15 Trucos para conservar tus prendas que probablemente te ayudarán a lucirlas como nuevas

Consejos
hace 3 años

Un programa estándar de lavadora suele tener un gasto de hasta 62 litros de agua, dependiendo de su carga y tiempo. Generalmente, nuestros dispositivos tienen muchas opciones para lavar casi cualquier tipo de ropa, pero a veces no estamos al corriente de prácticas para mimar nuestras prendas que no requieren de un consumo energético excesivo ni de la implicación de nuestro bolsillo.

Genial.guru preparó una lista de trucos para que puedas cuidar de tu guardarropas o recuperar esas prendas que creías perdidas antes de que se conviertan en pijamas.

1. Evitar lavar la ropa después de usarla una sola vez

A algunos nos puede sonar antihigiénico, pero la realidad es que meter ese suéter o par de jeans a lavar cada vez que nos los quitamos es un error. Esto no es solo por la factura de agua y luz que nos llega a final de mes, sino porque los tejidos se deterioran con facilidad y es posible que pierdan su color y forma. Una buena opción es airear la ropa antes de guardarla de nuevo, en caso de que no esté manchada.

2. Vigilar el exceso de detergente

La lógica nos puede conllevar algún que otro desastre; por ejemplo, muchos pensamos que, entre más detergente usemos, más limpia saldrá la ropa. Esto perjudica la lavadora, que no puede absorber tal cantidad de espuma (lo recomendado es menos de la mitad del dosificador). Como si fuera poco, si una prenda recibe exceso de espuma (agua con jabón), lo más probable es que su color disminuya porque el tinte de la tela entra en contacto con una dosis desmedida de detergente y agua.

3. Usar fundas de almohadas para almacenar ropa delicada

En caso de que no tengamos tiempo para lavar las prendas más frágiles a mano, como sujetadores o calzones, podemos optar por meterlas en una funda de almohada dentro de la lavadora. Eso las protegerá y evitará que rocen con otros materiales y se estropeen.

4. Tener cuidado con la luz del sol

Dejar la ropa tendida durante horas expuesta a la luz solar es un error muy común. Esto provoca que las fibras textiles se dañen y que tu ropa se estropee antes de tiempo. Una forma de controlarlo es fijándonos cuándo hay más luz solar. Debemos evitar colgar nuestras prendas justo en esos horarios.

5. Voltear los jeans antes de lavarlos

El director de una conocida marca de pantalones afirmó que los jeans no se deberían lavar bajo ningún precepto, puesto que pierden su color original. Aun así, si los metemos en el tambor, podemos girarlos de forma que la etiqueta quede hacia afuera para que no se decoloren tanto y evitar la plancha para que duren más.

6. Limpiar la seda con vapor de agua

La seda tiene un aspecto frágil y podemos pensar que es una fibra muy delicada, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, es uno de los tejidos más resistentes y podemos lavarla con vapor de agua si le hemos dado poco uso. Para que el color no se dañe, debemos evitar meterla en la lavadora. Podemos colgar la prenda en una percha, rociarla con agua y dejarla en el baño cuando nos duchemos, o simplemente pasar la plancha con cuidado con una toalla debajo. El vapor se encargará de hacer todo el trabajo y dejará la tela sin arrugas.

7. Conservar la forma de un zapato con papel

Cuando adquirimos un par de zapatos, lo más común es que en las tiendas nos entreguen el producto en una caja y con el calzado repleto de papel. Esta medida contribuye a que nuestro par de botas no pierda su forma y que las arrugas que se forman cuando caminamos se minimicen. Lo ideal es almacenar los zapatos después de cada uso tal y como nos los entregaron, introduciendo, por ejemplo, papel de periódico.

8. Utilizar sal para las manchas frescas

Cuando manchamos una tela, lo más importante es combatirla con rapidez. Para las manchas más difíciles, podemos espolvorear sal fina en el foco y dejar que esta absorba la suciedad. Dejamos en remojo la prenda en agua fría y la lavamos posteriormente con agua caliente.

9. Lavar a mano el terciopelo

Si se trata de una prenda de terciopelo sintético, solo necesitamos de nuestras manos y agua fría para que el material no se endurezca. Podemos optar por plancharlo, pero del revés y con una toalla debajo, por ejemplo. Si el terciopelo es de origen natural, podemos limpiarlo en seco con un paño humedecido.

10. Utilizar agua caliente solo en ciertas prendas

Cuando decidimos utilizar agua caliente para lavar en nuestra lavadora, la temperatura suele ser de unos 30 a 40º. Debemos tener cuidado, ya que no solo es un derroche de energía, sino que puede malograr la ropa y desgastarla. Lo más adecuado, en este caso, es utilizar este tipo de programas en manteles, toallas o sábanas que estén muy manchados, pero no regularmente.

11. Evitar separar los conjuntos de ropa al lavarlos

Puede sonar muy lógico y obvio, pero meter dos prendas por separado de un mismo conjunto en el tambor puede ser una equivocación, ya que una de las dos prendas probablemente lucirá más desgastada que la otra o perderá más color.

12. Cuidar la ropa con el centrifugado

Las revoluciones que utilicemos en nuestra lavadora sí importan. El secado puede ser muy perjudicial para nuestra colada, más si metemos en el tambor prendas delicadas. Lo mejor para que la ropa no se estropee antes de tiempo es establecer entre 600 y 800 r. p. m.

13. No llenar demasiado el tambor

A veces, queremos aprovechar los lavados y ponemos una cantidad enorme de ropa en la lavadora. Al llenar demasiado el tambor, podrían quedar restos de detergente al final de cada uso y el lavado podría ser solo superficial. Al moderar el número de prendas que introducimos, también ahorramos en excedente de detergente.

14. Cerrar cremalleras y abrochar botones durante el lavado

Sí, sabemos que es una tarea extra y muchas veces tenemos prisa, pero es una práctica que te salvará de muchas sorpresas al final de cada lavado. No hacerlo conlleva que algunas prendas se puedan perforar por el roce de las cremalleras, que los botones se salgan de sus costuras o que los cierres se estropeen.

15. Conservar el cuero con crema hidratante

El cuero es un material que necesita de una limpieza en seco para no arruinarlo. Una buena idea sería emplear un producto especializado en pieles y una esponja, pero también podemos optar por untarlo con una loción hidratante de manos antes de almacenarlo en una bolsa apropiada para ello. Al fin y al cabo, el cuero requiere de hidratación.

¿Tienes algún truco guardado debajo de la manga que nos pueda hacer la vida más fácil? ¿Eres de los que prefieren meter todo a la lavadora y olvidarlo, o te tomas un tiempo para hacer la colada?

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