Una mujer se enfrentó a la madre de dos niños ruidosos en un restaurante y la llamaron egoísta

Crianza
hace 2 años

Cenar en un buen restaurante debe ser mucho más que simplemente comer bien. Un servicio de primera, una decoración elegante y un ambiente especial y acogedor deberían siempre estar incluidos en el precio que pagamos por la experiencia. Sin embargo, a veces, también ocurren cosas inesperadas, y es importante tratar de encontrar una buena manera de afrontar este tipo de situaciones. Este es exactamente lo que le ocurrió a una de nuestras lectoras, que quedó un poco confundida por la situación a la que tuvo que enfrentarse y la forma en que ella misma reaccionó.

De ningún modo.
El que sea "solo una niña" es la excusa del padre ignorante.
Individuo que no se preocupa en corregir los malos hábitos de sus hijos, porque es "portador" de esos mismos malos hábitos.

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¡Hola, María! Nos alegra que te hayas puesto en contacto con nosotros. Después de horas y horas de discusión, en Genial.guru se nos ocurrió lo siguiente:

  • Entendemos por qué te has enfadado y creemos que mucha gente reaccionaría de la misma manera que tú. Por otro lado, creemos que es mejor hablar primero con los padres del niño, en lo posible, con voz baja y tranquila. Gritar al hijo o la hija de un desconocido solo suele provocar reacciones negativas y empeorar el conflicto.
  • Todo el mundo debería tener derecho a disfrutar de su cena sin que le moleste o perturbe el comportamiento imprudente de otras personas. En otras palabras, tenías todo el derecho a pedir hablar con el encargado del restaurante. Esto es especialmente cierto si se trata de un local de lujo que se toma en serio las peticiones de sus clientes. Si esto ocurriera y la respuesta fuera insatisfactoria, podrías incluso hablar con el director o el propietario del establecimiento, diciéndole que no estabas satisfecha con el servicio.
  • Sí, hablaste con el mesero, pero ya era demasiado tarde. Es decir, deberías haberle pedido ayuda desde el principio. Podrías haber solicitado claramente que hablara con los padres de los niños o, si fuera posible, que los cambiara de mesa a ustedes. De esta manera, habrías evitado la confrontación con la niña y su madre.
  • Todos sabemos que los niños pueden ser ruidosos, es así y no lo podemos cambiar. Por eso es responsabilidad de los padres, al menos, tratar de mantenerlos tranquilos cuando están en un lugar público. Sin embargo, por la razón que sea, no siempre es posible. Nunca podemos saber con certeza a qué se enfrentan en su día a día, ni si están teniendo un momento especialmente difícil. Por lo tanto, debemos procurar tener paciencia y compasión antes de quejarnos y levantar la voz.
  • No deberías haber dado por sentado que el restaurante no fuera apto para niños solo porque es sofisticado. Algunos restaurantes elegantes admiten niños pequeños a determinadas horas. Siempre es mejor comprobar las normas a la hora de hacer una reserva.
  • Así que, en conclusión, no te sientas mal por enfadarte. Estamos seguros de que la mayoría de la gente se sentiría igual. Sin embargo, tal vez, deberías haber controlado mejor tus emociones. Al fin y al cabo, no está bien regañar a los hijos de los demás.

Nos gustaría saber qué opinan los demás lectores. ¿Estás de acuerdo con la posición de María?¿Tienes algún consejo para ella? ¿Qué harías tú si te encontraras en una situación similar?

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