9 Crímenes perfectos que fallaron debido a un solo detalle

Historias
hace 5 años

¿Qué tipo de delincuente no sueña con cometer “un crimen perfecto” y quedar impune? Ellos planean cuidadosamente, piensan en los detalles más pequeños, preparan coartadas y cometen crímenes confiando plenamente en que se librarán del castigo. Hasta que cometan un error insignificante, como los protagonistas de nuestro artículo.

Genial.guru cree que, incluso en los planes criminales más sofisticados, siempre habrá una brecha, y si no, entonces interferirá el mismo destino y la justicia triunfará.

1. Pasión por los tatuajes

Los criminales han sido capturados en repetidas ocasiones por sus ansias de “recuerdos” de la escena del crimen. Pero Anthony Garcia ha logrado ir más allá que los otros. Mató a un hombre durante el robo de una licorería e incluso desapareció sin dejar a los policías pistas ni pruebas. Su impunidad duró 4 años, hasta que fue detenido conduciendo un auto con licencia vencida. En la comisaría, tomaron fotografías del infractor, le impusieron una multa y lo dejaron ir.

Y solo más tarde, cuando uno de los policías, familiarizado con el caso del robo de la licorería, revisando una pila de las fotos tomadas en la comisaría se sorprendió al encontrar en una de las imágenes un tatuaje que describía con precisión la escena del crimen. Incluso había el letrero de la tienda y una inscripción de que había sido cometido un asesinato.

2. Amor por los gatos

Si alguna vez estuviste en la misma habitación con un gato, entonces sabes que su pelo es muy pegajoso. Este mismo pelo arruinó a David Hilder, quien trató de ocultar el asesinato de su amigo. En la escena del crimen, el equipo forense logró encontrar pelo de gato.

Por cierto, fue la primera vez en la historia de Gran Bretaña cuando el ADN del gato sirvió como prueba de la culpabilidad del acusado.

3. Alfiler de la suerte

El asesinato de Susan Reinert y la desaparición de sus dos hijos, Michael y Karen, que tenían 10 y 11 años, conmocionaron profundamente a los ciudadanos de América. El crimen habría quedado impune, si no fuera por un pequeño detalle: un alfiler verde con la letra P que la niña adquirió durante un viaje y siempre llevaba para la suerte.

Este alfiler se encontró debajo del asiento del pasajero del auto de William S. Bradford, Jr., el maestro de inglés de la escuela. Desafortunadamente, el tribunal no pudo averiguar el destino de los niños desaparecidos, pero gracias a este pequeño detalle y al testimonio de un colega, el asesino fue llevado ante la justicia.

4. Redes sociales

En Cali, Colombia, dos hombres fingieron ser visitantes de un cibercafé para luego tomar pistolas y asaltar el establecimiento. Los socios dieron el golpe bastante limpio, no dejaron huellas, ni pruebas, ni imágenes en la cámara de seguridad.

Pero uno de los delincuentes, matando el tiempo antes del inicio de la “operación”, ingresó a su cuenta de la red social de Facebook y olvidó salirse de la cuenta. La página personal fue completada tan concienzudamente que incluso indicaba la dirección de la casa del criminal.

5. Predilección por accesorios de lujo

En la nota hay instrucciones detalladas de que el padre del niño debe dejar el paquete con el rescate en el patio de la antigua fábrica, y se dice que esta es la única forma de salvar a su hijo.

En los años 20, Richard Loeb y Nathan Leopold, dos jóvenes de la alta sociedad, mimados por el dinero de sus padres y aficionados a las teorías nihilistas de Nietzsche, decidieron desafiar a la sociedad demostrando que las leyes no tienen ninguna autoridad sobre ellos. Y lo hicieron de manera radical: mataron a un joven. Planearon cuidadosamente el crimen durante 4 meses y estaban seguros de que el tubo de desagüe cerca del ferrocarril era un lugar seguro para esconder el cuerpo. También decidieron despistar a la policía, con este fin, enviaron una carta a los padres exigiendo el rescate del chico fallecido.

Solo que la corriente en la tubería era más fuerte de lo que pensaban los criminales. Y, la mañana siguiente, los trabajadores encontraron el cuerpo. En la escena del crimen, los policías encontraron lentes. Además, no eran habituales, sino muy caros. Entonces, los policías averiguaron que, en la ciudad, habían vendido solo unos pocos lentes de estos, un par de ellos habían sido vendidos a Nathan. Las sospechas fueron confirmadas por el análisis de las máquinas de escribir, el examen confirmó que la carta había sido mecanografiada con la máquina de escribir de Richard.

6. Vanidad y videojuegos

A finales del siglo XX, un hacker dotado llamado Max Butler había cometido el mayor robo de datos de tarjetas de crédito. Logró conectarse al sistema de American Express y robar más de 2 millones de juegos de datos de tarjetas bancarias. Vendiendo estos datos a otros delincuentes, recaudó más de 86 millones de USD.

Sorprendentemente, decidió que ya tenía asegurado su futuro y vivía una vida tranquila con su novia. Así fue durante unos cuantos años, hasta que su ex socio en el crimen, Jonathan Giannonelas, cayó en las manos del FBI. Naturalmente, no sabía el nombre ni conocía el rostro del hacker, pero recordó un hecho de su biografía: Butler le había contado que era uno de los dos principales sospechosos en el robo del juego Half-Life-2. Por supuesto que la policía tenía guardados los nombres de los sospechosos y sus datos.

7. Arrogancia y cartas

Otro ejemplo que demuestra que nadie debería jactarse de sus logros en el crimen. Susan Schwarz recibió un disparo en su casa, pero la policía no encontró una sola pista, por lo que el caso no fue resuelto. Pero la foto de la chica formo parte de un experimento de la prisión: el gobierno imprimió para los presos una baraja de cartas que llevaban la información sobre víctimas de crímenes no resueltos, el número de teléfono y la recompensa.

El caso Schwarz, como muchos otros, salió inmediatamente del punto muerto. Resultó que su asesino ya estaba en prisión en ese momento por crímenes menos graves y había presumido ante sus compañeros de reclusión de cómo había salido inmune de su crimen.

8. Errores verbales

La primera imagen es una fotografía de Joey Martin del álbum de graduación de la escuela secundaria. La segunda imagen es Alexander Barsky, uno de los imputados durante el juicio en 2012, 14 años después de que se cometió el asesinato.

A veces, una mirada nueva ayuda a resolver el caso, no solo los experimentos en prisión. A veces, incluso se puede volver a abrir un caso antiguo tras examinar más detalladamente el testimonio. Lo mismo ocurrió con el caso no resuelto de la muerte de Joey Martin en 1996. El chico salió en secreto de su casa para encontrarse en el bosque con sus amigos, pero nunca regresó.

Joey fue declarado desaparecido, pero la operación de búsqueda no dio resultados, no encontraron ningún rastro del cuerpo. Durante los interrogatorios sus dos amigos afirmaron que Martin ni siquiera había ido al bosque con ellos, sino que había ido a pasear solo. Les creyeron y no había pruebas contra los chicos. Solo después de 10 años, un joven detective volvió a leer el caso y descubrió que en el texto del interrogatorio, ambos jóvenes, describiendo sus acciones aquella noche, usaban la expresión “todos nosotros”. ¿Quién utilizaría esta expresión hablando de dos personas? En la reapertura del caso en 2008, uno de los amigos confesó haber cometido un homicidio y el segundo fue declarado culpable más tarde.

9. Encuentro fatídico

Zephany tenía solo 3 días cuando una mujer desconocida la secuestró del hospital mientras su madre estaba dormida. Esto sucedió el 30 de abril de 1997.

Algunas veces, parece que el mismo destino interfiere en la resolución de crímenes. Una pareja joven de apellido Nurse perdió a su hija Zephany en el hospital. Ella fue secuestrada por una mujer vestida de enfermera. Se suponía que podría tratarse de una madre que perdió a su hijo durante el parto, pero no pudieron encontrar a la secuestradora, mientras que sus padres seguían una búsqueda desesperada y no renunciaron incluso después de tener otra hija unos años más tarde.

La niña creció y fue transferida a una nueva escuela, donde se hizo amiga de una estudiante que era 4 años mayor que ella. Todos los compañeros de escuela e incluso los maestros decían que eran increíblemente parecidas. Cassidy les contó a sus padres sobre su nueva amiga, y cuando se enteraron de que el cumpleaños de la chica coincidía con el cumpleaños de Zephany, consiguieron la autorización de la policía para llevar a cabo una prueba de ADN. Resultaron ser los parientes más cercanos: así que, gracias a la ocasión y la atracción incomprensible, las hermanas se encontraron la una a la otra.

¿Cuál de las historias te impresionó más?

Imagen de portada PSP PA

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