22 Personas que les pusieron a sus hijos nombres que ni siquiera estaban en su lista

Historias
hace 1 mes

El nombre que nos otorgan nuestros padres es una de esas cosas que nos acompañará por el resto de nuestras vidas, por lo que una buena elección puede ser muy, pero que muy importante. Sin embargo, en este terreno, las cosas no siempre salen como uno espera, y quizá por eso algunos padres acabaron poniéndoles a sus hijos un nombre que ni siquiera tenían en mente.

  • El mío no fue nombre, sino letra: la M. Mi esposo tenía una novia llamada “Martina” y siempre me dije que, si algún día llegaba a tener una niña, jamás de los jamases le pondría un nombre con la letra “M”. Al pasar el tiempo, tuve una niña y su nombre empieza con “M” y termina con “M”. Su nombre es “MÍRIAM”. Por eso por ahí dicen que cae más un hablador que un cojo. © Penny Legy / Facebook
  • Siempre dije que no pondría nombre de cosas cuando fuera mamá porque después les hacen bullying a los niños. Mi esposo escogió el nombre de Abril, y todos me preguntan: “¿Cómo está Marzo?, ¿cómo está Julio?, ¿cómo está Mayito?”. Ahorita ya hasta risa me da. © Lusia Sanchez / Facebook
  • Ricardo. Tenía como diez nombres en la lista y termine poniéndole Ricardo solo porque una tía de él dijo que su hermano decía que a nadie le ponían su nombre. © Carolina Mendez / Facebook
  • Samuel... Fue mi PRIMER ex y pues su papá le puso ese nombre... Solo me quedé callada. © Caro Lita / Facebook
  • El nombre de Esther. Lo odiaba por una amiga de la niñez que no me caía bien y mi hija mayor, por deseo de su padre, se llama Esther. ¡Ahora me encanta! © Marisa Juárez / Facebook
  • Mi hermano tenía que llamarse Jeremy. Se fueron al registro civil, dijeron el nombre y el del registro les dijo que para qué le querían poner un nombre tan complicado. “Mejor pónganle Jaime”, dijo. Se quedó con Jaime. No entiendo cómo mi mamá se dejó manipular. © Sonia QY / Facebook
  • Adhara solo fue una de las tantas opciones que, durante el embarazo, debatimos, pero no nos convenció hasta que llegó el gran día de registrarla. El nombre que queríamos ponerle “Turenne” no nos lo permitieron en el registro y tuve que improvisar. © Wendy Zulema Maganda / Facebook
  • A mi hijo lo habíamos llamado Emanuel, pero a la hora de registrarlo su papá me rogó llamarlo Luis Ramón, como su abuelo paterno. Hoy en día a mi hijo no le gusta y solo se nombra Luis. © Lidi Romero / Facebook
  • Valery. Todo mi embarazo pensé que mi hija se llamaría Antonella o María Paula, pero cuando estaban llenando su carné de vacunas, preguntaron por el nombre y el papá dijo Valery. Así se quedó. © Camila Lozano / Facebook
  • Gustavo, como su padre. Ni el papá quería ese nombre, pero en el registro familiar dijeron que necesitábamos ponerle un nombre de uso común, porque el otro nombre es Jafet. © Melva Menendez / Facebook
  • Naomi, el nombre con “N” que encontraba más feo. Siempre le dije a mi esposo que no me gustaba y tarááán, tuvimos una niña y por supuesto que él le puso ese nombre. A veces creo que lo hizo solo para molestarme, aunque él dice que es por nuestros nombres: Nairovy y Miguel. © Nairovy Sosa / Facebook
  • El de mi único hijo, que se llama Héctor Omar. Mi esposo hizo una promesa y no me quedó otra. No es que no me guste, lo que no me gustaba era ponerle el nombre de mi primo o de algún otro familiar. © Mirta Guerrero / Facebook
  • Sebastián. Iba a ser Lautaro, pero estaba tan indecisa que lo cambiaba a cada rato y mi mamá se adelantó y mandó a hacer unos souvenirs con ese nombre. Lo tuve que dejar así. © Lucero Neonaga⃝⃤ / Facebook
  • Mi segundo nombre. Habíamos dicho que ningún hijo llevaría ninguno de nuestros nombres, pero cuando escogimos el nombre de nuestra hija mayor, no le gustó el segundo nombre que yo tenía para combinarlo. Terminamos poniéndole de segundo nombre mi segundo nombre, así que ambas llevamos de acompañante el nombre Sofía.© Natalia Sofía Moya Gallegos / Facebook
  • En la familia de mi mamá, su papá, su hermano y un tío se llaman Reinaldo y en la de mi papá exactamente igual, su papá, su hermano y un tío se llaman Reinaldo. Mi papá se llama Reinel, así que, cuando yo naciera, mi nombre sería “Reinaldo Reinel”. Por suerte nací mujer, pero mi hermanito no contó con la misma suerte... A él sí le pusieron así. © Rosalia Finalet / Facebook
  • Mi beba se llama Laura Pamela, como su abuela y tía paterna. No me gustaban y en el embarazo yo le decía Izabella y el papá le decía Pamela. Cuando nació, me dijo que decidiera, pero ya todos hablaban de Pamelita. Ahora me gustan. © Sole Edlp / Facebook
  • Ignacia, porque no me gustaba el seudónimo, que es Nacha. Fue el nombre que me gustaba más de los que le gustaban a mi esposo y a mi hija mayor ahora le dicen Nachita. © Lizbeth Santander Valderrama / Facebook

Podría parecer una tarea sencilla, pero después de leer las historias anteriores y otras similares, nos queda más que claro que buscar, elegir e incluso escribir un nombre en el registro, son tareas que pueden tener cierto riesgo. Lo bueno es que existen los diminutivos y los apodos, ¿no creen?

Ten en cuenta: este artículo se actualizó en enero de 2023 para corregir el material de respaldo y las inexactitudes fácticas.

Comentarios

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Días antes de que yo naciera, mi hermana hizo un berrinche épico porque quería que su hermanito se llamase Alejandro, cosa que le agradezco en el alma, ya que si no, hoy me llamase ARIEL, si como la sirenita, pero soy hombre

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