12 Cambios y aprendizajes que experimentamos cuando nos convertimos en tíos, y por los cuales decimos ¡gracias, hermanos!

Crianza
hace 3 años

Tenía 12 años cuando me presenté por primera vez ante el público como tía. Por supuesto, pocos tomaron en serio mi nueva etiqueta, porque por lo general, este papel tan importante se asocia con personas con más experiencia en la vida o con niños. Nadie esperaba que fuera una mentora de verdad —y yo tampoco tenía ganas de serlo (¿qué se supone que debía enseñarle?)—, entonces, me relajé y decidí solo acompañarlo en los múltiples debuts que tendría en la vida. Conforme fue creciendo, y yo junto con él, la técnica de “sobrinear” tomó forma. Hoy, con tres personitas más, sigo aprendiendo.

Genial.guru cree que convertirse en tío o tía es un momento mágico e importante, ya que brinda la oportunidad de aprender (no importa la edad que tengas) sobre amor y cuidado de la mano de alguien más pequeño que tú. El sentimiento es inexplicable y hay muchas cosas que experimentas en el camino. Algunas de ellas son:

1. Te das cuenta de que tienes un instinto protector

La primera vez que los cargas aprendes que tus brazos pueden protegerlos. Luego, ves que hay múltiples formas de cuidarlos, más allá de usar tu cuerpo como escudo, por ejemplo, dándole consejos. De esta forma, empiezas a velar por alguien más que no eres tú, y te preocupas porque ese nuevo ser que empieza en la vida tenga el menor número de caídas, ya sea en una bici o en su día a día.

2. Te conviertes en un consejero

Conforme pasas tiempo con tus sobrinos, puedes ganarte su confianza y aconsejarlos, siempre desde una postura responsable y respetando las normas o líneas rojas que son importantes para los padres. La ventaja que tienes es que puedes darle pequeñas o grandes lecciones dejando de lado los regaños y convirtiéndote en su cómplice de aventuras.

3. Quieres heredar tus mejores recuerdos

Si a tu hermano o hermana ni de chiste les regalabas (o prestabas) tus “tesoros”, a tus sobrinos sí. De hecho, cuando se trata de buscar nuevos dueños para tus juguetes, libros o ropa favorita, son ellos los primeros en quienes piensas, pues quieres que aquellas pertenencias que te acompañaron en tus mejores momentos o tienen una historia importante detrás, pasen a buenas manos, y ¡qué mejor que las suyas!

Al heredarles tus más preciadas posesiones, les das un pedacito de lo que te hizo sentir bien, deseando que los hagan sentir igual o más felices que a ti.

4. Y también tus experiencias

Quieres extender lo mejor que te ha pasado hacia tus sobrinos. Por ello, cada vez que puedes, les compartes tus experiencias favoritas: desde lecturas hasta platillos de comida. Esperas que estos hallazgos que has tenido a lo largo de tu vida los emocionen, satisfagan o simplemente les sirvan de mapa a la hora de ellos formar sus propios gustos.

5. Te vuelves experto en festejos infantiles

Antes de la llegada de tus sobrinos, el cumpleaños que más te emocionaba era el tuyo. Luego, sus fechas de nacimiento pasaron a ser las que memorizas y tienes bien marcadas en el calendario, porque quieres ayudar en la preparación de su festejo o idear tu propia forma para hacer su día i-nol-vi-da-ble.

De pronto, temas que pensaste que no eran de tu interés forman parte de tu conversación: ¿dónde venden los mejores pasteles?, ¿dónde compro todo lo necesario para fiestas infantiles?, ¿cuál es la feria de la ciudad más divertida?, ¿qué juguetería tiene mayor variedad?

6. Prestas más atención a los estrenos de películas animadas y de superhéroes

Igual, ya dominabas el tema, pero cuando tienes sobrinos, te conviertes en una “cartelera humana” que sabe todo lo relacionado con los estrenos: sinopsis, reparto y hasta puntuación. Buscas las mejores cintas para llevarlos y garantizarles diversión.

7. También consumes más contenido para niños (¡y tus cuentas lo saben!)

Un día, decides armar un maratón de series y películas con tus sobrinos, y al otro día, Netflix te recomienda más contenidos para ellos que para ti. Después de un tiempo, ya no es raro que en tu perfil convivan los documentales que te gustan con Up: una aventura de altura, El Gato con BotasResident Evil.

Pasa lo mismo con las plataformas de video y música. Reproduciendo tu lista de música, puedes escuchar la canción “Baby Shark” y, enseguida, el último sencillo de Beyoncé. Si tienes sobrinos de diferentes edades, entonces la selección se vuelve más variada. En cierto punto, hasta puedes llegar a compartir gustos con alguno de ellos (este es el nivel más alto del universo de los tíos, por cierto, ¿alguien ya llegó ahí?).

8. Te gusta jugar de nuevo

Ellos se divierten haciéndose pasar por un zombi o una princesa. Pueden correr, saltar, darse maromeras e idear más de cinco juegos diferentes en un día.

Como tío, uno aprende a estar listo para este derroche de energía y, claro, para adaptarse a sus herramientas de diversión y usos, que, en ocasiones, desafían los instructivos: por ejemplo, una escoba deja de serlo y se convierte en un auto; un colchón es el ring de luchas; y una caja de cartón una guarida que te puede salvar de los malos. Nada en sus juegos es lo que parece, y eso es lo entretenido.

9. Te importa ser la mejor versión de ti

Lo que otras personas piensen de tu forma de ser, no te importa, hasta que... tus sobrinos llegan. De todos los que puedan opinar, son ellos los que realmente te interesan porque sabes que pueden copiar tus actitudes e incluso palabras.

Al darte cuenta de esto, comienzas a pensar dos veces en lo que haces y dices. Quieres ser la mejor versión de ti para que así los pequeños tengan otro referente adulto positivo con el que puedan conocer el mundo y las diferentes maneras de enfrentarse a él.

10. Sientes orgullo por alguien más además de ti

Cada logro que tienen, lo festejas en grande. Para ti, ellos se merecen un abrazo, un beso, aplausos y más. Si pudieras, le darías a cada uno el premio al sobrino del año por sus buenas calificaciones, su dibujo de la semana, su destacada participación en una obra o, sencillamente, porque existen.

11. Saturas tu celular con sus gracias

Su primer diente, sus primeros pasos, sus primeras palabras, su primer festival... Todo lo que les pasa a tus sobrinos, lo quieres guardar en tu memoria, pero como sabes que luego falla, entonces usas la de tu celular para almacenar el registro de su crecimiento. Quizá no seas documentalista, pero lo pareces cuando se trata de contar la vida de los pequeños de la familia.

12. Sonríes con solo verlos

Se te pone la piel de gallina al darte cuenta de que existen en el mundo pequeñas personas que con solo pararse frente a ti te pueden hacer sentir que todo estará bien. Es cuestión de que te visiten o tú a ellos para que se te dibuje una sonrisa en el rostro y te llene una sensación de ternura.

Los sobrinos son sinónimos de amor, uno incondicional que crece a medida que ellos también lo hacen (¡Gracias, hermanos, por traerlos a nuestras vidas!).

¿Tienes sobrinos?, ¿qué te han enseñado? ¿Has notado que cambiaste tu forma de ser o ver el mundo desde que nacieron?

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Ser tío es el mejor regalo que un hermano puede hacerte :)

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