15+ Personas a las que les tocó pasar vergüenza estando en otro país

hace 2 años

Encontrarse en una situación incómoda es fácil, incluso cuando estamos en casa. Y ni hablar de cuando estamos en el extranjero o durante un viaje a otra ciudad, ya que la probabilidad de que suceda algo semejante aumenta varias veces. Después de todo, a menudo no conocemos las tradiciones locales o simplemente nos sentimos incómodos en un entorno inusual.

En Genial.guru entendemos que nadie es inmune a tales situaciones, por lo que enviamos rayos de apoyo a los protagonistas de estas historias.

  • El primer día de vacaciones en el hotel, fui a dominar la máquina de café local. Presioné el botón “Café” y se llenaron unos 2/3 de la taza. Entonces decidí darle al botón que decía “Leche”. Pensé que ahora se agregaría leche a mi café. Como resultado, volví a la mesa sonrojada y bajo miradas de reproche, ya que la leche había brotado, inundando mi taza y fluyendo sin parar durante mucho tiempo. Hubo una inundación significante y un pánico silencioso de mi parte. © Ntaa / Pikabu
  • Cuando tenía 9 años nos mudamos al Reino Unido. Mis padres me enviaron a comprar requesón. Traté durante mucho tiempo de explicarle al vendedor de la tienda lo que necesitaba, y finalmente dije: “Imagina que pones la leche en el refrigerador por la noche y por la mañana se vuelve espesa”. El vendedor hizo una mueca de sorpresa, y yo estaba tan avergonzada que corrí a casa. Más tarde, mi papá explicó que aquí le decían yogur. Igual, después de eso me dio vergüenza entrar en esa tienda durante todo un mes. © Latika Sharma / Quora
  • En la cima de la Catedral de San Pablo, de repente me di cuenta de que les tenía miedo a las alturas. A mi lado estaba una turista noruega con el mismo problema. Como resultado, nos agarramos fuerte una a la otra y nos deslizamos con cuidado por la escalera de caracol. Cuando terminamos de bajar, ni siquiera nos miramos, nos soltamos en silencio y nos fuimos en diferentes direcciones. © cfcnotbummer / Reddit
  • En Singapur me alojé en un hotel que estaba lejos del metro. Me aconsejaron tomar el autobús para llegar a la estación más cercana. Entonces fui a la parada. Un bus se detuvo cerca de mí, el conductor abrió la puerta central y dejó salir a la gente. Me di cuenta de que la puerta estaba a punto de cerrarse, así que salté adentro e inmediatamente noté las miradas desconcertadas de los pasajeros. Luego el conductor me llamó y dijo que debería haber esperado a que él abriera la puerta principal. Incluso me hizo bajar y subir al autobús correctamente. En fin, los siguientes días llegaba al metro exclusivamente caminando. © Varun Deshpande / Quora
  • Vinimos con amigas a estudiar a China y alquilamos un departamento. Y en esa casa no había agua caliente, todos usaban calderas. Solo que la nuestra no funcionaba. Pulsamos unos botones, le dimos un par de golpes, pero todo fue en vano. Como resultado, nos rendimos y decidimos bañarnos con un recipiente durante 2 meses, calentando el agua en ollas. Al final nos hartamos y decidimos llamar a un especialista. El muchacho de servicio vino, presionó una palanca y la caldera comenzó a funcionar; resultó que simplemente no la habíamos prendido. Todavía recuerdo la mirada de reproche de ese sujeto. Nunca había estado tan avergonzada. © Oídoporahí / Ideer
  • Cualquiera que haya estado en Londres y haya viajado en metro conoce la estricta “etiqueta subterránea”. En la escalera mecánica, se supone que debes pararte solo del lado derecho para dejar pasar a aquellos que tienen prisa. Pero yo no sabía nada al respecto. Llegué con equipaje y me acomodé en medio de las escaleras, bloqueando el lado izquierdo con maletas. Algunos de los lugareños me lanzaban miradas fulminantes. Estaba avergonzada, pero ni siquiera entendía cuál era el motivo. Por suerte, luego mis colegas me explicaron la razón. © Akanksha Jain / Quora
  • Fue la primera vez que mi esposo y yo fuimos de vacaciones a un hotel turco de 5 estrellas. Teníamos 24 años. Además del bufé había una enorme olla térmica con té. Estábamos muy sorprendidos de lo fuerte y sabroso que era, nos tomábamos 2 tazas cada uno cuando íbamos por algo. Y junto a esa olla había otra con la inscripción hot water (“Agua caliente”). Pensé: “¿Para qué ponen una olla solo con agua caliente? No había té en saquitos”. Bueno, una semana después nos dimos cuenta de que todos los turistas se servían un poco de té y lo diluían con agua caliente de la segunda olla térmica. © zweiblumen / Pikabu
  • Uno de los momentos más vergonzosos de mis viajes me sucedió en Tailandia. Mis amigos y yo llevamos comida y juguetes para los niños del orfanato. En algún momento, sucumbí a las emociones y acaricié la cabeza de uno de los pequeños. En ese mismo instante, mi novio me llevó a la esquina de la habitación y susurró nerviosamente: “Nunca toques la cabeza de un niño en Tailandia”. Así fue como aprendí sobre una de las tradiciones locales. Por suerte, los lugareños no se dieron cuenta. © Kate Rutkovskaya / Quora
  • La amiga de mi mamá vive en Tokio. Ella es una rubia natural, toda una muñeca, siempre llama la atención de la gente que la rodea. Una vez viajaba en metro y había una niña japonesa sentada a su lado. La miraba con atención, y luego dijo: “Mamá, mira, ¿es la abuela de Barbie?”. © Oídoporahí / Ideer
  • Estaba en Malasia y una vez fui a almorzar a un restaurante local. Pedí comida y fui al baño. En el momento más inoportuno, resultó que la descarga del inodoro no funcionaba. Después de varios intentos fallidos, decidí informar al personal sobre la falla, pero debido a la barrera del idioma, todo fue en vano. Entonces llevé al empleado del restaurante al baño, señalé el inodoro y presioné el botón de descarga. Solo que entonces sí funcionó. El pobre me miró como si fuera un bicho raro. Así que comí el almuerzo rápido, pagué la cuenta y salí de allí de inmediato. © Krishna Vedavyas / Quora
  • Cuando tenía 11 años fuimos a Londres. Nuestros padres nos llevaron a un museo de cera con celebridades y superhéroes. Habíamos terminado de ver la primera sala, y antes de entrar a la siguiente, vi dos esculturas más. Me pareció que se veían más realistas que las otras, y una de ellas estaba sonriendo ampliamente. Tenía tantas ganas de tocar sus dientes que estiré la mano, tratando de alcanzar su rostro. Y entonces la “escultura” me saludó. Resultó que eran bromistas locales que se burlaban de los turistas crédulos. Me sigo sintiendo incómodo por esa ocasión. © laurcrv / Reddit
  • Mi esposa y yo estábamos de vacaciones en una isla griega y una vez salimos a pasear. Subimos a una montaña y allí había una maravillosa capillita. Tenía una campana con una cuerda que llegaba hasta el suelo. Nos acercamos, me quedé admirando el entorno y pensé: “Qué bueno que estamos solos, y no con un grupo de turistas. Ya que cualquier menso podría hacer sonar la campa... ¡Buuum!”, se escuchó el sonido de la campana que se esparció por toda la ciudad. Miré aturdido alrededor y vi los ojos cuadrados de mi esposa y la cuerda en sus manos. © mitroniks / Pikabu
  • Cuando estábamos en la isla de Rodas, el guía turístico nos regañó durante mucho tiempo en griego por tocar la campana. Resultó que hacían sonar las campanas de las iglesias abandonadas para avisar a los pueblos vecinos de un incendio, y ese “bum” ponía alerta a la gente de todo el distrito. © OsSaf / Pikabu
  • Mi familia y yo estábamos de vacaciones en Hawái y todos fuimos juntos a una cafetería. Me giré para hablar con mi hermano menor, pero había desaparecido en alguna parte. Miré alrededor y me di cuenta de que, por alguna razón, estaba haciendo fila lejos de nosotros. Me acerqué, lo tomé del hombro y lo saqué de la fila. Solo que no era él. Resultó ser un niño que, por pura casualidad, se parecía mucho a mi hermano. Me disculpé durante mucho tiempo con el padre del niño todo sonrojado de la vergüenza. © ShadowHunter1123 / Reddit
  • Una vez fuimos a Egipto de vacaciones y nos alojamos en un hotel con piscina. Fui a nadar con mi esposo. Todo parecía estar bien, el agua era refrescante. Y de repente vi una rama flotando. Pensé: “Qué raro que haya una rama en la piscina, ya que no hay ni un solo árbol cerca”. Nadé hacia ella, y entonces a la rama le creció un bigote, luego le salieron las patas, y después se lanzó alejándose de mí. Según mi esposo, salí corriendo de la piscina como un rayo. © Oídoporahí / Ideer
  • Cuando tenía 12 años, fuimos a Disneylandia. Estaba desesperada tratando de llamar la atención de un chico guapo que estaba en el parque con su padre. Y entonces nos subimos junto a él y su papá a uno de los juegos mecánicos. Tan pronto como este empezó a funcionar, me asusté y agarré a mi madre de la mano. Y solo después me di cuenta de que mi madre estaba sentada al otro lado, y todo ese tiempo había estado agarrando al padre de ese muchacho. Todos se rieron mucho de mí aquella vez. © sallyapple7 / Reddit
  • Estaba en París, en una excursión de una agencia de viajes. El último día, todos se preparaban para irse. Una mujer se acercó al guía y le preguntó: “¿Y la torre inclinada?”.
    Guía: “Pero eso está en Pisa”.
    La turista se sorprendió y exclamó: “¡¿Y nosotros dónde estamos?!”. © Oídoporahí / Ideer

¿Cómo te comportas en situaciones incómodas? ¿Empiezas a sonrojarte y a decir excusas o finges que no ha pasado nada en especial?

Imagen de portada Oídoporahí / Ideer

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