Personas de todo el mundo están reemplazando los botes de basura con un frasco pequeño. Puedes hacer lo mismo y ahorrar un 40% de tu presupuesto

Consejos
hace 5 años

Muchas personas están seguras de que es inútil clasificar los desechos, ya que no se reciclan, sino que se envían al vertedero. El movimiento de “Residuos Cero” (Zero Waste) ofrece otra solución: generar menos basura. Incluso si no vas a seguir todos los principios enumerados en el artículo a la vez, pero eliges uno o dos, contribuirás con el cuidado del planeta. Únete al movimiento.

Genial.guru estudió las recomendaciones de las personas cuyo objetivo es la vida sin desechos. Estos son sus consejos sobre cómo llegar a un consumo consciente y reducir la cantidad de basura que generamos.

1. Sigue la regla de 5R

Bea Johnson, la fundadora del movimiento Zero Waste, no tiene un bote de basura en su casa, y su familia genera solo un pequeño frasco de basura por año. Bea cuenta que cuando comenzó a promocionar la vida sin basura en 2010, fue tomada por una loca y la gente solía dejar comentarios como “tampoco se afeita las piernas”. Hoy en día, miles de personas en todo el mundo se han convertido en sus seguidores y participantes del Zero Waste Challenge. Bea dice que este estilo de vida no solo libera su tiempo, sino que permite ahorrar hasta un 40 % del presupuesto familiar.

Aquí están los principios que sigue:

  1. Renunciar a lo innecesario: no tomes folletos publicitarios, tarjetas de visita, bolsas desechables y tu casa se volverá más limpia. Bea dice que su familia no acepta regalos en forma de objetos materiales y pide que se les regalen solo impresiones: desde entradas de cine hasta vuelo en parapente.
  2. Reducir el consumo: comprar de manera compulsiva (porque estás aburrido o solo para pasar el tiempo) lleva al hecho de que se estimula la producción de cosas en exceso para las cuales se gastan los recursos naturales. Por ejemplo, se requieren 2 700 litros de agua para producir una camiseta.
  3. Reutilizar: intenta dar una segunda vida a todas las cosas en tu hogar: incluso una bolsa de plástico resistente con ziploc, si la usas muchas veces, será más ecológica que la bolsa de papel.
  4. Reciclar: muchos artículos usados ​​no son basura en absoluto, sino materiales reciclables valiosos. Busca en el mapa el punto de reciclaje más cercano y entrega papel de desecho, vidrio, aluminio y plástico.
  5. Los residuos orgánicos sirven para hacer compost o se envían al vertedero.

2. No compres medicamentos para el futuro

Anastasia Prikazchikova, la autora del blog I’mOrganic, recomienda no comprar medicamentos por si acaso. A menudo no se utilizan, por lo que tenemos que desechar los medicamentos caducados que se convierten en residuos peligrosos. Cuando llegan al vertedero, penetran en el suelo, en los embalses, y de allí, en la red de abastecimiento de agua.

En muchos países, los desechos médicos no se pueden reciclar, por lo tanto, los expertos en reciclaje recomiendan verter los medicamentos solubles en el sistema de alcantarillado (en el empaque debe estar indicado “dispersable”). En cuanto a los fármacos insolubles, hay que sacarlos de los blísteres, triturarlos, mezclarlos con algo no comestible (por ejemplo, hojas de té usadas) y colocarlos en una bolsa o en una lata para que los animales callejeros no puedan comerlos.

3. Busca alternativas al plástico

Los productos de plástico son cómodos y baratos, y es difícil renunciar a ellos. No tienes que confeccionar esponjas cosméticas de trapos viejos; haz lo que puedes hacer. La bloguera Tatyana Yevloyeva aconseja comenzar poco a poco, por ejemplo, comprando un cepillo de dientes de bambú en lugar del habitual. Para lavar los platos, puedes usar esponja vegetal (esponja hecha de pulpa seca de calabaza luffa), y para el cuerpo puedes utilizar los guantes de kessa que no necesitan jabón ni exfoliante.

¿Qué más puedes hacer?

  • En lugar de envases de plástico elige los envases de cartón, vidrio y aluminio, ya que son reciclables.
  • Compra al por mayor para que haya menos residuos de embalajes, por ejemplo, el papel higiénico se puede comprar en paquetes grandes.

4. Renuncia a los productos desechables

El producto más vendido en los supermercados de varios países son las bolsas desechables. Cada año se utilizan 500 mil millones, y con todas las bolsas producidas hasta la fecha se puede envolver al planeta unos 4 200 veces. En los vertederos se desintegran en micropartículas que penetran en el agua, el suelo, los cuerpos de los animales y humanos. Los vasos de café desechables, millones de los cuales se compran en el mundo cada mañana, crean un problema bastante grave. No se pueden reciclar, ya que en el interior se cubren con una película especial impermeable y llenan los vertederos de la misma manera que las bolsas.

Los seguidores del concepto “Zero Waste” aconsejan que reemplaces los productos desechables por sus análagos reutilizables y que los lleves contigo a todas partes. Aquí hay algunos ejemplos:

  • Vaso térmico para el café.
  • Botella para el agua.
  • Bolsa de tela.
  • Bolsas de tela o bolsas ziploc que, aunque están hechas de plástico, son más resistentes, por lo que pueden lavarse y usarse muchas veces.
  • Cubre zapatos reutilizables que se pueden lavar.
  • En algunos lugares, por ejemplo, en este mercado de agricultores australianos, ya puedes alquilar una taza de cerámica en lugar de usar una taza desechable.

5. Revisa el etiquetado del producto

El etiquetado ayuda a elegir un producto que es seguro para los seres humanos y la naturaleza y demuestra que fue producido sin dañar el medio ambiente. El fabricante tiene derecho a colocar un símbolo especial en el embalaje solo después de la certificación, lo que confirma su seguridad. Pero esto no impide que los fabricantes pongan un pseudoetiquetado para agregar valor al producto a los ojos del consumidor. Para comprobar si el producto es ecológico, puedes escanear los símbolos en el envase utilizando la aplicación Ecolabel Guide (App Store, Google Play).

El etiquetado también ayuda a descubrir cómo reciclar el embalaje de los productos. Por ejemplo, todo lo que contiene el símbolo de contenedor de basura tachado (bombillas, pilas, baterías, termómetros de mercurio y latas de aerosol) es un desecho peligroso que no debe arrojarse al contenedor, sino que debe desecharse en los centros de reciclaje.

6. Adquiere un compostero o un triturador de basura

Residuos orgánicos: cáscaras de vegetales, pulpa de exprimidor, pan seco, etc., se convierten fácilmente en un fertilizante útil que puedes utilizar para abonar las plantas en tu balcón así como las plantas de jardín o árboles cerca de tu casa. Para ello, los ambientalistas avanzados compran o hacen composteros: contenedores para el reciclaje de residuos orgánicos. Pueden usar microorganismos especiales (por ejemplo, Bokashi) o lombrices vivas que saturan el compost con sustancias beneficiosas, lo desinfectan y lo airean. Y no se van a dispersar por el departamento, ya que le temen a la luz del día.

También puedes instalar un triturador debajo del fregadero de la cocina, es un dispositivo eléctrico que tritura los desechos para que puedan ser drenados al sistema de alcantarillado.

Otra solución es guardar los desechos en la nevera como lo hace Loren Singer, fundadora del proyecto Trash is for Tossers de la recolección de basura por separado: asegura que guarda todos los desechos orgánicos en un recipiente grande en el congelador, y cuando se acumulan, los saca para arrojar a una pila de compost.

¿Estás listo para comenzar una vida en la que habrá menos basura?

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