sobrevivir en lugares donde casi ningún otro animal puede hacerlo. Vamos al sureste de Rumanía, cerca del mar Negro. Aquí, en una amplia llanura desolada, se puede notar un pozo. Se trata de una mina que conduce a las profundidades del subsuelo. El aire en la superficie de nuestro planeta suele contener alrededor de un 20 % de oxígeno. Pero en la mina, solo tiene un 10 %. Dentro de la cueva, el aire también tiene un mayor contenido de ácido sulfhídrico y dióxido de carbono. La gente no puede respirar ahí sin un tanque de oxígeno.
Probablemente podemos decir que el agua y el aire ahí están envenenados. Casi ningún animal podría sobrevivir aquí. Sin embargo, se han encontrado 48 especies de organismos vivos en esta cueva. 33 de ellas son especies recién descubiertas. Y no son solo microbios o bacterias que no pueden verse sin un microscopio. Aquí vive algo más grande. Extraños caracoles blancos se arrastran por las paredes de las minas. Camarones transparentes y un montón de sanguijuelas de tipo desconocido nadan en el agua. Ciempiés blancos con enormes bigotes y espeluznantes arañas blancas corren por el suelo. ¡Y todos ellos han crecido aquí durante casi 5 millones de años! Es posible que veas un escorpión de agua y otra especie no identificada de este animal. No se parece a sus parientes que viven en arenas calientes o en bosques tropicales.
Ningún ser vivo aquí tiene un aspecto ordinario. Todos los animales son blancos o transparentes. No tienen ojos, pero están equipados con largas patas y bigotes-antenas que les ayudan a navegar en este espacio oscuro. Cuanto más te adentras en la cueva, menos oxígeno contiene el aire. Pero el número de organismos vivos aumenta. El aire está lleno de metano y dióxido de carbono. Todos los habitantes de esta cueva no han visto nunca la luz del sol y ni salido de la oscuridad. Parece imposible sobrevivir en tales condiciones, donde las plantas no producen oxígeno. La respuesta a la pregunta sobre su supervivencia se esconde en un pequeño lago. La superficie del agua está cubierta de una extraña espuma. Si se observa con atención, se puede ver que esta sustancia blanca está viva. Se asemeja a un papel suave y húmedo que es fácil de romper. Esta cosa son miles de millones de organismos vivos: bacterias llamadas autótrofas.
Hay mucho más dióxido de carbono en la cueva que en el exterior. Y estas bacterias, como las plantas, lo absorben. Pero no lo hacen con la ayuda de la fotosíntesis, lo que significa que no necesitan la luz del sol. Usan el agua para la quimiosíntesis. Lo que estos microorganismos segregan es alimento para otras bacterias. Y estas son alimento para criaturas más grandes. Aquí existe un ciclo alimentario único que no se encuentra en ningún otro lugar del planeta.