En realidad, no fue un gran desastre, pero el año pasado, en San Valentín, me llamaron de mi trabajo: “Oye, sabemos que estás soltero, ¿podrías venir a un turno extra esta noche?”. © Background_Extra52 / Reddit
Trabajé en un restaurante donde un par de adolescentes estaban en una cita de San Valentín. No estoy seguro de su edad, pero parecían tener entre 13 y 14 años. La madre del chico acompañaba la cita y no paraba de decirle al chico lo que tenía que hacer y lo que no. Así que la chica fue a sentarse y la madre le dijo “¡ve a quitarle la silla!”. Y cuando intentó pedir la comida, la madre le dijo: “¡No, eso no te va a gustar! Pide esto en su lugar!”. Y luego decía cosas como: “¡Pregúntale por su partido de fútbol!”. Era tan incómodo y la pobre chica parecía tan incómoda. © chjett10 / Reddit
Al principio de la velada, un cliente me dio un anillo para que se lo entregara con el postre. La pareja empezó a discutir antes incluso de pedirlo y acabaron gritándose en el restaurante. Mi jefe me obligó a preguntarle, con toda la discreción que pudiera, si aún quería el anillo con el postre. Así de mal estaba la cosa. Realmente no quería, pero se lo pregunté. Entonces empezó a decirme que por supuesto que quería el anillo. Al fin y al cabo tenía razón, no era asunto mío. Así que saqué el anillo. Ella dijo “¿Lo dices en serio?”, y se fue. Entonces el hombre volvió a gritarme porque no le dejé perseguirla/irse sin pagar. Al final tiró el dinero en la mesa — una gran propina, pero creo que solo dio lo que tenía — y se fue. Había montado tal escándalo que tuvimos que dar postres gratis a las mesas de al lado para compensarlo. Después del servicio le dije a mi jefe que no volvería a cuestionar la petición de un cliente. © lulastark / Reddit

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