Cuando yo era adolescente, criticaba mucho a mi mamá porque nos daba mucha pasta y comidas aburridas, le decía que no se esforzaba para que disfrutáramos las verduras. Luego me convertí en madre de una niña quisquillosa que ahora come mucha pasta y maíz dulce. © Serious_Escape_5438 / Reddit
Cuando era niña y era la hora de acostarme, discutía y decía: “No quiero ir a la cama, no estoy cansada”, a lo que mi madre respondía: “Bueno, yo sí estoy cansada, así que tienes que ir a la cama”. Eso nunca tuvo ningún sentido para mí, hasta que tuve mis propios hijos. © CLEf11 / Reddit
Mi mamá me tomaba en serio. Sabía que mis sentimientos eran reales, sin importar cuán banales parecieran. Recuerdo que a los 13 años lloré como un bebé cuando no transmitieron mi programa favorito y, en cambio, pasaron el extratiempo de un partido. Ahora parece una tontería llorar por eso, pero a esa edad yo no tenía más amigos que el programa de televisión que me acompañaba una hora a la semana. Ese día mi mamá me abrazó mientras yo lloraba, sin importar lo tonto que fuera. Lo que recuerdo ahora no es el programa, sino que mi mamá me escuchó, se preocupó y tuvo compasión. Mi mamá se ganó mi confianza dándoles importancia a mis sentimientos. Aprendí que hay que escuchar a los niños cuando te dicen cosas que parecen insignificantes, así también te contarán aquellas de mayor importancia. © LucidianQuill / Reddit
Mi papá hizo muchas cosas mal, pero una de las cosas que siempre hizo bien fue presentarse a todo. Entró a las niñas exploradoras con nosotras, a clases de arte, de sóftbol, de todo. Cuando empecé a ser porrista en la primaria, él fue a cada uno de mis juegos, incluso un día llegó con su walkman a cuestas para poder escuchar un partido que se estaba perdiendo en la televisión. ©️ GabbyIsBaking / Reddit

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