La confianza de tu hija puede disminuir a los 8 años, y aquí hay 7 cosas que puedes hacer para ayudarla

Crianza
hace 3 años

Después de que tu niña cumpla 8 años, su confianza se verá amenazada por los cambios en sus amistades, las modificaciones en su apariencia física, el aumento de las responsabilidades escolares y demás. Los adultos somos conscientes de que estas cosas pueden tener una influencia poderosa sobre nosotros, pero estas situaciones son completamente nuevas para las niñas. Afortunadamente, hay una manera de ayudar a tu hija a superar esta etapa y a recuperar su confianza. Esto le permitirá volverse más fuerte e incluso puede facilitar su transición a la adolescencia.

En Genial.guru entendemos que la confianza juega un papel importante en la vida de las niñas y, sin ella, sus posibilidades de éxito se pueden reducir. Es por eso que hemos preparado algunos consejos para que trabajen juntos como un equipo.

1. Comprende las razones por las que la confianza de tu niña podría disminuir

Una encuesta confirmó que el 30 % de la confianza de las niñas cae entre los 8 y los 14 años. Por lo general, esto se debe a que los padres esperan perfección de parte de ellas y al mismo tiempo son sobreprotectores. Esto significa que es posible que quieras proteger a tu hija de sus propias emociones y no le permitas cometer errores. Incluso dejarla escapar de sus responsabilidades puede afectar su confianza.

2. Deja que tu hija enfrente sus miedos

Es cierto que las zonas de confort brindan crecimiento, pero esto no significa que si tu hija es buena nadando, deba dejar de tomar sus lecciones. Por otro lado, es tu trabajo animarla a ir más allá de sus miedos, que además son diferentes para cada niña. Puedes abordar este reto de las siguientes maneras:

  • Comienza averiguando cuáles son sus miedos. Haz una lista de los peores resultados posibles, aunque sean muy improbables. De esta forma, ella estará lista para lidiar con ellos y podrá enfrentar perfectamente resultados más positivos.
  • No olvides abordar sus experiencias pasadas. Escribe también una lista de riesgos que enfrentó anteriormente. Esto la hará sentir más valiente.
  • Ayúdala a pensar en un mantra que pueda usar cuando llegue esa situación aterradora. A la larga se convertirá en su guion automático.

3. Enséñale a no darse por vencida después de un fracaso

El fracaso vendrá, como nos sucedió a todos, eso es inevitable. Es un tipo de lección que obtenemos si asumimos riesgos, especialmente cuando somos jóvenes. Pero lo que es importante es que tu hija aprenda a superarlo y a estar lista para la próxima vez.

  • Inmediatamente después de que ocurra un desastre, cambia de tema. No la presiones para que analice lo que salió mal y no le asegures que puedes solucionarlo. Ahora mismo necesita un respiro, porque su centro de miedo está en llamas. Déjala tomar un descanso de 30 minutos a 3 horas.
  • Una vez que esté lista, dile que vuele con su mente y que observe la casa, la escuela o la ciudad desde arriba. Habla sobre cómo ve la situación desde otra perspectiva. Esto sacará al cerebro del modo de miedo y le permitirá ver las cosas de manera más amplia.
  • El objetivo es que ella perciba que el fracaso no es una razón para retroceder, sino para avanzar aún con más decisión. Ahora, juntos, busquen una mejor solución para lidiar con sus amigos, con los exámenes o con lo que la esté preocupando.

4. Dile que agregue “tal vez” a sus historias

La meta aquí es reconfigurar el funcionamiento de su cerebro, y una excelente manera de lograrlo es enseñarle a agregar “tal vez” cuando explica y analiza una situación. He aquí cómo hacerlo:

  • Esta estrategia podría incluso detener el ciclo salvaje de la rumia mental. Es especialmente útil si no puede dejar de estar obsesionada con ciertos problemas, como por ejemplo, cuando “falló” al presentar un proyecto frente a su clase y ahora asume que todos piensan lo peor de ella.
  • Ahora es el momento de ayudarla a contar la historia agregando “tal vez” o “quizás”. Esto puede resultar en frases como “quizás los niños no prestaron atención” o “tal vez mañana alguien más cometerá un error”, o también puedes decir “quizás había un perro afuera y todos estaban mirándolo”.
  • No importa cuán realistas sean estas oraciones, la ayudarán a quedarse tranquila y a dejar de darle vueltas al asunto, lo que le dará la oportunidad de ver las cosas desde una perspectiva diferente.

5. Déjala tomar sus propias decisiones

Cuando no dejas que tu hija tome una decisión, lo más probable es que reaccione de igual forma fuera de casa. Esto puede llevarla a hacer malas elecciones, lo que puede reducir aún más su confianza.

  • Dale la oportunidad de practicar la toma de decisiones. Puede ser tan simple como involucrarla en las elecciones y tareas diarias.
  • Déjala elegir lo que quiere usar, de qué tareas quiere ser responsable esta semana, cómo quiere usar su cabello, etc.
  • Cuando tu hija sienta que le confías las decisiones, recibirá el mensaje de que es capaz de hacer cosas por ella misma.

6. Felicítala por sus esfuerzos y no por su desempeño

Concéntrate más en sus esfuerzos y no en el resultado o en el desempeño. Esto generará confianza en ella y podrá tolerar el fracaso de mejor modo. Tampoco debes valorar sus esfuerzos de acuerdo con su inteligencia, porque esto puede disminuir su motivación y evitar que trabaje duro.

Si elogias a tu hija y le dices que hizo un buen trabajo, pero aun así no funciona, adopta un enfoque diferente. Pregúntale qué logró gracias al esfuerzo realizado. De esta manera, podrá ver los resultados por sí misma y aprenderá en qué necesita trabajar más.

7. Comparte tus fracasos anteriores

Para asegurarte de que todos estos consejos sean efectivos, debes abrirte con tu hija. Los padres deben ser modelos a seguir para que ella pueda desarrollar su confianza, aun experimentado fracasos y riesgos en el camino. Esto es lo que puedes hacer:

  • Expresa tus sentimientos y preocupaciones sobre algún nuevo desafío que debas superar, uno que te asuste. Aún mejor, pídele que sea parte de ello y solicítale un consejo. Permítele que sea la experta, porque ella podrá analizar la situación desde otro punto de vista.
  • Habla sobre los fracasos que has tenido en el pasado y lo asustado que estuviste en esos momentos. Demuéstrale que no importa lo mal que estuvieran las cosas, de todos modos pudiste recuperarte y convertirte en una mejor versión de ti mismo.
  • Admite que estabas equivocado, que estabas demasiado obsesionado con ella. Imaginar lo peor y concentrarse en ello no es saludable y eso significa que debes modificar tu postura. Dile a tu hija: “Siento haber dejado que mi pensamiento obsesivo se apoderara de mí”. Tus palabras le permitirán reconocer este patrón dañino de pensamiento cuando le suceda a ella.

¿Notaste alguna diferencia en la confianza de tu hija cuando cumplió 8 años? ¿Qué pasos diste para ayudarla? Esperamos tus comentarios en la sección que se encuentra a continuación.

Comentarios

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Cómo en otros post anteriores, comento lo mismo, esto se aplica tanto a hijas como a hijos

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De acuerdo, pero este post.no trata de eso, sino de la confianza en si mismos q podemos inculcar desde pequeños, y es para ambos sexos

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