18 Anécdotas sobre juguetes que más bien parecen el guion de la siguiente película de “Toy Story”

Historias
hace 1 año

¡Qué tiempos aquellos! Éramos felices siendo niños y no lo sabíamos. Podíamos pasar horas y horas jugando con peluches, muñecas, figuras de acción, cochecitos y más. Pero lo único que queríamos era ser grandes. ¿En qué estábamos pensando? Hoy solo nos queda refugiarnos en el rincón de nuestro cerebro donde recordamos esa bonita época sin obligaciones ni responsabilidades gracias a los juguetes que nos vieron crecer.

  • Esta es la historia del juguete favorito de mi hija. En su primera Navidad, su bisabuela le regaló un perrito de peluche. Pup se ensuciaba mucho y, además, cuando lloraba, mi hija usaba sus orejas largas y caídas para secarse las lágrimas y limpiarse la nariz. Así que arrojaba a Pup a la lavadora y lo colgaba en el tendedero por las orejas para que se secara. Hice esto a escondidas tanto como pude, pero una vez, mi hija se enfermó y vomitó encima de él. Lo lavé y lo colgué mientras ella dormía. Se despertó buscándolo y lo vio colgado de las orejas a través de la ventana. Ella se puso furiosa conmigo. Lloró y dijo que no debería haberlo colgado de las orejas porque ciertamente debía haberlo lastimado. Pup la acompañó en la secundaria y, a veces, también se iba a la universidad con él. Incluso en su boda, caminó por el pasillo con su juguete favorito en el hombro. © Marcy Stehling / Quora
  • Mi juguete favorito de la infancia fue un Transformer sin cabeza que se convertía en un Lamborghini. A pesar de que no tenía cabeza, me encantaba pasar horas jugando con él. Solo había un pequeño problema: este no era mío, sino de un primo. Todavía lo recuerdo como mi juguete favorito en el mundo. © my_toes_hurt / Reddit
  • De chiquita, me encantaba jugar juegos de mesa con mi papá. Jugábamos parqué, dominó y damas chinas. En especial, nos encantaban las damas chinas. En la noche, sacábamos una mesita a la sala, en la que poníamos nuestro tablero, y podíamos durar horas ahí. Sin embargo, cuando ya el reloj decía que no eran horas aptas para que un niño siguiera despierto, tocaba desarmar el terreno de juego.
  • De pequeña, amaba las Barbie y las Polly Pocket. Al enterarme de que estaba embarazada de un niño, decidí guardar todos mis juguetes como recuerdo, aunque pensé que no le llamarían la atención. Pues resulta que él ama mi casa para muñecas y mis Polly Pocket. Incluso lo entretienen más que muchos de sus juguetes y yo he podido volver a jugar con mis muñecas. La casa de Barbie ahora es la de Max Steel, el cual, por cierto, se lo heredó mi hermano.
  • Una vez, me quedé con mi abuela por unas horas. Cuando se enteró de que no llevaba ningún juguete, me hizo una especie de muñeco con pequeños trozos coloridos de tela atados. Era muy hermoso. Desde entonces, ha sido mi juguete favorito. Definitivamente, no puedes comprar eso en una tienda. © Robin Pridgen / Quora
  • Cuando tenía unos 3 años, me regalaron un peluche de foca al que creativamente llamé “Foca”. Me encantaba. En unas vacaciones, tuve que ir al hospital porque me caí de las escaleras de nuestro hotel. El juguete vino conmigo, pero se perdió mientras estaba allí y nunca lo volvimos a ver. Estaba más molesto por eso que por mi herida. Seguí buscando, tratando de conseguir un peluche similar, pero nunca lo encontré. © Hyakuman / Reddit
  • De niño, tuve un kit de herramientas de carpintero, uno más pequeño que el de tamaño normal. Incluía una minisierra, un martillito, y quizá había más cosas, pero ya han pasado unos 20 años y no me acuerdo de todo. Hoy en día, con todas las normas de salud y seguridad, ya no hacen los juguetes como antes. Una vez, cuando mis padres me dejaron solo en casa, traté de “reparar” los muebles. No hace falta decir que ellos no quedaron contentos con el resultado. © Edds87 / Reddit
  • El día más feliz de mi vida fue cuando mis abuelos nos regalaron a mi hermana y a mí unos muñecos que parecían bebés de verdad. Ese Día del Niño nos la pasamos jugando con ellos y vistiéndolos con ropita de bebé. Lo que sentí al tenerlo en mis brazos fue sublime, pero no logro recordar el nombre que le puse.
  • Cuando era niño, mis padres eran muy pobres. Para Navidad, me regalaron un cepillo de ropa con el que jugaba mucho. Solo era un trozo de madera con pelos en un lado, pero para mi yo de 4 años, podía convertirse en cualquier cosa: un avión, un coche, una muñeca y más. Años más tarde, mis padres comenzaron a ganar más dinero. Me regalaron autos de juguete, muñecas Barbie y piezas de Lego, así que perdí la pista del cepillo. Supongo que volvió a su antigua profesión de ser simplemente eso, un cepillo de ropa. Me gusta pensar que esa imaginación sin límites me ayudó a conseguir una carrera en la industria creativa. © ComteDuChagrin / Reddit
  • De niño, me encantaban los coches de juguete. Todos mis parientes lo sabían, así que todo lo que recibía para Navidad o mi cumpleaños eran cochecitos. Sin embargo, había uno que estaba por encima de todos: un pequeño Saab 9000 Aero de color rojo. Siempre estuvo a mi lado. Frecuentemente, perdía cosas en el desorden que era mi cuarto. Cada vez que perdía algo, estaba tranquilo, porque sabía que eventualmente aparecería. Sin embargo, el Saab era diferente; cada vez que lo extraviaba, inmediatamente comenzaba a buscarlo y siempre lo encontraba. Hasta que mis padres decidieron que era hora de mudarnos y se perdió. Todavía pienso en ese juguete hasta el día de hoy. Ahora tengo 24 años. © ApprehensiveAir3391 / Reddit
  • Cuando mis hermanos y yo éramos niños, coleccionábamos cochecitos de peluche. Le pusimos un nombre a cada uno, tenían diferentes personalidades y hasta sus propios gustos musicales. A medida que fuimos creciendo, fueron desapareciendo. Sospechamos que nuestro padre los tiró porque eran juguetes viejos. Además, nosotros ya habíamos crecido y seguíamos haciendo bromas con los peluches. Nunca olvidamos a nuestros cochecitos. Actualmente, incluso son nuestras contraseñas de wifi. El año pasado, ya todos adultos, empezamos a construir departamentos en nuestro terreno. Así que, como regalo de Navidad, le hice a cada uno un llavero de los mencionados cochecitos.
  • Una vez, hallé un sitio de Internet con juegos retro. Encontré algunos de los videojuegos que solía jugar por horas. En ese entonces, mis sobrinos tenían entre 8 y 12 años, y, cuando vieron lo que estaba haciendo, me pidieron jugar. No podía creerlo cuando empezaron a hablar de lo mucho que se estaban divirtiendo y de que los encontraban más entretenidos que los juegos nuevos. © Digipete / Reddit
  • Cuando era niño, estaba obsesionado con los dinosaurios, así que, para mi quinto cumpleaños, mis padres me compraron un peluche de dinosaurio al que llamé “Dino”. Lo llevaba literalmente a todas partes conmigo: a las tiendas, en viajes por carretera, de vacaciones, etc. Todavía lo conservo, y ya tengo 16 años. © Connect-Spinach6238 / Reddit
  • Cuando era pequeño, solo había tres trucos de yoyo que podía dominar. El truco de “golpea a tu amigo en la cara”, el de “mira lo lejos que puedo lanzarlo” y el siempre popular “casi logro que regrese, ¿lo viste? ¡Fue increíble!”. © kemikiao / Reddit
  • En una Navidad, mi abuela y mi tía me regalaron una Polly Pocket de Blancanieves que aún conservo, a pesar de que lo único que sobrevivió al paso de tiempo fue la bruja y el caldero. Me pasaba horas jugando y recreando las escenas de mi peli favorita. Para mi cumple temático de Blancanieves, me regalaron unos muñecos de plástico para decorar mi pastel. Ve tú a saber cómo los consiguieron. Recuerdo muy poco de esa fiesta, pero cuando mi tía y mi abuelita eran las organizadoras, era todo o nada.
  • Cuando era muy chiquita, Santa me trajo una muñeca que tenía flequillo y cabello largo. A mí me enseñaron que debía bañarme todos los días, así que pensé que también debía bañar a diario a mi muñeca. Tanto la peiné y la bañé que al cabo de unos años, el cabello sintético se le fue cayendo de la cabeza mechón por mechón. Al final, se quedó sin nada, y la llamé “Pelona”. Aun así, siguió siendo mi juguete favorito.
  • Recuerdo que de pequeña tenía una consola Nintendo. Había un juego que incluía un tapete y unas pistolas de juguete para “cazar” patos. Un día, mi mamá nos dijo que habían entrado a robar a nuestra casa y justo solo se habían llevado eso. Luego nos dimos cuenta de que había regalado todo a unos primos porque decía que “perdíamos el tiempo jugando”.
  • Tenía más de 100 coches Hot Wheels y los nombré a todos. Algunos recibieron el nombre de los Power Rangers y otros de los personajes de El Señor de los Anillos. Me mudé a otro estado cuando tenía 15 años, así que decidí dárselos al hijo de 2 años de mi entrenador de natación. Pensé que él haría mejor uso de ellos. Ahora tengo 18 años y me arrepiento de haberlos regalado. Fueron toda mi infancia. © england_is_communist / Reddit
Imagen de portada ComteDuChagrin / Reddit

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