Una mujer coreana demostró que si te caes 959 veces, es obligación levantarse 960
Cada tanto, Internet reflota historias de una época en la que no todo era inmediato. Una de ellas es la de Cha Sa-soon, una mujer coreana que pasó de ser una completa desconocida de un pueblito a convertirse en una especie de celebridad nacional por su paciencia y tenacidad.
Cha Sa-soon vivía sola en su casa de Sinchon, un pueblo rural de Corea del Sur que está en medio de las montañas y al que se puede acceder por medio de un autobús que pasa cada 2 horas.
Cha creció en una familia carenciada de 7 hijos, por lo que pasó su infancia trabajando en el campo y acudiendo a un instituto nocturno informal. Recién a sus 15 años logró acceder a la escuela formal como estudiante de cuarto grado, pero al poco tiempo la abandonó.
Cha dedicó su vida a trabajar como vendedora de frutas y verduras, y, en el plano personal, a criar a sus 4 hijos. “Eventualmente, todos crecieron y se fueron, y mi esposo murió hace varios años, así que me encontré con más tiempo para mí. Quería obtener una licencia de conducir para poder llevar a mis nietos al zoológico”, contó hace algunos años.
El examen escrito para obtener ese permiso constaba de 40 preguntas de opción múltiple, y debía resolverse en 50 minutos. La educación de Cha era el principal obstáculo para aprobarlo.
En abril de 2005, Cha hizo su primer intento con el examen teórico para conseguir la licencia. Le fue mal, por lo que comenzó a intentarlo a diario, 5 días a la semana. Lo hizo durante 3 años, y falló una y otra vez. Con cada intento, Cha perdía tiempo y dinero, mientras ganaba frustración. Pero lo que hubiera detenido a cualquier otra persona, e incluso le hubiera generado una especie de bloqueo mental, a ella no le hizo nada.
En esos 3 años, reprobó el examen teórico 780 veces, ya que nunca lograba conseguir los 60 puntos de 100 que se exigían. Por eso, en 2008, Cha hizo caso al popular refrán adjudicado a Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Lo que Cha básicamente hizo durante mucho tiempo fue intentar memorizar las preguntas y respuestas sin saber ciertos significados o conceptos, y este fue un gran obstáculo. Por esta razón, los maestros de la Escuela de Manejo Jeonbuk comenzaron a ayudarla de diversas maneras, incluso dándole lecciones extra.
“Te volvía loco enseñarle, pero no podíamos enojarnos con ella. Ella siempre estaba alegre. Todavía tenía una niña en su interior”, contó Lee Chang-su, uno de sus instructores.
A partir del tercer año de intentos, Cha comenzó a rendir el examen solo 2 veces por semana. Esta modificación no le dio éxito de inmediato, pero finalmente, en noviembre de 2010, superó ese primer objetivo. “Para mí, viajar todos los días para hacer el examen era como ir a la escuela”, dijo Cha en ese entonces.
Luego de 5 años, obtuvo la mínima puntuación necesaria para pasar, ahora sí, al examen práctico. 950 fueron los intentos que le tomó aprobar la primera parte, y tan solo necesitó 10 más para bajarse del carro con una sonrisa definitiva. “Cuando finalmente obtuvo su licencia, todos salimos con vítores, la abrazamos y le regalamos flores”, contó la Sra. Park, miembro de la escuela de manejo.
Después de 960 intentos, miles de horas de viajes y práctica, y unos 4800 dólares en solicitudes (cada una costaba 5 dólares), Cha Sa-soon obtuvo su licencia. Park Seong-ju, su hijo de 36 años, dijo: “Mi madre tuvo una vida dura; vendía verduras de puerta en puerta y trabajaba en granjas de otras personas. Tal vez eso la hizo obstinada. Cuando tiene algo en mente, nada la disuade”.
Gracias a su dedicación y paciencia, una de las fábricas más grandes de automóviles de Corea del Sur, Hyundai Motor Group, le regaló un carro nuevo. Además, la empresa filmó un comercial con ella como protagonista.
Esta mujer no solo obtuvo su licencia y un carro nuevo, sino que además fue distinguida por Guinness World Records por ser la persona que “mayor cantidad de intentos de exámenes teóricos de manejo ha realizado”. Esto puede hablar de su paciencia, pero también del amor que tenía por sus nietos para seguir levantándose cada vez. Seguro habrán disfrutado de bellos viajes al zoológico.
Es gratificante cuando alguien que lucha tanto por algo finalmente logra conseguirlo. Ya sea la historia de una desconocida como Grace Strobel, o una persona popular como Brendan Fraser, siempre disfrutamos de un final cuando es feliz.