La historia de Chris Gardner, en quien se basó la película “En busca de la felicidad”

Historias
hace 3 años

Tal vez el nombre de Chris Gardner no te diga mucho, pero seguramente has visto o escuchado acerca de la película En busca de la felicidad, protagonizada por Will Smith. Esta cinta está inspirada en la historia real de Christopher Gardner, un hombre que enfrentó dificultades en varios momentos de su vida e incluso se vio obligado a dormir en la calle con su hijo.

Genial.guru quiere compartir contigo la historia de este hombre más allá de los eventos narrados en la película; su infancia, camino al éxito y su vida actualmente.

Una infancia difícil

Christopher Paul Gardner nació el 9 de febrero de 1954 en Milwaukee, en el estado de Wisconsin. Su infancia está lejos de ser un cuento de hadas; su padre no estuvo presente y su madre, llamada Bettye Jean, volvió a casarse. Su esposo era Freddie Triplett, un hombre que marcaría profundamente la vida de Chris.

Triplett era un hombre con problemas de alcoholismo que era abusivo con su esposa e hijos. Una vez, incluso acusó a la madre de Chris de trabajar mientras que, al mismo tiempo, recibía ayuda de Servicios Sociales, por lo que fue enviada a prisión. Durante ese tiempo, Chris y sus tres hermanas tuvieron que vivir temporalmente en hogares de acogida. Eventualmente, fue puesta en libertad, pero sería encarcelada de nuevo debido a que, en un ataque de desesperación, la mujer intentó incendiar la casa de Triplett con él dentro.

Un día que se ha quedado en la memoria de Chris fue una Navidad, cuando él tenía unos 16 años y, mientras se estaba bañando, su padrastro irrumpió de pronto con una escopeta y lo expulsó de la casa, dejándolo en la calle, mojado y desnudo en una noche fría.

Tras haber vivido esta serie de experiencias, Chris tenía algo claro: él no sería como su padrastro. El alcoholismo, la violencia y el analfabetismo no serían parte de su vida. En cambio, eligió tomar a su madre como ejemplo de fortaleza.

“Elegí abrazar el espíritu de mi madre, quien, a pesar del hecho de que ella había negado, diferido y destruido demasiados de sus propios sueños, todavía me inculcó que podía tener sueños”, dice Gardner.

Matrimonio y paternidad

Chris salió de Wisconsin cuando entró a la Marina estadounidense y se unió al cuerpo médico. Ahí conoció al doctor Robert Ellis, quién le ofreció trabajo en el Centro Médico de la Universidad de California como asistente de investigación. Así, para 1974, se mudó a San Francisco.

Ahora, Chris parecía tener un buen futuro. En 1977, se casó con Sherry Dyson y planeaba estudiar para convertirse en médico, pero luego se dio cuenta de la inversión de tiempo y dinero que requeriría estudiar esa carrera, así que cambió de opinión. Esto dañó la ya fracturada relación que tenía con su entonces esposa.

Chris inició una relación con una mujer llamada Jackie Medina, ella quedó embarazada por él, así que se separó de su esposa para cuidar de Jackie y su hijo. Sin embargo, su sueldo como asistente en el laboratorio no era suficiente para pagar los gastos de una familia, así que comenzó a trabajar como representante de ventas para una empresa de equipo médico.

Las señales viajan en Ferrari

La vida de Chris cambió cuando, un día, vio a un hombre muy bien vestido bajar de un Ferrari rojo en la calle. Impresionado, Chris le preguntó "¿Qué haces y cómo lo haces?". Ese hombre era Bob Bridges, un corredor de bolsa que ganaba unos 80 000 dólares al mes. El introdujo a Chris al mundo de las finanzas e incluso le organizó reuniones con gerentes de empresas que tenían programas de entrenamiento para que Chris pudiera conseguir una pasantía.

Motivado por la posibilidad de lograr el éxito que tanto anhelaba, Chris canceló sus reuniones de ventas y pospuso el pago de multas de estacionamiento hasta que consiguió ser aceptado en el programa de capacitación de la empresa E. F. Hutton y renunció a su antiguo trabajo. Para su mala suerte, cuando llegó su primer día en la nueva compañía, se enteró de que el gerente de contratación que lo aceptó había sido despedido.

Con un hijo pequeño y una relación de pareja deteriorada, Chris se vio obligado a buscar una nueva oportunidad en otro sitio y consiguió que le dieran una entrevista en la empresa Dean Witter Reynolds para capacitarse como corredor de bolsa.

De nuevo, la suerte le jugaría una mala pasada y, una semana antes de la fecha de su entrevista, fue detenido por los 1 200 dólares que había acumulado en multas. Estuvo 10 días en prisión y, al salir, descubrió que Jackie se había ido con su hijo y todas sus pertenencias. Un día después de ser liberado, Chris tuvo que asistir a la entrevista con la misma ropa con la que había sido encarcelado: pantalones casuales, zapatos deportivos y una chaqueta, aún así, logró impresionar en su entrevista y fue aceptado en el programa de aprendices pero sin recibir salario.

Aproximadamente cuatro meses después, Jackie regresó con el pequeño Christopher y decidieron que era mejor que él permaneciera con su padre. Solo había un pequeño problema, la pensión donde vivía Chris no aceptaba niños y tampoco tenía dinero para pagar otro alquiler. Es entonces cuando comenzó un peregrinaje para padre e hijo.

El dinero que Chris ganaba apenas alcanzaba para pañales, comida y el pago de la guardería, así que cuando había que decidir si el dinero se gastaba en comida o alojamiento, la opción siempre era alimentarse. Chris y su pequeño pasaban la noche donde pudieran; moteles baratos, albergues, parques, bajo un escritorio de la empresa donde Chris trabajaba y hasta en un baño público en alguna estación del metro en Oakland.

Chris y su hijo estuvieron yendo de un “hogar” a otro por un año aproximadamente, durante este periodo, él continuó con su pasantía en la bolsa de valores y nunca contó a sus compañeros que no tenía un sitio donde vivir. En cambio, recibió ayuda de quienes no lo esperaba, el reverendo Cecil Williams de la iglesia Glide Memorial dio alojamiento a Chris a pesar de que era un programa solo para madres indigentes.

Para ganar algunos dólares extra, Chris realizaba algunos trabajos ocasionales; cortó césped, arregló jardines, hizo techos, limpió sótanos e incluso vendió su sangre, aunque nunca se sintió muy orgulloso de eso último.

A este momento de mi vida lo llamo “felicidad”

Tras pasar tiempos bastante difíciles y destacarse como un trabajador dedicado y perseverante, en 1982, Chris tuvo la oportunidad de presentar su examen para obtener la licencia como corredor de bolsa y logró obtener un empleo estable con un salario considerablemente mejor, así que pudo pagar un alquiler.

Chris había pasado de ser un aprendiz que no tenía dónde dormir a ser un corredor de bolsa respetado. Incluso le ofrecieron trabajar en Wall Street, en Nueva York, y vivió en esa ciudad dos años antes de mudarse a Chicago e iniciar Gardner Rich & Co., su propia compañía con una inversión inicial de 10 000 dólares en 1987.

Un año después, la falta de dinero había dejado de ser un problema para él. Entusiasmado con su logro, se compró su propio Ferrari, pero no uno cualquiera, sino uno que había pertenecido al basquetbolista Michael Jordan.

Para 2006, Chris había logrado hacer crecer su empresa de manera increíble y la vendió en un trato multimillonario. Después se convirtió en fundador de Christopher Gardner International Holdings, con oficinas en Nueva York, Chicago y San Francisco, y con la cual coopera en varias organizaciones filantrópicas relacionadas con la educación, el acceso a la vivienda y creación de oportunidades laborales.

Actualmente, Chris es un conferencista exitoso que viaja por el mundo motivando a la gente a perseguir sus sueños y explicando temas relacionados con el éxito en los negocios, lo que le ha resultado muy satisfactorio.

La vida de Chris en una película

Si ya viste la película En busca de la felicidad, tal vez hayas notado algunas diferencias con la historia que acabas de leer. Esto es porque el equipo de producción se tomó algunas licencias creativas para poder contar mejor la historia en cine.

Aquí te compartimos algunos datos curiosos relacionados con la película:

  • La película está inspirada en el libro La búsqueda de la felicidad, escrito por Gardner. El título original es The Pursuit of Happyness, donde la palabrahappyness” está intencionalmente mal escrita con “y” en lugar de “i” debido a que este error estaba originalmente en la guardería donde Chris dejaba a su hijo, además, es la letra inicial de "you/your" ("tú" y "tuyo" en español), en referencia a que la felicidad es un concepto individual, cada uno sabe qué lo hace feliz.

  • En la vida real, durante los hecho que narra la película, el hijo de Chris era tenía entre 1 y dos años, pero en la adaptación cinematográfica, Christopher era mayor, Jaden Smith, el actor que lo interpretó, tenía 7 años al momento de filmar la película.

  • En la película, siempre vemos a Chris cargando un aparato para calcular la densidad ósea y su lucha por venderlo, pero en realidad, vendía una variedad mucho más grande de equipo médico.

  • Con el fin de realizar una mejor interpretación de su papel, Will Smith y Chris Gardner visitaron el baño de Oakland en el que alguna vez durmió con su hijo. "Cuando entré en ese baño, fue como si el fantasma [del pasado de Chris] saltara dentro de mí", dijo Will Smith.

  • En un cameo, casi al final de la película, vemos al Chris real aparecer en pantalla cuando se cruza en la calle con los personajes.

  • La película no lo narra, pero mientras Chris trabajaba en la bolsa de valores, retomó su relación con Jackie y en 1985 tuvieron una segunda hija llamada Jacintha.

  • Christopher Jr. era muy pequeño cuando anduvo yendo de un sitio a otro con su padre y no era consciente de que no tenían dónde vivir. "No sabía que estábamos sin hogar. Solo recuerdo que nos mudábamos mucho. Solo sé que cuando levantaba la vista, él estaba allí. Miraba a mi alrededor, y él estaba allí", dijo después.

La historia de Chris es realmente inspiradora, pues demuestra que, a pesar de las dificultades, el éxito sí es posible, por eso quisimos dedicarle este artículo.

¿Qué te pareció? ¿Crees que la vida de Chris habría sido diferente si no se hubiera topado con el hombre del Ferrari rojo? Cuéntanos en los comentarios.

Comentarios

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El éxito es 95% esfuerzo y 5% suerte, y muchas veces, ese 95% no sirve sin ese 5%. Si no se hubiera cruzado con el hombre del Ferrari otra sería la historia. Tal ves también hubiera conseguido el éxito, pero sería distinta la historia

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