13 Formas de vivir el mundial que nos recuerdan que, aunque apoyemos a distintos países, el fútbol es el mismo

Historias
hace 1 año

El mundial es el momento en el que todos nos unimos y sentimos la misma pasión por el fútbol. Imagínate cuando se trata de apoyar a tu propio país. Hasta los menos fanáticos del fútbol se interesan por el mundial. Porque, al final del día, no importa si eres seguidor de este deporte o no, la sensación es la misma. Incluso aunque tengamos distintas banderas.

¿Qué país te gustaría que ganara la Copa del Mundo? Volviendo a las épocas escolares, ¿cómo la pasabas en educación física?

  • En Venezuela, como sabemos que nuestro equipo no irá a los mundiales, solemos apoyar a los equipos de otros países. Eso sí, llevamos nuestro apoyo a todo nivel: hacemos quinielas, decoramos los carros con banderitas, nos maquillamos la cara, compramos las camisetas, etc. En mi casa veíamos los partidos con la familia y es muy común en un típico hogar venezolano ver un montón de gente con camisetas de muchos países; en la mía las que más imperaban eran Brasil, Italia, España, PortugalArgentina, y la oveja negra era mi hermano, el único que apoyaba a Alemania con todo su ser.
  • Una vez, durante un mundial, con mi familia tuvimos la genial idea (o eso creíamos) de ir a comprar comida una hora antes del partido de Argentina. Todos los años nos juntábamos a verlo y estábamos listos horas antes del juego. Pero esa vez decidimos salir, creyendo que teníamos el tiempo necesario para ir y volver en el auto. Pudimos llegar a comprar la comida y estábamos felices. Pero a la vuelta, la calle era un caos. Pasaba el tiempo y no había forma de llegar, ninguno tenía celular para verlo aunque sea por ahí y el auto no tenía la radio instalada tampoco. El partido comenzó y nosotros estábamos en un embotellamiento. Empezamos a hablar con los autos de al lado y ellos le subieron el volumen a la radio. Argentina metió un gol y todos celebramos desde los autos, algunos se bajaron y se abrazaban. Nunca lo voy a olvidar, sentí la unión de todos de una forma única. Por suerte, logramos llegar para el segundo tiempo.
  • Cuando tenía unos 7 años, pasó el mundial de Francia 98, y me acuerdo de que mi escuela decidió hacer un evento de fin de curso con temática del mundial. Hubo un niño que se disfrazó de Footix, la mascota del mundial; yo no me acuerdo de qué rol tuve en el acto, pero sé que llevaba una camiseta de Brasil, era muy fan y me encantaba un jugador que se llamaba Bebeto. Lloré mucho cuando Brasil perdió contra Francia, me pareció muy injusto.
  • Veo el mundial con mis amigos siempre, somos argentinos y cada uno tiene su tradición a la hora de ver un partido. Uno siempre viene con la misma camiseta, otro siempre trae un juguete de cuando era chico que dice que le da suerte, a otro le gusta masticar chicle (no me pregunten por qué), a otro le gusta sentarse a verlo en el suelo y a mí me gusta verlo parado. No tiene demasiado sentido, pero creemos mucho en eso.
  • En el mundial Corea-Japón 2002, me acuerdo de una compañera de clase que fingía tener dolores de cabeza en cierto momento de la clase y pedía estar en posición de descanso. Con los ojos cerrados, iba diciéndonos cómo iban los partidos, como “tiro libre”, “tiro de esquina para Inglaterra”, “metió gol Fulano de tal”. Pues resulta que ella se había pegado un walkman en el brazo y lo cubría con su suéter. Luego de un tiempo, las maestras se dieron cuenta y el walkman quedó decomisado.
  • En Venezuela, la colección de figuritas (barajitas se les dice allá) es una afición que comparte gente de todas las edades. Tanto es así que mi tía y mi papá me contaban que en la oficina se publicaba una tabla de Excel con los nombres de las personas que coleccionaban las figuritas y se organizaban para intercambiarlas. Normalmente, llevaban hasta las listas de hijos, amigos y sobrinos para ayudarlos en su colección. En el caso de los niños, sabíamos que había ciertos quioscos en donde los chicos de las escuelas de la ciudad se reunían para hacer el intercambio. Mi mamá nos llevaba mucho para intercambiar figuritas, porque en mi escuela lamentablemente prohibieron esa práctica porque se ponían a venderlas. De todos modos, nada detiene a un venezolano a la hora de terminar su álbum de barajitas. XD
  • Soy de España, pero en el mundial del 2010 vivía en Indonesia. Estaba pasando una temporada ahí viviendo solo. Además de que me hice muchos amigos, los convertí a todos en seguidores de España. Algunos ni conocían el mundial, o no les importaba el fútbol. Nunca me había visto en la situación de tener que explicar en qué consiste el juego y sus reglas, pero ahí estaba. Lo mejor fue que España salió campeón y fue una fiesta celebrarlo. ¡Nunca me lo habría imaginado! ¡Que vivan España e Indonesia!
  • Ver un partido del mundial con mi familia/tíos/padrinos fue la peor decisión que pude haber tomado. Una tía que ni sé bien quién es, porque no la conozco del todo, estaba tan emocionada que le pegaba a la pantalla y les gritaba a los jugadores de cerca. Mis primos y yo nos mirábamos como queriendo escapar de ahí, ni pudimos disfrutar el gol de Colombia (soy colombiana) porque la señora gritaba desesperada. A partir de eso, nunca más se repitió ni se repetirá ese plan.
  • Mi papá, viendo el partido de este mundial 2022, en el juego de Argentina contra México se puso tan nervioso que decidió ir al jardín a cortar el pasto y hacer unos arreglos que tanto decía que les haría a las plantas de la casa. No lo pudo mirar ni por un momento.
  • Tengo amigos brasileños y amigos argentinos. Todos nos llevamos muy bien, pero como soy venezolana y no puedo alentar a mi país, ya que no va al mundial, me toca escoger. ¡No me gustaría tener que elegir, quisiera que gane alguno de los dos! Pero los argentinos me dicen que se puede ir por dos países y los brasileños también. La verdad es que me seguiré haciendo la loca, diciendo que los quiero a ambos. Y si les toca jugar a ambos, que gane el mejor (pero que no se enteren de esto porque me matan, jejeje).
  • En mi casa tenemos cuatro perros. Para este mundial decidimos comprarles ropa de Uruguay para apoyar a la selección. Es muy gracioso, a la hora del partido corremos a vestirlos y a ellos les encanta, tanto que creo que cuando termine el mundial, van a querer que sigamos haciéndolo. ¡Vamos, Uruguay!
  • En época de mundial, en Argentina las tiendas de televisiones tienen muchos descuentos y promociones. Es lo más normal del mundo ver a las personas cargando las nuevas teles a sus autos, por la calle entre varios, verlas entrando a los edificios... Incluso una vez llegué a ver la fila más larga de mi vida, de un grupo de gente esperando para entrar a una tienda de televisores. Y todos con una sonrisa.
  • Cuando iba a la secundaria, fue el mundial de Sudáfrica. Recuerdo que cada vez que jugaba México y era en horario de clases, nos dejaban ver el partido. En cada salón había una o dos pantallas y suspendían las clases todo el día. Nos dejaban comer en el salón, acostarnos en el piso y hacer ruido, en fin, todo lo que normalmente estaba prohibido, así que estábamos todos encantados. En el último partido que jugó la selección, cuando estaban a medio juego, se fue la luz. Nunca había escuchado tantos gritos en mi vida. Todos estaban que no sabían ni qué hacer, porque pasaban los minutos y no volvía la luz. Al final tardó como 15 minutos en regresar y nos dimos cuenta de que otra vez iba perdiendo México. Recuerdo que no nos dejaron tarea porque hasta los profes andaban tristes.

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