Estas son las señales de un trastorno alimentario que no deben confundirse con hábitos saludables

hace 3 años

La cultura popular nos dicta las normas de alimentación y de un estilo de vida saludable, los bloggers de fitness con cuerpos ideales nos hablan de la necesidad de un entrenamiento diario y de comer rúcula en vez de una cena completa, pero rara vez mencionan lo que sucede tras bastidores. Mientras tanto, solo en EE.UU., 30 millones de personas han desarrollado un trastorno alimentario en sus intentos por volverse bellos, esbeltos y nutrirse de cierta manera especial. Se trata tanto de hombres como de mujeres de diferentes edades y distintos físicos. Muchos de ellos ni siquiera sospechaban que se adentraban en la zona de riesgo.

Genial.guru ha recopilado para ti varias señales alarmantes que revelan que ha llegado la hora de revisar tu actitud hacia la alimentación al objeto de prevenir el desarrollo de este peligroso trastorno.

10. Tu mente está constantemente ocupada pensando en comida

"Cinco nueces de refrigerio y la próxima comida me toca dentro de cuatro horas", "Me pregunto si engordará comer hidratos de carbono pasadas las seis de la tarde", "De camino a casa, tras salir del trabajo, tengo que comprar siete envases de yogur desnatado, sino me veré obligado a pasar hambre durante toda la semana", "Solo voy a mirar este pastel, pero no pienso comérmelo".

Pensar en comida es como una especie de radio que nunca se apaga dentro de la cabeza de una persona que sufre ortorexia (el deseo obsesivo por una "alimentación saludable"). Siempre piensa bien cada comida, un paso por delante, tratando de mantener bajo control el apetito y alimentarse de la forma más "limpia" y correcta posible, independientemente de las condiciones que la rodean o de su propio estado. Y, claro está, esa radio funciona alimentándose de la energía de la persona a la que está enchufada.

9. Preparas platillos complejos y deliciosos solo para los demás

Las personas que se niegan a sí mismos sus platillos favoritos a menudo proyectan sus deseos sobre los demás y tratan de alimentarlos con algo especial. Participantes de un experimento sobre el hambre en Minnesota realizado en los años 40 contaron que, durante los 13 meses de restricciones rígidas en su alimentación, sentían un deseo fuerte de leer constantemente libros de cocina.

Este trastorno puede desencadenar que una persona se lleve horas y horas en la cocina inventando delicias gastronómicas para sus seres queridos, y durante la cena, mover el tenedor en torno a una triste hoja de lechuga sin aderezo alguno. Es posible que después de que todos los invitados abandonen la mesa, esta persona se rompa en dos y ya, a solas, empiece a comerse todo lo que vea, generándose un comportamiento que indica la posible existencia de una bulimia.

8. Tienes frío constante

Cuando el porcentaje de grasa en el cuerpo es demasiado bajo, a este le resulta más difícil hacer frente al intercambio de calor, y no es el único problema de salud al que tienen que enfrentarse las personas "dietéticas". Si incluso durante el verano te envuelves en una manta y a todas partes vas con una chaqueta "por si acaso", tal vez estés comiendo menos de lo que tu cuerpo necesita.

7. Pasas mucho tiempo revisando las imperfecciones de tu cuerpo

Uno de los rituales más populares entre las mujeres es darse la vuelta en el espejo, examinando su vientre y muslos. Y no hay nada de malo en este ritual, salvo que se repita 15 veces al día y acabe convirtiéndose en una obsesión.

Las personas con trastornos alimentarios están tan obsesionadas con su cuerpo que sienten la necesidad de palpar cada pliegue en él tras una comida, medir los parámetros de su figura en centímetros o pesarse regularmente para calmar su ansiedad.

6. Cuando te saltas un entrenamiento, entras en pánico

El deporte es un excelente remedio, tanto para deshacerse de un exceso de peso, como para decir adiós al mal humor, pero, al igual que todo en la vida, hacer ejercicio es bueno en su justa medida.

Si además del gimnasio, una persona tiene trabajo, familia, hogar, amigos y pasatiempos, los ejercicios diarios de varias horas de duración solo la agotarán volviéndola antisocial. Cuando saltarse un entrenamiento provoca una sensación de incomodidad, e incluso de pánico, y tras una comida surge la necesidad urgente de quemar calorías, se puede hablar ya de la existencia de problemas relacionados con la alimentación.

5. Has notado que el estado de tu piel, cabello y uñas ha empeorado

Cuando el trastorno se escapa de cualquier control, sus consecuencias se reflejan en la apariencia. Si una persona no recibe suficientes nutrientes con la comida, su piel comienza a deteriorarse, se le cae el pelo y las uñas se vuelven quebradizas.

También pueden aparecer otros síntomas físicos: desde mejillas hundidas a bolsas debajo de los ojos, hinchazón, boca seca, problemas con la vista y, en el caso de las mujeres, estas pueden sufrir trastornos en el ciclo menstrual. De esta manera, el cuerpo revela que se está resintiendo y necesita con urgencia que se corrija esta situación.

4. La comida es el mayor placer en tu vida

Mucha gente lo dice como si fuera una broma y ​​no hay nada inusual en disfrutar de tu comida favorita. Pero si este placer se superpone a todos los demás y no te quedan fuerzas, ni tiempo, ni deseos para dejarte llevar por otros placeres, es un síntoma alarmante y una razón, sin duda, para consultar a un especialista.

Depender de la comida es un fenómeno bastante común, dado que mimarse a uno mismo con algo sabroso es mucho más sencillo que construir una relación feliz, lograr el éxito en el trabajo o viajar. Pero sencillo no significa que sea mejor.

3. Tienes miedo de comer rodeado de personas

Una cita en un restaurante o un encuentro con amigos para disfrutar de una cena se convierte en una tortura si una persona sufre de problemas con su alimentación. "¿Qué pensaría él si yo me como todo el platillo?", "Ellos pidieron ensaladas y yo quiero pizza, mejor será que tome solo agua", "Si pido algo más, todos pensarán que me alimento como una bestia", "Mejor me como el postre en casa". Tales pensamientos están provocados por la existencia de un trastorno que impide la relajación y disfrutar de la buena compañía, tanto como de la comida.

2. Te reservas de forma regular para los días de atracones

Los atracones, esos días en los que puedes romper tu dieta y comer lo que sea, que a menudo se convierten en un paso intermedio entre la ortorexia y la bulimia. Comer en exceso viene acompañado de sentimientos de culpa, por lo que la persona aumenta el control sobre su alimentación, lo que a su vez provoca un nuevo paso para comer más en exceso y más sentimiento de culpa.

Una persona con un trastorno así puede comer incluso 10 000 kcal al día y no sentirse saciado. De este círculo vicioso no se puede salir si no se busca ayuda con el fin de restablecer la dieta normal.

1. Después de leer este artículo, sentiste hambre, pero decidiste que ahora no es el momento de comer

En la mayoría de los casos, las señales de hambre y de saciedad se ajustan en una persona todavía en su infancia y la ayudan a suministrar a su cuerpo energía y nutrientes, exactamente, cuando estos son necesarios. Si estas señales se ignoran con demasiada frecuencia, comiendo en exceso o, por el contrario, no alimentándose lo suficiente, estas acaban alterándose y provocan un cambio en el comportamiento, abriendo el camino a un trastorno alimentario.

Y para ti, ¿la comida es una aliada o tu enemiga?

Ilustradora Anna Syrovatkina para Genial.guru

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