Internautas contaron qué destruyó su relación con familiares y amigos (y su franqueza podría derribar a cualquiera)

Historias
hace 4 años

¿Qué puede ser más cercano que la familia? Pocas cosas en la vida. Sin embargo, con frecuencia, las personas más próximas a nosotros renuncian a la comunicación, cerrándonos sus corazones para siempre. Y, aunque parezca algo sencillo, detrás de ese comportamiento pueden ocultarse muchas razones.

Usuarios de las páginas RedditPikabu intentaron contestar, tanto a sí mismos como a los demás, una triste pregunta: ¿por qué los padres y los hijos acaban siendo personas extrañas, alejándose y dejando de amarse? A Genial.guru le parece que cada uno de estos relatos es un grito desde lo más profundo del alma de las personas. Sin embargo, cualquier historia tiene dos caras.

Esta es la historia de mi bisabuela. Era una joven criolla, de piel negra, y su lengua materna era el criollo francés. Nació en Florida, pero cuando la situación de los que tenían la piel oscura comenzó a empeorar allí, su familia se mudó a Texas. Sus padres albergaban grandes esperanzas de que se casara con un hombre rico y de piel clara que pudiera cuidarla.

Sin embargo, conoció a mi bisabuelo, pobre y de piel negra. Sus padres la amenazaron con dejar de hablarle si continuaba saliendo con él. Como resultado, quedó embarazada y ellos la abandonaron. Junto a estos, toda su familia renunció a ella. La pareja se mudó a California y comenzó a hacer su vida, fruto de la cual nació una hija. Pero mi bisabuela nunca volvió a ver a su familia. © zuzumotai

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Mi exesposa renunció a nuestro hijo. Nos casamos jóvenes y quedó embarazada seis meses después, pero, al parecer, nunca tuvo una conexión verdadera con su bebé. Lo más que hizo con él fueron sesiones de fotos para Instagram, donde intentaba demostrar que era una madre de primera. Cuando decidimos divorciarnos y hablamos sobre la custodia de nuestro hijo, ella dijo: “No quiero absolutamente ninguna responsabilidad”. Esta frase en sí misma me hirió más que todo lo demás que había ocurrido durante ese tiempo. Mi padre biológico tampoco quiso tener nada que ver conmigo, y ahora veía cómo le pasaba lo mismo a mi propio hijo, pero con su madre. Obtuve la custodia total, y mi exesposa volvió a casarse un año más tarde. Sus padres están fuera de la vida de mi hijo y ella sigue evitándolo. Ahora, mi niño tiene 7 años, y está acostumbrado a esta situación, pero sé que le afecta mucho. Es cruel. Sin embargo, así es la vida. © Yardbird753

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Cuando era niña, nos robaba. Luego comenzó a falsificar cheques y a hurtarle regalos de Navidad a sus hermanas. Después llegaron los arrestos, robos, ataques y drogas. La gota que rebalsó el vaso fue cuando abandonó a su hijo y se fue de la ciudad para estar con un hombre casado durante varios años. El niño tiene 11 años ahora. Todo lo que ella dice está plagado de mentiras constantes. ¿Quién es? Mi hijastra. La conocí cuando tenía 8 años, y aún la quiero. © sonoran22

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En la familia somos tres hijos. Mi hermana es 2 años mayor, y mi hermano, siete menor que yo. Toda mi vida me he sentido como un extraño en esa familia. Mis padres tenían una relación interesante con sus hijos: la hiperprotección de mi hermana mayor y mi hermano menor, pero, al mismo tiempo, a mí me ignoraban por completo. No recuerdo que mis padres me abrazaran alguna vez, me besaran, ni siquiera que me preguntaran qué tal me iba todo. Yo era invisible. Y hoy, por casualidad, oí una conversación entre mis padres y mis vecinos. Hablaban de cómo se debía educar a los hijos, sobre la importancia del afecto y del cuidado en el desarrollo de una persona. © DimaValerich

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La situación que describiré es la de mi esposo. Son tres hijos en la familia, todo amor por el mediano, todas las preocupaciones y conversaciones. Por lo que he podido entender, este chico les costó mucho: un embarazo y parto difíciles, y solía enfermarse durante su infancia. De esta manera, la pena se extendió a toda su vida. Y en la vida también fracasó. Yo intento tranquilizar a mi marido: nosotros te queremos, tus amigos te respetan y el resto no importa. Es una pena, por supuesto, pero a veces es peor. © Sonatik

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No podría decir que renuncié a mi hijo o que dejé de quererlo, pero encontrar el amor por él en mi corazón se está haciendo cada vez más difícil. Tiene casi 14 años, y actualmente se encuentra en un centro médico. En los últimos dos años fue arrestado varias veces, atacó a mi esposa, a nuestras hijas y a los niños de los vecinos. Se escapaba de la escuela, de casa. Se subió a un tejado, amenazando con que saltaría y rechazándome. En nuestra ciudad nos convertimos en “aquella misma familia” a la que la policía visita regularmente.

Se vuelve más violento a medida que va creciendo y se hace más fuerte físicamente, y, con sinceridad, ya no veo una salida. A mi hijo le han diagnosticado autismo funcional alto y trastorno bipolar. Esto significa que construimos muros alrededor de un tornado y esperamos que se quede adentro. Gran parte de lo que ha ocurrido ha sido porque él no puede controlarlo. Mi esposa y yo tratamos de darle una vida mejor, pero todo el tiempo tememos por la seguridad de nuestras hijas. Y ya estoy muy agotado de eso. © Veritech_

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Con ocho años iba al dentista sola, les hacía frente a todas las cuestiones burocráticas yo misma. Después de graduarme de la escuela, me fui sola a otra ciudad para continuar con mis estudios. Mis padres todavía no saben cómo se llama mi especialidad ni dónde se encuentra mi universidad. Aunque cuando se trata de mi hermano mayor y mi hermana menor, fueron ellos mismos los averiguaron todo por su cuenta, les escogieron alojamientos y también se encargaron de todo lo demás. Siempre me he sentido un poco solitaria. © juliya.shy

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Mis padres dejaron de hablarme cuando me casé con la chica que yo había elegido. Somos de la India, y los matrimonios arreglados entre padres forman parte de la norma. Un año después de que mi hijo nació, mi madre comenzó a hablarme y a relacionarse con su nieto. Pero mi padre solo tiene relación con él. Nadie trata con mi esposa. © wolfchaits

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Llevé a mi casa a mi sobrina. Ella no tenía padre, y la madre la dejó con su abuela. Cuando esta enfermó, no tuve otra opción. La cuidé lo mejor que pude, pero de algún modo ya era demasiado tarde. Era adolescente, mentía todo el tiempo, consumía drogas y se rebelaba contra cualquier norma establecida. Los psicólogos y los fármacos no ayudaban; es más, diría que incluso empeoraron la situación, porque nuestra relación comenzó a deteriorarse más y más, hasta tal punto que ya no podía confiar en ella en absoluto. Me mentía por todo. Logramos “atravesar” la escuela secundaria, pero antes de ingresar a la universidad, simplemente desapareció. Me costó mucho encontrarla, y poco después le pedí que se fuera: mi paciencia se agotó.

Ella se mudó aquel mismo día. Entonces, tiró su vida por el retrete. Pero todavía confío en que consiga salir adelante. De vez en cuando le doy algo de dinero y pago algunas de sus facturas. ¿La quiero? Sí, por supuesto. Pero ¿la he repudiado? Sí, también. Ahora es mayor de edad legalmente y puede tomar sus propias malas decisiones. Ya no tengo nada más que darle. © ioptah

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Mis padres forman parte de la secta de los Testigos de Jehová. Repudiaron a mis hermanos cuando yo era adolescente, todo por seguir las reglas de la secta. Estas establecen que, si las personas con las que te relacionas conocen la “verdad”, pero se niegan a seguirla, entonces debes renunciar a ellas. Me abandonaron cuando tenía 19 años. Fue impactante para mí, estaba literalmente abrumado. Más tarde, mis padres cambiaron de opinión, pero un par de años después volvieron a hacerlo. Al final, dejé de tratar de cuidarlos y formar parte de su vida de alguna manera. © Mizzscarlett2pt0

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Mi padre quería tener un hijo. O nadie. Y nací yo. Mi primera vez en el colegio, sola. Mi madre es maestra, ella tenía su fiesta de regreso a las clases. Yo también, pero nadie me acompañó. ¿Mi fiesta de graduación? Bueno, tardaría mucho en contarlo. Todo es muy triste. Nunca he oído la palabra “hija”. Incluso por mi nombre, solo me llamaba mi madre... y pocas veces. ¿Por qué no quiero a mis padres? © kira59

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Me rechazaron, pero me lo merezco. Era drogadicto, y llevé una vida agitada durante mucho tiempo. Mi madre ya no pudo sacarme de mis problemas y ser testigo de mi autodestrucción. Yo casi no vivía en casa, así que ella me encontró para decirme que ya no quería tener nada que ver conmigo y me pidió que no me comunicara más. Estaba derrotada, me imagino lo difícil que fue para ella.

Sin embargo, eso fue lo mejor que alguna vez hizo por mí. Tras una corta etapa en las calles y mi adicción, acudí a un centro de desintoxicación. Conseguí salir de aquello. Eso sucedió hace casi 15 años. Después de recuperarme, me puse en contacto con mi madre y poco a poco volvimos a establecer una relación. Ahora estamos muy unidos. Siempre le estaré agradecido por dejarme caer en lo más profundo y luego permitirme volver a ser parte de su vida. © pickmeacoolname

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Mis hermanos y yo dejamos de relacionarnos con nuestro hermano mayor. Esto sucedió después de que descubrimos que, varios años antes, él, siendo ya mayor, trató muy mal a dos chicos. No mostró ningún tipo de remordimiento y le dio un giro a la historia, como si esos niños tuvieran la culpa. Fue tan desagradable entender que la persona que amas trata al resto así de mal. La buena noticia de todo esto es que los otros cuatro hermanos nos unimos más, y ahora podemos apreciar lo bueno que cada uno de nosotros tiene. © HeidiU521

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¿Los hijos adoptados cuentan? Adoptamos a un niño de 3 años. Un chico lindo y muy dulce. Notamos algunas cosas raras en su comportamiento, pero pensamos que eran consecuencias de lo que había sufrido. Los problemas se intensificaron rápidamente. Cuando tenía 7 años, le pegó a nuestro perro con un palo de golf. Nos vimos obligados a mantenerlo alejado de él y de la gata. Esta última desapareció y supusimos que había salido de casa y se había escapado. Tras muchos años, descubrimos que él la había asesinado y arrojado al bosque.

La gota que rebalsó el vaso fue que quemó nuestra casa. Lo enviamos a un centro especial para someterlo a tratamiento, y estuvo 2 años allí. Todo ese tiempo le hizo daño a su compañero de habitación y se volvió aún más cruel. Más tarde, la compañía de seguros no quiso seguir cubriendo los gastos relacionados con su estancia en la clínica, por lo que nos ofrecieron, o bien pagarlo nosotros, o bien llevárnoslo a casa. Pero también tenemos hijos más pequeños y eso resultaba peligroso para ellos. Finalmente, nos negamos a llevarlo con nosotros, y, a pesar de que los médicos estaban de acuerdo con nuestros argumentos, existe un informe por abandono en contra de nuestra familia. No lo quiero. Le deseo todo lo mejor, pero ya no siento nada por él. © Steph83

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Cuando tenía 28 años, le pregunté a mi padre biológico por qué nunca intentó verme después de que él y mi madre se divorciaron. Me dijo que no pensaba firmar un acuerdo sobre custodia porque esto implicaba que tendría que pagar la manutención. El miedo a la pensión alimenticia lo llevó a dejar de hablar con su hijo de 9 años. Ahora está haciendo lo mismo con mis dos hermanastras pequeñas. © ParrotParent

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Mi abuela tuvo 3 hijos: 2 niñas y un niño. Pero para ella existía solo una niña: mi tía. Mi madre fue criada por su hermano mayor: él la cuidaba, revisaba sus deberes y la ayudaba. Al fin y al cabo, cuando mi abuela cayó enferma, la que se quedó junto a ella y la cuidó fue precisamente mi madre, su hija no querida. Mi tío ya había muerto para aquel entonces, y no pude conocerlo, mientras que mi tía vivía en aquella misma calle y venía de visita solo para pedir dinero o cosas prestadas. Mi madre todavía se siente ofendida, así que frecuentemente le digo que la quiero. © Kiara

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En esta Navidad se cumplirán 10 años desde que mi padre apagó ambos teléfonos y se mudó sin decir por qué ni dónde. Rompió las relaciones con sus dos hijos inmediatamente después de que se concluyera el divorcio con mi madre, y nunca miró hacia atrás. Me pregunto si él piensa en nosotros, al menos, de vez en cuando. © ghettoverit

Nos sentimos profundamente conmovidos por estas historias. Tras leerlas sentimos ganas de llamar a nuestros padres y de abrazar con fuerza a nuestros hijos. Los malentendidos y las discusiones se producen en todas las familias, pero debemos procurar que sean breves e insignificantes, y cada padre o madre e hijo debe ser amado. ¿Qué piensas de estas historias? ¿Te ha sucedido algo similar? Comparte tus pensamientos y sensaciones con nosotros en la sección de comentarios.

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Hay niños que deben crecer de repente porque sus padres no se ocupan de ellos

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Conozco casos de hijos medianos que echan en falta más relación con sus padres

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