Una chica relató cómo su perro percibió que estaba siendo acosada por un hombre en la calle y la salvó

hace 5 años

De acuerdo con una encuesta, un 81 % de las mujeres y un 43 % de los hombres han sufrido de algún tipo de acoso en su vida. Con estas cifras, podría parecer que este problema es algo habitual. Sin embargo, aunque existen miles de organizaciones y movimientos que trabajan para poner fin a esto, también están esos pequeños héroes cuyos instintos pueden detener este problema social, y la historia que te contaremos a continuación es prueba de ello.

Genial.guru sabe que los animales son realmente unos héroes. Por ello, quiere narrarte la historia de una usuaria de Reddit, quien, si no hubiese sido por su fiel perro, podría haber pasado por una situación muy peligrosa. Al final del artículo te espera un bono con más historias similares y una foto del héroe de este relato.

Así contó su experiencia:

Vivo en una ciudad con mi cachorro, un golden retriever de 9 meses. Es el peludo más dulce que existe, y ama a todos los perros y personas que ve en la calle y en el parque.

Un día, mientras caminaba de regreso del parque con él, un hombre mayor en bicicleta le gritó desde el otro lado de la calle que era lindo. Me reí y le dije “gracias”. Entonces, el hombre tomó mi agradecimiento como una invitación para acercarse a mí y detenerse a mi lado.

Comenzó a hacerme preguntas, y el encuentro pasó de ser agradable a irritante. Me decía: “¿cuántos años tienes? ¿Estudias? ¿Cómo se llama tu cachorro?”.

Le dije que mi novio estudiaba medicina y que estaba esperándome (en realidad, vive fuera del país, así que le mentí), y para completar el asunto procedió a decirme: “¡vaya, ahora todos tienen pareja!”. Esto pasó mientras la bicicleta seguía a mi lado por el camino de regreso a mi departamento, ya que claramente estaba intentando alejarme de él, pero el sujeto hacía lo contrario.

Mi perro lo enfrentó, y comenzó a gruñirle y a ladrarle, algo que nunca había hecho. Se le levantaron los pelos y comenzó a saltar un poco hacia el hombre mientras seguía en su bicicleta. El sujeto se puso muy nervioso y empezó a decir cosas como “ey, ey, ¿qué te pasa, perrito?”. Finalmente dejó de andar en la bicicleta y me dejó caminar en paz. Y claro, mientras se alejaba gritaba groserías.

No me importaba decirle al hombre que se fuese al demonio, pero estoy feliz de saber que puedo contar con el apoyo y cuidado de mi perro.