20+ Personas que pueden confirmar que el karma existe (algunas de las historias parecen copiadas de las sucedidas a nuestros amigos)

Gente
hace 2 años

Muchos de nosotros nos hemos topado con, por decirlo suavemente, conductas inapropiadas de otras personas. O hemos cometido nosotros mismos acciones de las que luego nos avergonzamos un poco. Por ejemplo, entrar a un consultorio médico sin respetar la fila o responder groseramente a un camarero en una cafetería. Pero después de eso te das cuenta de que la vida a menudo pone todo en su lugar y rápidamente les da a las personas lo que se merecen.

Genial.guru no se regocija de ninguna manera con lo sucedido a los protagonistas de estas historias. Bueno, tan vez solo sentimos un poco de satisfacción por el triunfo de la justicia. Y el bono te demostrará que, un día, el karma puede alcanzar incluso a un gato.

  • Mi madre trabajó durante más de 30 años en un instituto de investigación. Su trabajo estaba relacionado con los bocetos, el puesto: ingeniera de diseño. Había 6 o 7 mujeres en el departamento y un jefe masculino, digamos que se llamaba Rodríguez.
    Para evitar que los dibujos se enrollaran, utilizaban una “carga”: unos cilindros de hierro de varios tamaños y masas. Bueno, el jefe Rodríguez deslizaba periódicamente esos cilindros en los bolsos de las mujeres. Las empleadas del instituto de investigación a veces arrastraban sus bolsas a través de media ciudad y recién en casa encontraban la “sorpresa”.
    Los chicos del departamento vecino se enteraron de estas travesuras de Rodríguez. Como resultado, cuando el jefe se fue de vacaciones, le ofrecieron llevarlo al tren en un auto de la empresa. Él aceptó con gusto: su esposa lo había cargado con bolsas con regalos para los familiares. Los colegas acompañaron a Rodríguez alegremente y lo ayudaron a llevar el montón de bolsas al compartimiento del tren.
    Al llegar, apenas logró bajar del vagón y arrastrar las bolsas hasta el autobús. Maldiciendo a su esposa, a la miel, a las abejas y al apicultor, llegó a la casa de sus parientes tras 2 transbordos. Y recién allí se dio cuenta de que, además de la miel, había cargado unos 15 kg de esos mismos cilindros que los compasivos hombres habían metido discretamente en sus bolsas. © adeptus102 / Pikabu

  • En la escuela secundaria, era regordeta, tímida, me iba mal en algunas materias y me resultaba difícil llevarme bien con la gente. Terminé enamorándome del más guapo de la escuela. Me rechazó a sangre fría, diciendo que no era su tipo, y luego le contó a toda la clase sobre mi enamoramiento.
    Un tiempo después, este chico reprobó sus exámenes, rompió con su novia y ganó mucho peso. Yo estoy bien. Y, por cierto, ahora me veo mucho mejor gracias al entrenamiento regular. © Anonymous / Quora

  • En nuestro equipo había un sujeto insoportable que se comunicaba con la gente a través de chistes y bromas. Una vez puso una baba verde de juguete en la silla de una chica, ella no se dio cuenta y se manchó la falda. Y el “bromista” dijo: “Los días críticos han alcanzado un nuevo nivel, ¡eh!”.
    Por los ojos de los demás, me di cuenta de que la broma había fallado. Desde ese mismo minuto, ese tipo dejó de existir para el equipo. Después de una semana de ser ignorado persistentemente, empacó sus cosas y se fue. © Zeppilin / Pikabu

  • Cuando tenía 5 años, una niña de nuestro grupo de amigos quería que la llamara hermosa como parte de un juego. Y yo dije: no, gracias. Como resultado, el karma se hizo cargo y durante los últimos 6 años la considero la persona más hermosa del mundo. © taraxacum_00 / Twitter

  • El karma es quizás lo único en lo que creo de verdad. Hoy les grité a mis hijos. Por supuesto que no era la primera vez y había motivo para hacerlo, pero esta vez realmente exageré. Luego salí a la calle y el aguijón de una malvada criatura rayada se clavó en mi pierna. Gracias. Ya me había dado cuenta sola de que estaba equivocada, pero, aparentemente, no fue suficiente. © oksana_neuk / Instagram
  • Una vez, olvidé mi teléfono en un café. Cuando regresé, no lo encontré, por supuesto. Me puse triste: había datos importantes allí. Escribí una declaración en una comisaría y unos seis meses después, la policía encontró a la ladrona. Una chica de 19 años simplemente tomó el teléfono y luego se lo dio a alguien. Ella enfrentaba una sentencia con libertad condicional y me ofrecieron retirar la denuncia por dinero. Me negué. Porque estaba enfurecida por su indiferente comentario de “¿Y qué tiene?” en respuesta a mi “¡¿Para qué?!”. © “Oídoporahí” / Ideer
  • Conocí a un joven (digamos que se llamaba Nico). “Salí” con él, nada serio, simplemente paseábamos y hablábamos, y él trataba de hacer que me enamorara de él y de impresionarme de todas las formas posibles. Pero me di cuenta de que él no me generaba ningún sentimiento y comencé otra relación antes de romper con él. Nico se enojó conmigo y dijo que el karma me lo regresaría. En ese momento, lo tomé como una broma. Pero después de un par de años conocí a otro joven, que también se llamaba Nico. Me enamoré perdidamente de él, y después de un par de meses dijo que yo no le generaba ningún sentimiento y que teníamos que separarnos. Fue entonces cuando comencé a creer en el karma. © Victoria Kotova / Genial
  • A una chica con la que salía un amigo nuestro (llamémosla Clara) le encantaba alardear de sus “logros”. Esa joven trabajaba en la oficina de correos, en el departamento de clasificación. Y luego allí estaba, muy feliz, contando cómo ella y su compañera habían robado “un par” de paquetes durante su turno. Mi esposo y yo nos quedamos en estado de shock, sosteniendo nuestras mandíbulas para que no cayeran al suelo. Y la chica contaba alegremente sobre su pesca: 2 trajes de baño, 3 pares de auriculares, una gorra de bebé, 2 monos de bebé. Mi esposo y yo mirábamos a la satisfecha Clara, tratamos de explicarle que no estaba bien hacer eso, pero no sirvió de nada. Como resultado, dejamos de comunicarnos con esta chica, nuestro amigo también decidió romper con ella.
    Hace una semana, me topé con Clara en la calle. Resulta que ahora trabaja como cajera en una tienda, no duró mucho en el correo. Se quejó de que ahora estaba obligada a pagar dinero de su salario por darle a alguien el cambio incorrectamente. Creo que esto es karma. © Arhigrumo / Pikabu

Karma instantáneo para aquellos a quienes les gusta estacionarse cerca de los contenedores de basura.

  • Estaba en la parada esperando el autobús. Un hombre de 40 o 45 años estaba sentado con unas bolsas de comestibles y escupía bajo sus pies. De repente, un paquete se deslizó y cayó en el lugar donde él había estado escupiendo. Un pan se cayó de la bolsa. Como resultado, el hombre tuvo que limpiar la bolsa de su propia saliva. © Swan.videos / Pikabu

  • Hoy vi a una chica con labios carnosos tomarse una selfi mientras conducía su BMW. Adivina el resultado. ¡Exacto! La parte de atrás de un Nissan que conducía frente a ella sufrió daños. Y bastante fuertes. Deberías haber visto con qué enojo esta chica comenzó a demostrarle al propietario del Nissan que era él quien tenía la culpa. ¿Y yo qué? Yo nada. Simplemente me detuve y descargué el video de la grabadora de mi auto a la computadora portátil del conductor que sufrió los daños. © “Oídoporahí” / Ideer

  • Teníamos prisa por subir a un minibús. Le hice señas al conductor y me pareció que nos estaba esperando. Pero cuando llegamos, empezó a alejarse. Maldije obscenamente en su dirección. Se alejó un poco y volvió a abrir la puerta. Subimos. Y cuando bajamos, me di cuenta de que había dejado mis guantes de cuero favoritos en el minibús. ¿Karma instantáneo? © Lisa Patrikeevna / Genial

  • Cuando trabajaba en el servicio de atención al cliente de VISA, un sujeto comenzó a hacer un escándalo porque yo, por razones objetivas, me negué a aumentar el límite de crédito de su tarjeta. No dejaba de repetir: “¿Qué clase de perdedor hay que ser como para que solo te contraten en un centro de llamadas?”. Le respondí con calma que, a diferencia de él, nunca me había parado en medio de un centro comercial con una tarjeta de crédito que no tuviera ni un centavo. Y luego simplemente colgué. © MaKnitta / Reddit

  • Decidí hacerme una revisión médica. La fila en la clínica era enorme, de al menos 20 personas, y todas iban al mismo lugar que yo. Vino una señorita, trató de saltarse la fila y fue detenida por 3 ancianas. Entonces trató de meterse en el medio de la fila, pero nuevamente fue detenida por otra gente que estaba esperando. Decidió probar suerte parándose frente a mí.
    —No te saltes de la fila—, me indigné.
    —Pero solo quiero preguntar algo, y tengo prisa—, dijo.
    —¿Y a dónde tienes prisa por legar?—, preguntó el hombre que estaba detrás de mí.
    ¿Cómo que a dónde? Tengo turno para hacerme la manicura en media hora—, respondió ella sorprendida, como si se tratara de una cuestión de vida o muerte.
    Como resultado, juntos la enviamos al final de la fila. Y mientras ella discutía con nosotros, 4 personas más ocuparon el lugar donde ella podía haberse parado. © godfry404 / Pikabu

  • El verano pasado fui a visitar a mi papá. Los boletos del autobús se vendían con indicación del lugar. Me tocó un asiento en el medio de la cabina, junto a la ventana. Esos autobuses son viejos, no tienen amortiguación, dentro hace un calor del infierno en verano y un frío del Ártico en invierno.
    Bueno, me acerqué a mi lugar y otra señorita ya se había instalado allí: se había puesto los auriculares, puso cara de mala y miraba demostrativamente por la ventana. En resumen, toda su apariencia sugería que la chica estaba de humor para un escándalo. “Hmm”, pensé, “para algunos, la ventana es sagrada. Que se quede allí, si quiere”.
    Pronto salió el sol y empezó a pegar directamente en nuestro lado. Y esta chica, sentada en mi lugar, se apartó de la ventana lo más que pudo, pero fue inútil: el autobús no tenía cortinas, el sol estaba caliente.
    Me reí entre dientes y me quedé dormida. Cuando me desperté, vi una imagen miserable: mi vecina se estaba literalmente derritiendo por el calor, pero no había adónde ir. La expresión de su rostro pasó de desagradable a ofendido. ¿Y yo qué? A mí me soplaba el viento desde la escotilla y estaba en la sobra. Y así llegamos: yo muy bien, ella apenas habiendo sobrevivido. Pero estuvo sentada junto a la ventana, claro. © VicZhou / Pikabu

  • Un chico que conozco siempre decía: “¿Por qué esforzarse tanto en la escuela? No te dará nada”. Todavía no tiene un título y hoy tomó mi pedido en un McDonald’s. © CurrentRisk / Reddit

  • En mi trabajo anterior, mis colegas complotaron contra mí con la aprobación tácita de mi jefe. Puse todas mis fuerzas en no quedarme sin trabajo, y al final todo me salió bien. Después de un tiempo, el mismo grupo de personas comenzó a complotar contra mi exjefe y él también perdió su puesto. Hace poco recibí un mensaje suyo por WhatsApp: “Hola, estoy buscando trabajo. ¿Hay vacantes en tu empresa?”. No le deseo mal, que a él también todo le salga bien. © Saurabh Rathi / Quora

  • Compré una alfombra de goma para poner junto a la puerta y tontamente la puse afuera. La robaron literalmente un par de minutos después. Esta mañana, mi alfombra y otra alfombra roja de baño salieron volando del balcón del ladrón. Ambas alfombras descansan tranquilamente sobre el césped, y el propietario no tiene prisa por bajar a buscarlas. Lo más probable es que espere hasta que oscurezca para que no lo atrapen. Sentirá vergüenza, supongo. O tendrá miedo. © Mariotto / Pikabu

  • En mi infancia, mi mamá no trabajaba, solo se acostaba en la cama y miraba la televisión. Todas las tareas del hogar recaían sobre su suegra. Yo tenía 6 años cuando una amiga de ella vino a visitarla. Se sentaron en el sofá, hablaron alegremente y me ordenaron que lavara el piso frente a ellas. Llorando (me daba vergüenza limpiar delante de una señora casi desconocida), pasé un trapo por el suelo. Mi mamá gritó que no quería que su hija creciera como una mujer inútil. Mientras tanto, su amiga sonreía dulcemente. Ahora tengo 21 años. Y mi madre se pregunta por qué siempre esquivo sus besos. © “Oídoporahí” / Ideer

Bono: el karma incluso puede alcanzar a un gato

“Lo desperté a las 6 de la mañana. ¡La venganza es dulce!”.

¿Conoces casos en los que tus agresores o simplemente personas desagradables recibieron rápidamente su merecido?

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Una temperatura corporal de 37.1 °C es normal, qué karma ni qué la fregada.

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