Descubrimos algunos mitos para el cuidado de la piel que bien vale la pena enterrar de una vez por todas

Mujer
hace 3 años

Sobre el cuidado de la piel existen demasiados consejos y reglas, pero no todos resultan ser ciertos. Por ejemplo, nuestras madres y abuelas siempre dijeron que la piel grasa se debe lavar con jabón con más frecuencia, pero los esteticistas contemporáneos están totalmente en desacuerdo con esta afirmación. O bien, descubrimos que los medios de comunicación han inventado una historia de terror sobre el daño mortal que provocan los parabenos, cuando en realidad no todo es tan terrible como lo pintan.

Genial.guru decidió refutar algunos de los mitos más famosos sobre el cuidado de la piel que no son veraces; ya es hora de ir olvidándose de ellos.

Mito 1: con el cielo nublado, puedes prescindir de la protección solar

La radiación solar es uno de los principales factores que causan el envejecimiento de la piel. Es más, si el cielo está nublado y no vemos los rayos del sol, una cierta cantidad de esa radiación sigue llegando a la piel, incluso atravesando cristales y ventanas. Por lo tanto, es importante aplicar el protector solar tanto si brilla el sol, como si no. Opta por productos con un factor FPS nunca inferior a 30, aplica al menos media cucharadita sobre el rostro y el cuello y vuelve a aplicarlo cada dos horas si estás al aire libre.

Mito 2: los aceites obstruyen los poros

Con aceites, así como con cualquier otro ingrediente natural (especialmente cuando se trata de aplicarlos en su forma pura y sin diluir), vale la pena prestar atención y ser cuidadoso. Sí, pueden obstruir los poros o provocar una alergia, pero solo si no se han elegido de forma adecuada. Presta atención a un indicador clave como es el nivel de comedogénico: algunos aceites son mejores para la piel grasa, otros, para la seca. Cuanto mayor sea ese índice, más probabilidad habrá de que el aceite pueda obstruir los poros.

Así, por ejemplo, el aceite de coco es altamente comedogénico, por lo que debe usarse con precaución sobre el rostro, mientras que para los talones y codos secos será un excelente remedio. Aquí, como en otras muchas cosas, todo depende de la persona: hay quien se quita el maquillaje con aceite de coco y está satisfecho plenamente, mientras que para otros esta opción resulta inviable.

Al mismo tiempo, los aceites son un componente muy valioso: nutren, suavizan, recuperan el buen estado de la piel, así como sirven para el cuidado del cabello y el cuerpo. Son buenos, tanto en cremas y sueros como en la composición de productos de limpieza facial. En pocas palabras, no tengas miedo de ellos, pero es importante estudiar bien cuál eliges atendiendo a que sea el más apropiado para ti.

Mito 3: no se debe humectar la piel grasa, sino secarla

Uno de los mitos más perjudiciales para el cuidado de la piel. Absolutamente cualquier tipo de piel, siempre necesitará de hidratación y la grasa no es una excepción a la regla. Además, cuando tratamos de secar la piel tanto como nos sea posible con alcohol, jabón o bien con productos agresivos, solo empeoramos y agravamos la situación. La grasa de la piel protege de las bacterias y de la evaporación del agua, participa en la renovación de las células y, en líneas generales, no resulta perjudicial, por el contrario, las personas con una piel grasa sufren la aparición de arrugas más tarde que aquellas que no la tienen.

Por eso, en el cuidado de una piel grasa y con problemas, es importante limpiarla con productos sin SLS en sus composiciones, exfoliarla con ayuda de ácidos y humectar adecuadamente sin componentes comedogénicos. En definitiva, no vale la pena "secar" este tipo de piel, privándola de humectarla.

Mito 4: los parabenos causan cáncer

A los parabenos, por desgracia, les pasó algo tan común como que, varios estudios erróneos o malinterpretados, le otorgaron una extendida publicidad negativa en todos los medios de comunicación, generando miedo en el consumidor. Los parabenos se usan como conservantes en la fabricación de cosméticos. Pueden irritar la piel, pero solo si se añaden en grandes cantidades o si se trata de una reacción individual (lo cual ocurre con poca frecuencia).

Hasta la fecha, no existen investigaciones que hayan establecido un vínculo directo entre el uso de parabenos y las enfermedades en humanos. Los estudios, en los que se basan los opositores a estos conservantes se llevaron a cabo solo en animales a los que les inyectaban elevadas cantidades bajo la piel y no sobre la superficie. A diferencia de otros conservantes, los parabenos están bastante bien estudiados y no todas sus variedades están permitidas en la fabricación de cosméticos. Y si el fabricante se negó a utilizar parabenos, lo más probable es que haya agregado otro conservante que puede no haberse estudiado con tanta profundidad y esmero.

Mito 5: es necesario usar solo cosméticos naturales

Como ya dijimos en uno de nuestros artículos, los componentes naturales son mucho menos predecibles que los sintetizados en laboratorios. La moda actual de los cosméticos orgánicos ha generado una opinión errónea que implica lo natural como lo más beneficioso, pero no siempre es así. Es simplemente un excelente truco de marketing que funciona bastante bien.

Los componentes naturales son buenos, realmente funcionan, pero con ellos, quizás vale la pena tener incluso un poco más de cuidado que con el resto de cosméticos, especialmente si se utilizan en su estado puro. Los fabricantes no pondrían en riesgo su reputación lanzando al mercado productos potencialmente peligrosos, pero probablemente alguno de ellos puede no ser adecuado para ti, pero se trataría de un caso concreto, no porque sea bueno o malo. Al aplicarse un cosmético, influyen muchos factores individuales que vale la pena tener siempre en cuenta.

Mito 6: utilizar un tónico facial es tirar el dinero

Todo depende de la composición del producto: si limpias el rostro con agua con vitaminas, no deberías esperar ningún efecto notorio. Al mismo tiempo, el mercado cosmético moderno ya ofrece una gran cantidad de tónicos y lociones líquidas con ingredientes eficaces.

Los tónicos con ácidos exfolian bien la piel y suavizan el color del rostro, mientras que los que contienen glicerina humectan bien la piel. También, últimamente han ganado popularidad los hidrolatos: productos de destilación al vapor de plantas que, dependiendo de sus componentes, pueden generar un efecto antiinflamatorio o neutralizar el efecto de un agua de fuerte dureza.

En el mundo de los cosméticos, mucho depende de las reacciones individuales y de las composiciones bien calculadas de uno u otro producto. Una cosa es obvia: no vale la pena temer a las tecnologías modernas ni olvidarnos nunca de nuestro espíritu crítico.

Imagen de portada Depositphotos.com

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