Una artista contó lo que sucede detrás de escena en un circo
No importa lo que pienses sobre el circo, si lo percibes con el entusiasmo y el respeto de los niños o con escepticismo y desaprobación, de cualquier manera, vale la pena conocer el blog de Ekaterina Zapashnaia, estés del lado que estés. La artista con años de experiencia en acrobacia y adiestramiento escribe honestos posts sobre la vida del circo, habla sobre las peculiaridades de su trabajo y no se cansa de luchar contra los estereotipos.
Genial.guru invita a sus lectores a mirar detrás de la escena del circo junto con nuestra brillante guía.
Ekaterina conoció la vida de circo a temprana edad y pasó por cada uno de sus niveles. Aunque casi nunca soñaba con convertirse algún día en una artista famosa.
Ahora conquista el corazón de los espectadores haciendo un solo y otro número junto a su esposo, Konstantin Rastegayev. La pareja sale de giras, sin separarse ni un día de su hija.
Se podría pensar que trabajar en un circo es un viaje interminable y disfraces encantadores. En realidad, el circo también es una rutina
Mientras trabajan, los artistas no se distraen ni siquiera con los encantos de las ciudades turísticas más hermosas. Solo es posible relajarse e ir a conocer el lugar una vez que el programa ha terminado y quedan pocos días antes de partir hacia otra ciudad. Lo principal es armar las maletas a tiempo.
Juntar las cosas es un “placer” especial. Los trajes coloridos y las montañas de accesorios solo deleitan la vista en las perchas. Cuando comienzas a empacarlos, quieres llevarte todo y tirar todo al diablo al mismo tiempo. Además, nuestros protagonistas consideran que es irresponsable privar a su niña de cosas por culpa de su profesión itinerante, lo que significa que también llevan con ellos cajas de juguetes, una bicicleta, patines, un caballete, libros, etc.
Para crear un hogar en cualquier lado, la pareja solo necesita poco más de 10 cosas. Entre ellas están, por ejemplo, una lámpara de escritorio, pantuflas y un microondas. “Como todos los demás, también acumulamos basura periódicamente. Por lo tanto, una vez al año, hacemos una limpieza general: todo lo que no se usa todos los meses, se desecha o se envía a la casa de mi madre”.
El contraste más drástico es entre los artistas durante el espectáculo y los artistas durante los ensayos. Todos despeinados, con ojeras, en trajes deportivos, sucios y con olor a animales. Ekaterina se ríe de que, en lugar de los perfumes y otras pequeñas cosas lindas, tienen en el tocador remedios para el estiramiento, analgésicos, ungüentos varios y vendas elásticas. “Pídele a un artista una crema hidratante y no la tendrá, pero pregúntale por una crema para dolores musculares y definitivamente tendrá una”.
El nivel de lesiones en un circo es realmente alto. Todo el mundo sabe que puede quedar incapacitado o morir mientras realiza un truco, pero nadie cree que le sucederá justo a él. “Nunca veo los videos sobre caídas en un circo. No necesito ese miedo que me causará inseguridades”.
Pero, aún si nos olvidamos del peligro mortal, los riesgos y el dolor son los compañeros eternos del artista, siempre invisibles para el espectador. Al mirar el espectáculo fascinante, un espectador difícilmente piense: “¿Está todo bien con el cuello del artista que sostiene la plataforma?”. Los gimnastas y los acróbatas sufren de dolores en las rodillas, en la espalda y en los músculos desgarrados. “Pero nadie se va. Porque suena tu música, y ya no eres tú. Eres un artista. Eres una imagen”.
En el circo, como en el teatro, no hay segunda toma. Si el artista cometió un error, no importa cuán conocido sea, aproximadamente 2000 personas presenciaron su fiasco. El artista es rehén de su papel. Debe ser audaz y mantener la imagen hasta el final. Incluso si por la noche le llora a la almohada, si hay discordia en el equipo, si se ha hecho sentir una antigua lesión o si ha fracasado otro número, debe salir y ser exactamente tal y como el espectador y el director quieren verlo.
Mucho depende del entorno. Ekaterina cuenta que, trabajando en circos buenos y limpios, se siente orgullosa como artista, no se avergüenza de grabar y subir videos sobre cómo viven los animales, se trabaja y se descansa fácilmente.
Pero, cuando se llega a un circo que se cae a pedazos y a un hotel adjunto en iguales condiciones... los artistas mismos están dispuestos a autocalificarse con los términos más cliché que se les suele poner, como “circense” o “gitano blanco”. En momentos así, no solo no puedes demostrar nada a los opositores del circo, sino que a los mismos artistas les da vergüenza y bronca tener que trabajar y vivir en condiciones así.
Desafortunadamente, los artistas rara vez tienen la oportunidad de elegir qué tan cómoda será su gira. Y si bien las personas por lo menos tienen la oportunidad de alquilar un departamento (aunque no siempre con éxito), un espacio decente para los animales es una cuestión de pura suerte.
No hay que pensar que esto no afecta a los artistas. Ellos entienden que es imposible atraer al arte del circo con la miseria, ni siquiera a los que realmente aman el circo. Pero sus empleados tienen el mismo grado de elección que los que trabajan en una oficina o en un restaurante.
El circo es, ante todo, es arte para los adultos, no un entretenimiento infantil
Los niños quedan fascinados con los disfraces brillantes y con los animales adiestrados, pero no pueden percibir la complejidad y el riesgo de los trucos, la calidad de la interpretación, las habilidades actorales y la puesta en escena. Los números guionados están diseñados para los adultos que pueden apreciar la puesta en general.
Por el pegajoso estereotipo “infantil”, muchas veces se pueden escuchar ataques como “los gimnastas están desnudos, los disfraces son vulgares, es pura depravación frente a los niños”. Por desgracia, este es un indicador del “analfabetismo” e ignorancia del espectador. La protagonista del artículo afirma que, en Europa, la principal audiencia del circo son los adultos que entienden que un disfraz mínimo o pegado al cuerpo no es erótico, sino, en primer lugar, un uniforme lo más cómodo posible para un acróbata.
El exceso de telas no solo distrae la atención de la demostración de las habilidades deportivas del artista, sino que también puede obstaculizar sus movimientos e interferir con la realización de los trucos.
Muchas veces sucede que los artistas de circo son sus propios maquilladores y diseñadores de vestuario. Ekaterina admite que no cose sus disfraces, pero que sí los decora. Por supuesto que, tanto en el maquillaje como en la creación de los looks escénicos, hace falta tener buen gusto, de lo contrario, es muy fácil caer en la vulgaridad.
El maquillaje escénico debe ser atractivo y expresivo, de modo que la cara del artista sea visible hasta para el espectador que está en la última fila. Nuestra protagonista, no sin ironía, admite que ella no dominó el arte del buen maquillaje teatral de inmediato.
Es fácil darse cuenta de que los cosméticos modernos, las clases magistrales y la práctica constante hacen posible cualquier transformación.
El tema de los animales en el circo es uno de los más delicados, tanto para el público como para los propios artistas
Especialmente si aman a los animales tanto como Ekaterina. Parece que ella los ama a todos, pero su especialidad principal es el adiestramiento canino.
“Paso la mitad del ensayo acariciándolos, y la segunda mitad trato de ponerme a trabajar, pero no siempre funciona: quiero volver a acariciar a alguien”.
La artista conoce “la cara” y el carácter de cada uno de sus 20 perros y en su blog no solo describe las historias conmovedoras relacionadas con cada uno de ellos, sino que también comparte su experiencia educativa personal y consejos sobre las enfermedades y el cuidado.
Ekaterina no deja de sorprenderse con la ignorancia de la audiencia masiva y lucha contra las afirmaciones poco razonables. Además de publicar datos y hasta pequeñas conferencias sobre los animales, también refuta la información de los sitios pseudocientíficos.
La falta de información llega hasta el ridículo: algunos defensores de los animales están indignados por el encierro y la explotación de los “camellos salvajes”. Pero los camellos son unos animales tan domesticados hace muchos siglos como las vacas o los caballos. La gente bebe su leche y come su carne, usan su lana y les enseñan a caminar con una silla de montar. Las granjas de camellos son muy comunes y absolutamente legales.
“Es a esta edad cuando los ’niños’ comienzan a educarse en el circo. Entienden que la persona es su madre, su líder, su amigo, y su fuente de alimentos. Al principio, el ‘padre entrenador’ solo se queda junto al ’niño’, permanece en su espacio, lo alimenta de las manos, juega con él. Los animales nacidos en cautiverio no pueden vivir sin los humanos, no saben cazar, tienen una inmunidad diferente, tienen la certeza de que a cierta hora exacta les traerán su comida.
Las personas que los crían desde tan pequeños, los humanizan. A veces, es difícil darse cuenta inmediatamente en una conversación que se está hablando de un animal”.
Los artistas de circo no son ni gitanos ni criminales. No roban animales recién nacidos, no se los compran a los cazadores ilegales y no tienen ninguna clase de relación con el mercado negro. Los futuros “colegas” de cuatro patas se adquieren en granjas, en criaderos o en zoológicos, es decir, que son bebés que no nacen en condiciones salvajes.
Ningún entrenador mentalmente sano golpeará a un animal; todo el entrenamiento se basa en los comandos de voz, recompensas y caricias.
Hay un veterinario de servicio entre los empleados permanentes del circo, y cada animal está incluido en el registro oficial y no puede simplemente desaparecer o aparecer de la nada. También comen según las normas y hasta hay alimentos que no consumen porque no quieren hacerlo. Al igual que otros trabajadores, los animales de edad avanzada se “jubilan”: muchas veces se los llevan a su casa sus “colegas” de dos patas o se les deja viviendo en el circo; los entrenadores no quieren separarse de sus alumnos.
“Les estoy agradecida a los defensores de los derechos de los animales, porque su misión es noble. ¡Solo que deberían luchar no contra el circo, sino contra el adiestramiento cruel!”.
Existen personas mal intencionadas en todas las profesiones, y no hay que poner un estigma en todas solo porque escuchaste acerca de la crueldad de una. Nadie se opone a las escuelas, a la policía o a la medicina, aunque hay tal vez aún más historias terroríficas sobre los maestros, los oficiales de policía y los médico que sobre los adiestradores.
Ekaterina también aconseja tener una actitud más crítica con respecto a la información recibida: una trama comprometedora (muchas veces sacada de contexto) es suficiente para provocar una protesta pública. Y cuanto menos sepan las personas, tanto más fuerte será.
Los propietarios de las carpas privadas (especialmente provinciales) constituyen un serio golpe al arte de los circos: a diferencia de los circos oficiales, en ellos las reglas para la compra, el mantenimiento y crianza de los animales realmente son establecidas por el dueño. Sea lo que sea que un propietario decida con respecto a un “empleado” de cuatro patas, difícilmente pueda ser llevado ante la justicia.
La raíz del mal no solo está en los adiestradores crueles. Hay muchos criadores, veterinarios y dueños de mascotas sin escrúpulos que adoptan animales sin ningún sentido de responsabilidad o deseo de ocuparse de ellos.
Debemos unirnos contra esta clase de trato de los animales, no contra el circo.
Los niños del circo se mueven con sus padres. “Mamá, ¿en qué ciudad estamos?” es una pregunta totalmente normal
Los hijos de los padres que siempre salen de gira, cambian de ciudad, guarderías y escuelas tranquilamente, sin arrepentimientos. No conocen otra vida y cada mes se mudan fácilmente a un nuevo “hogar”. Hacer que un niño de circo ingrese en un kínder estatal es un terrible papeleo. Para no perder el tiempo y los nervios, muchos prefieren las guarderías privadas. Los que van a la escuela a veces compensan el programa durante las mudanzas. Las cosas, los libros de texto y los juguetes de los niños mayores del equipo se pasan a los más pequeños.
“Nuestros niños no sufren el arraigo, no se preocupan por el cambio del entorno y de las zonas horarias, no tienen problemas de comunicación. Debido a los frecuentes cambios del entorno, no son tímidos y se integran a los grupos nuevos con mucha facilidad. No necesitan un período de adaptación”.
Alguien dirá que no se puede pensar en una infancia más romántica y feliz que la que se pasa en un circo, pero dudo que nuestra pequeña Sasha, al igual que los demás niños del circo, sea consciente de eso: el circo es simplemente el día a día. “Ella no conoce otra vida y, por lo tanto, no ve nada inusual en el hecho de que a su alrededor se hacen malabares, se paran de manos, huelen a animales, andan en ropa llena de aserrín, caminan hipopótamos, camellos, tigres...”.
Ekaterina trata de seguir algunas reglas importantes para criar a su hija, por ejemplo, siempre preguntarse si ella es feliz; no hablarle como a una niña; no saltearse la lectura familiar por la noche. Y, por supuesto, que le enseña a comunicarse con los animales.
“No conozco ni un solo caso en que un animal haya mordido a un niño porque sí. Siempre es por una provocación de parte del niño: manos en la boca, un dedo metido en el ojo, tirar de la cola, etc. Al enseñarle al niño a respetar a un animal, a valorar su calma y ganas de estar solo, antes que nada, le estamos enseñando a respetar la opinión y el espacio ajenos”.
La actriz cree que, dándole a un niño el ejemplo del propio comportamiento malo o negligente con “solo un animal”, estamos echando a perder a un futuro miembro de la sociedad. Crecerá siendo indiferente, sin saber lo que son la compasión y la piedad.
El blog de Ekaterina se considera útil y educativo no solo por los amantes del circo. En sus publicaciones, muchas veces se pueden encontrar agradecimientos de quienes hasta hace poco percibían la industria del circo con muchas reservas. Los colegas también le expresan su gratitud a la artista por sus esfuerzos por defender el buen nombre del circo y mostrar la profesión desde adentro.
¿Hubo algún comentario de nuestra protagonista que te haya hecho reflexionar?