17 Cosas no comestibles que se ven tan apetitosas como si fueran verdaderas delicias

hace 3 años

Es muy sorprendente que en el mundo existan tantas cosas no aptas para su consumo, pero que en realidad se ven como unas verdaderas delicias. En la red incluso hay un grupo dedicado a compartir tales “alimentos prohibidos”. En él, todas las personas pueden publicar sus fotografías de artículos no comestibles que, sin duda, dan ganas de probar.

Genial.guru les echó un vistazo a las publicaciones en este grupo y de inmediato tuvo un poco de hambre. Simplemente mira lo bien que un vidrio puede enmascararse bajo la apariencia de un dulce, y cómo un detergente puede parecer una limonada.

“Me asusté cuando mis papás lo colocaron en su té. Es acondicionador de miel para el cabello”

“Miel para hidratar el cabello”.

¿Qué tipo de salsa combinará con esta pasta?

En realidad, son gomas elásticas.

“Hice un jabón en forma de pastel. Mi hijo lo vio y me pidió un pedazo. Ahora tendré que preparar uno verdadero”

Estas esponjas cosméticas se parecen mucho a un pan de chocolate

“Mi amiga hizo estos ositos de resina epoxi. Una vez, yo hice gomitas de verdad en forma de ositos, pero aun así no se veían tan bien como estos”

“La señora de la limpieza sacó este frasco del cuarto de baño y lo puso en el refrigerador”

Frase en la botella: “Mascarilla nutritiva para el cabello, marca TONYMOLY”.

“El suelo de mi residencia estudiantil se ve como si estuviera lleno de leche con chocolate. Pero simplemente es el agua de lluvia que nos inundó”

Por desgracia, son piedras y no trozos de puerco

“Nuestro estudiante de intercambio de Japón estuvo a punto de beber detergente. Él pensó que era una limonada, ya que en la etiqueta aparecían unas frutas”

“Claro. Parece una limonada, huele a limonada y, además, se vende en una botella de limonada”.

“Hice una vela, pero no se secó por dentro y se desmoronó”

“¡Qué deliciosa se ve! Parece una trufa de frambuesa”.

“Hoy vi salami en rollo”

Dulces de vidrio

“Mi abuela tiene estos dulces en la alacena. Cuando era pequeña, le pedía que me diera uno, ya que me parecían muy deliciosos, pero siempre me decía: ’No’. Un día robé uno y, cuando traté de abrir la envoltura, se cayó un pedazo de vidrio. Por lo que sé, incluso en la actualidad, en la alacena de mi abuela se encuentra un dulce roto”.