En medio de las batallas con los nazis, Saint-Exupéry creó “El principito”, una novela corta en donde relató la dura verdad de su vida

Historias
hace 4 años

Los niños pueden ver un cuento de hadas en las cosas más cotidianas. Desafortunadamente, la mayoría pierde esta habilidad con el correr de los años. Sin embargo, hay algunos que la conservan, como el pequeño Antoine, a quien le alcanzaba una bicicleta vieja, unos cables y algunas sábanas para armar un avión. No es fácil encontrar a esta clase de adultos, pero existe una prueba certera para hacerlo: muéstrale a una persona el dibujo de un sombrero. Si logra ver en él a una serpiente que se ha tragado un elefante, ¡felicitaciones! Tienes frente a ti a un sujeto que no ha olvidado que alguna vez fue pequeño.

El piloto y escritor Antoine de Saint-Exupéry nunca se separó de los recuerdos de su infancia, y es por eso que logró inventar una novela corta que millones de personas siguen amando hasta el día de hoy.

En Genial.guru consideramos que El principito es una de las obras literarias más poderosas que existen a nivel mundial, y, habiendo estudiado cuidadosamente la biografía de su autor, descubrimos que solo él podría haber escrito ese majestuoso libro.

El principito

“Solo una cosa me entristece en este mundo: la necesidad de volverse adulto”.

Antoine de Saint-Exupéry nació el 29 de junio de 1900, en la ciudad francesa llamada Lyon. Fue uno de los cinco hijos del inspector de seguros Jean-Marc y de su esposa, Marie. Aunque los primeros años de la vida del escritor se vieron opacados por la temprana muerte de su padre, siempre recordó su infancia con mucha calidez. Fue una época de sueños, descubrimientos e ingenuidad, la cual decidió conservar en su corazón para siempre. Exupéry pensó en él mismo de niño cuando creó la imagen del principito.

La vida de Tonio (que era su apodo en el hogar) cambió a los 12 años. A esa edad, el niño se subió a un avión por primera vez. Se enamoró del cielo inmediatamente, y decidió que se convertiría en piloto en el futuro. Al final, eso fue lo que sucedió.

Exupéry aprendió a volar en el ejército, en donde se alistó en el regimiento de aviación. Luego, inspirado en los vuelos, comenzó a escribir. Terminó su primera novela, Correo del sur, mientras trabajaba como piloto que entregaba correo a la costa norte de África. Toda la vida de Tonio estuvo acompañada por esas dos pasiones: la aviación y la literatura.

La rosa

“Si alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar en los millones y millones de estrellas, eso basta para que se sienta feliz cuando mira el cielo”.

En 1930, Antoine de Saint-Exupéry conoció a su futura esposa, Consuelo. Ella se convirtió en el prototipo de la rosa en su novela corta, El principito.

Era una relación paradójica. Un amigo cercano del escritor contó en una ocasión: “Entre ellos había pasión y ternura, y admiración mutua. Pero nunca antes vi a dos personas que se amaran tanto y que fueran tan infelices en el matrimonio”. Los biógrafos de Exupéry describen a Antoine como un marido fiel y amable, y atribuyen a su esposa un carácter caprichoso e incluso indiferente. La propia Consuelo, en su obra Las memorias de la rosa, aparece ante los lectores como una mujer amorosa que estaba dispuesta a perdonarle a su pareja sus traiciones y a esperarlo en casa. Probablemente, el propio escritor haya descrito su matrimonio de la mejor manera posible con la ayuda de sus personajes: aunque al principito no le gustaban algunos de los hábitos de su rosa, igual era la flor más preciada y querida para él en todo el mundo.

El desierto

Exupéry soñaba con volar un avión desde París hasta Vietnam. Pero cuando logró ahorrar suficiente dinero para hacerlo y por fin partió, ese vuelo casi le costó la vida. A medio camino, su nave se estrelló en el medio del desierto. El escritor sobrevivió milagrosamente gracias a que fue encontrado y rescatado por los nómadas beduinos locales.

No es difícil reconocer en esta historia la trama de El principito. Al comienzo de la obra, un chico misterioso se acerca a un piloto que hace un aterrizaje de emergencia en el Sahara y le dice: “Por favor... ¡dibújame un cordero!”.

El regreso a casa

Exupéry comenzó a escribir su obra más famosa en 1940, en los descansos entre las batallas con los nazis. Sus amigos trataron de convencerlo de que no fuera a la batalla, pero el escritor se mostró inflexible con respecto a ese tema. “Estoy obligado a participar en esta guerra. Todo lo que amo está en peligro”, dijo.

La imagen del principito apareció por primera vez en una carta del autor a su amigo Léon Werth, a quien finalmente le dedicaría la obra que enamoró a millones de personas.

Los recuerdos de la infancia ayudaron a Exupéry a sobrevivir en los momentos más oscuros de su vida. Cuando el mundo se derrumbaba, lo importante era recordarse a sí mismo y a todas las personas del planeta que solo se veía bien con el corazón, y que lo esencial era invisible ante los ojos.

Después de la derrota de Francia en la guerra, el escritor partió a Estados Unidos. Allí terminó de escribir El principito. Pero Exupéry no podía vivir en un país que no fuera el suyo: el cielo y el amor por su tierra natal lo llamaban. En 1943, fue nuevamente inscrito en una unidad de combate.

Antes de regresar a la guerra, el escritor visitó a su amiga, la periodista Silvia Hamilton Reinhardt, le entregó el manuscrito de El principito y le dijo: “Desearía tener algo bueno por lo que pudieras recordarme, pero esto es todo lo que tengo”. Muchos investigadores de la vida del escritor creen que Silvia fue quien se convirtió en el prototipo del zorro.

En 1944, Antoine de Saint-Exupéry emprendió un vuelo de reconocimiento del que nunca regresó.

Durante mucho tiempo, no se supo nada de su muerte. Parecía que él, como el principito, simplemente había regresado a casa, a su planeta. Pero en 1988, en un mar cerca de Marsella, un pescador encontró un brazalete en el que estaban grabados los nombres del escritor francés y su esposa, Consuelo.

En parte, fue debido a lo autobiográfico de El principito que la obra resultó ser tan sincera. Exupéry habló de todo lo que era querido para él, y de todo en lo que él creía. Una historia tan genuina no podría dejar indiferente a nadie.

¿Recuerdas la primera vez que leíste esta obra? ¿Cuáles fueron tus impresiones en ese momento y qué piensas sobre El principito ahora? Cuéntanos en la sección de comentarios.

Imagen de portada eastnews.ru

Comentarios

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El cuento Correo del Sur lo escribió mientras trabajaba en Argentina para la empresa Aeropostale

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Curioso lo de la nave en el desierto, al igual que en el libro

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