Voy a casarme y no voy a invitar a mi hija a la boda después de lo que me hizo
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Bien dicen por allí que tener una tía es como tener una segunda mamá que te consiente y te malcría. Es muy posible que a partir de esta creencia, algunas madres deleguen en sus hermanas y cuñadas varias de sus responsabilidades con sus hijos. Una de las situaciones más comunes es dejar a los pequeños a su cargo cuando hay diligencias por hacer, o quizás alguna escapadita nocturna. Pero ¿dónde terminan los derechos de una persona y empiezan los de la otra? Siempre es bueno conocer los dos lados de toda historia. Vamos a leer la que compartieron con nosotros hoy.
Entendemos que, como familia, siempre tendremos la mejor disposición para ayudar a nuestros parientes en cualquier situación. No obstante, es importante recordar que cada quien tiene su propia vida y sus inconvenientes. Ahora bien, ¿qué se puede hacer cuando nos hemos comprometido con antelación, pero surge un plan imprevisto y no lo queremos rechazar?
Veamos cómo lo afrontó esta tía:
No cabe duda de que esta chica se encontraba en una encrucijada muy difícil y eligió la opción que le pareció más viable. En teoría, estaba dejando a su sobrina con alguien que ya tenía experiencia cuidando a niños, pero ese no era el favor que su hermana le había pedido. Complicado, ¿no?
Sigamos leyendo cómo terminó esta historia.
Luego de leer el final de esta situación tan compleja, hemos decidido pensar en algunas soluciones que puedan ayudar a suavizar la tensión, no solo entre las hermanas, sino también entre toda la familia.
¿Cómo es tu relación con tus hermanos y tus sobrinos? ¿Qué habrías hecho tú en esta situación tan compleja?