10 Acciones que hacemos para ser superpapás, pero que en realidad no impactan positivamente en los hijos

Psicología
hace 2 años

Ser padre es algo que se aprende desde el momento en que tienes a tu bebito en brazos, y lamentablemente no hay un libro que explique cómo hacerlo, así que es normal que, básicamente, cada uno haga lo que pueda. En esa aventura de aprendizaje, puede haber actitudes y cosas que hacemos como padres y creemos que son beneficiosas para nuestros hijos, pero en realidad tienen un trasfondo negativo para ellos.

En Genial.guru las pusimos en tela de juicio y ahora te contamos cuáles son aquellas acciones que hacemos para ser padres perfectos, pero que no son buenas para el desarrollo de los niños.

1. Hacer todo por ellos

Muchos padres pueden no querer atosigar a sus hijos con “tareas de adultos”, pero es necesario enseñárselas desde pequeños para ayudarlos a desarrollar su independencia. Por ejemplo, hacer las tareas domésticas les otorga responsabilidad y les genera confianza, ya que pueden notar que su contribución resulta valiosa para su familia.

Otra también puede ser iniciarlos en la cocina, mientras que cuidar a los más pequeños puede ayudarlos a desarrollar su responsabilidad y madurez, y también a que organicen su agenda solo para aprender a saber qué hacer y dónde estar por sí mismos.

2. Dejar tu matrimonio en segundo plano

Cuando un bebé llega a casa, las noches en las que podían dormir por horas y la vida en pareja a la que los adultos estaban acostumbrados se esfuman, pero ocuparse de los hijos a cualquier edad no es una excusa para dejar morir la relación. Una psicóloga aconseja que la hora de dormir sea prioridad, ya que, al hacerlo, ambos funcionarán mejor al otro día. También es bueno dar el beneficio de la duda cuando el otro olvida hacer algo, pues la falta de sueño y el cansancio pueden ser la principal razón.

También ayuda a mantener una relación feliz el agradecerle al otro por hacer tal o cual cosa, buscar y tener un hobbie juntos, y permitirse hablar y quejarse de lo que acontece y sienten.

3. Obligarlos a comer

Por supuesto que todos los padres quieren que sus hijos coman sano para que puedan crecer de forma saludable, pero los vegetales y las frutas no son la opción más atractiva ante los ojos de los niños, y forzarlos a comerlos solo causará más rechazo. Especialistas han dado algunos tips para lograr que las comidas que no les gustan a los niños sean más amenas para ellos.

En primer lugar hay que comprender que el niño sabrá escuchar a su cuerpo, por lo que comprenderá cuándo necesita comer y cuándo no. Además, la comida empieza antes de sentarse a la mesa, en la cocina o en la huerta, cultivando vegetales. Así se incentivará a probarlos. Otra cosa es que los adultos no deben menospreciar otros alimentos con sus palabras, porque el interés disminuirá mucho más. Es bueno incentivar a los pequeños a probar nuevas cosas, ya que mientras más prueben en la infancia, más alimentos podrán tolerar.

4. Valorar más el talento que el esfuerzo

Decirle a tu niño que es un genio en cierta o tal cosa, que tiene talento o un don natural, ciertamente lo motivará y ayudará a alcanzar el éxito. Pero igualmente, fomentar su “talento” y no lo que hizo para lograrlo podría conllevar al narcisismo y también perjudicar su autoestima.

Los expertos aconsejan felicitar a los niños por su esfuerzo en lograr lo que se proponen, ya que así normalizarán el trabajar duro. También es bueno celebrar los errores que cometieron mientras aprendían, ya que así los ayudarás a dominar tareas difíciles y seguir adelante frente a los contratiempos.

5. Resolver todos los problemas de su vida

Todo padre quiere que su hijo viva feliz sin ninguna preocupación, pero inevitablemente todos pasamos por malos momentos. Evitarle experiencias negativas resolviéndole los problemas no será beneficioso para su vida.

Lo mejor que puedes hacer es enseñarle a resolver sus contratiempos por sí mismo, así se volverá más confidente e independiente. No se frustrará ante las dificultades que se le presenten, y tendrá las herramientas para resolverlo de manera creativa y persistente.

6. Programarles muchas actividades

Es normal querer darles a nuestros hijos la oportunidad de que prueben actividades deportivas y culturales para desarrollar sus talentos, pero no es bueno cuando eso ocupa la mayor parte de su vida fuera de la escuela. Los niños con agendas cargadas de actividades pueden abrumarse debido a lo que los adultos esperan que hagan en el día, y eso puede conllevar a mal humor, irritabilidad, abatimiento, ira, dolores de estómago, de cabeza y hasta rebelión.

Además, los niños necesitan tener tiempo libre para no hacer nada y ser niños. Por ejemplo, al jugar con los demás, desarrollan su creatividad y sus habilidades sociales, y esto también favorece al desarrollo cognitivo, físico y emocional.

7. Obligarlos a socializar

La vida social es parte importante del crecimiento de los infantes y su vida futura, pero para algunos no es tan fácil hacer amigos porque todos desarrollan su sociabilidad a su propio ritmo. Obligarlos a interactuar con las personas no es la solución, porque según explica un psicólogo, “puede generar un efecto rebote que provoque que se aíslen o se rebelen contra el hecho de relacionarse”.

Lo que hay que hacer es motivarlos y poner a su disposición los medios para aprender a sociabilizar, insertándolos en entornos, situaciones y circunstancias que faciliten la interacción con otros niños, para que aprendan y practiquen sus habilidades sociales hasta que sean placenteras.

8. No querer dejarlos solos

Estar con tu hijo todo el tiempo puede darte la certeza de que está bien y protegido, pero aunque cortar el cordón pueda ser difícil, es bueno también que pase tiempo solo.

Cuando el niño pasa tiempo jugando a solas aprende importantes valores de la vida, como la autoentretención y la no necesidad de depender de los demás para ser feliz; a independizarse socialmente, es decir, no tener la necesidad de estar rodeado de gente, y a sentirse seguro estando solo. Esto también le aporta calma y autocontrol, y algo muy importante: ¡les da un recreo a los padres!

9. Gastar dinero innecesario

Querer que los hijos tengan la mejor ropa, los mejores juguetes y lo mejor en las cosas que necesiten no solo puede impactar en la economía familiar, sino también darles un mal ejemplo sobre el uso del dinero. Lo mejor es enseñarles sobre su importancia, y un experto afirma que debemos hacer esto antes de los siete años, explicando qué es y su valor.

También es bueno inculcarles la importancia de tener un presupuesto y que ahorrar es efectivo para hacer compras futuras. Incluso puedes procurarles su propio dinero a través de su esfuerzo, como dándoles una recompensa por hacer tareas domésticas.

10. Comparar a los hijos con otros niños

Es normal que un niño tenga habilidades que otro no, ¡porque todos somos diferentes! Pero realizar comparaciones entre un hijo y otros niños e incitarlo a que sea como ellos causa más daño que deseos de mejorar.

Puede generar envidia, celos y rivalidades, especialmente si se trata de hermanos. También se lastima su autoestima, ya que estamos dejando en evidencia que el niño no tiene ciertas características que quisiéramos que tuviera y no destacamos las buenas que ya tiene, haciéndolo sentir inseguro y menos querido. Para incentivarlo, puedes reforzar esas actitudes que quieres en él cuando aparezcan en su persona y no cuando las imite de los demás. Además, puedes celebrar sus conductas positivas, para que sepa que son valoradas.

¿En qué crees que has fallado como padre? ¿Cómo has podido resolverlo para mejorar? ¿Qué consejos tienes para otros papás?

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