La historia de Eduardo Santamarina y cómo tomó las riendas de su vida para cumplir su sueño de telenovela

Historias
hace 1 año

Eduardo Santamarina, el inolvidable galán de las telenovelas, es de esos artistas a los que no les quedó más que aceptar el reto de apostarle todo a la carrera de actor. Aunque su esfuerzo lo posicionó como uno de los rostros más reconocidos de la pantalla chica, hubo un tiempo en el que detrás de su sonrisa galante se escondía una lucha contra las adicciones que estuvo por derribar todo lo que había construido.

En Genial.guru nos fascinan las historias que nos demuestran que no hay adversidad que doblegue la voluntad por cumplir un sueño.

Antes de convertirse en uno de los rostros más queridos de la pantalla mexicana, Eduardo perseguía una licenciatura en derecho. No le gustaba la universidad, su madre le había pedido que terminara la carrera antes de dedicarse a otra cosa, pero para el futuro actor no era una opción dedicarle dos años más de su vida a hacer algo que no disfrutaba.

Un día, mientras veía la televisión, se enteró de una convocatoria para estudiar en el Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa y no tardó en contactarlos a escondidas. “No tenía el valor de enfrentar a mis padres. El último semestre no había ido (a la universidad), me la pasé de vago”, contó.

Tiempo después, la madre de Eduardo se enteró de que su hijo había dejado de asistir a la universidad. El actor recuerda aquel día: “Y mi mamá, con esta impotencia, lágrimas en los ojos, frustración, me dice: ’¿Qué quieres hacer de tu vida, Eduardo?’. Y yo: ’Quiero ser actor’”.

Sin embargo, a pesar de su convicción por estudiar actuación, no logró ser aceptado en el CEA. Decidió intentarlo otra vez, viajó de noche para poder ser uno de los primeros en pasar al casting, pero, para su sorpresa, se acordaron de él y le dijeron: “Te estuvimos hablando pero nunca nos pudimos comunicar contigo. Ya no te preocupes, preséntate en enero”. A partir de ahí, el joven se encaminó a ganarse un lugar en la pantalla chica.

En 1991 su esfuerzo dio frutos. Debutó en un rol pequeño en la telenovela La pícara soñadora y aunque trabajó en otros papeles posteriormente, su primer protagónico lo consiguió cinco años después cuando dio vida a José Andrés en Marisol. Desde entonces ha conquistado con sus interpretaciones en telenovelas como Rubí, Ni contigo ni sin ti Antes muerta que Lichita.

A pesar de que finalmente estaba alcanzando su sueño, las adicciones que arrastraba desde la adolescencia comenzaron a afectar su trabajo. El actor asegura que llegaba en mal estado a las filmaciones y que perdió el interés en su carrera. Incluso, en una ocasión, la productora MaPat López lo mandó a su casa a descansar y le dijo: “Aquí estoy contigo, háblame, cuentas conmigo las 24 horas”.

Pero el camino a sanar no iba a ser nada fácil, pues las adicciones del joven eran una herencia de su padre. “Tu familia te empieza a alejar. Mi mamá, con lágrimas en los ojos, me decía: ‘Vete en un espejo; vete, hijo, porque no quiero que sigas los mismos pasos de tu padre’, y pues no le hacía caso” recordó.

Por fortuna, su papá ingresó a un centro de rehabilitación, situación que le permitió ver a Eduardo las cosas desde otra perspectiva y decidirse por buscar ayuda en una clínica. “El proceso de aceptación cuesta, es difícil porque fueron tantos años de consumo que de repente llegar y decir: ‘soy esto, hice esto’, híjole, te defiendes como gato boca arriba”, explicó.

Si bien considera que su adicción es una enfermedad de pérdidas, ha dicho que después de ese punto solo queda levantarse de nuevo. “Una vez que tocas fondo, es lo que te hace resurgir”, aseguró.

En 2007 protagonizó Yo amo a Juan Querendón junto a Mayrín Villanueva, con quien se casó dos años después. Según el actor, Mayrín le ha dado la estabilidad que tanto necesitaba. Los actores unieron familias, pues Eduardo tiene dos hijos de su matrimonio con Itatí Cantoral, mientras que Mayrín tiene dos hijos de su unión con Jorge Poza.

Además, la pareja tiene una hija juntos. “Yo siempre digo que tengo cinco hijos, tres son biológicos, dos son mis hijastros. [...] Llegaron a mi vida muy chiquitos, entonces han crecido conmigo”, ha dicho.

La claridad le ha permitido construir una carrera con cimientos fortísimos. Ha cruzado fronteras participando en producciones norteamericanas como El señor de los cielosLa Reina del Sur. Incluso, ha afrontado nuevos retos actorales dando vida al que considera su personaje más desgastante, Abelardo Pons en Buscando a Frida. “Yo tengo cinco hijos jóvenes, es imposible no quedarse con la angustia que vive el personaje e imaginar lo que sería vivir eso en realidad”, explicó.

Sin duda, el foco del espectáculo sigue brillando para Eduardo y continuará demostrando aquella pasión que un día le dio el valor de desafiar las posibilidades para cumplir sus sueños.

¿Qué es lo que te motiva a cumplir tus metas? ¿Cuál papel de Eduardo Santamarina es tu favorito?

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