10 Consejos para no ser susceptible a las ofensas

Psicología
hace 3 años

Todo sucede de manera completamente diferente a lo que esperabas: el ofensor intencionalmente te quiere hacer sufrir o simplemente es extremadamente insensible e indiscreto. Como resultado, todo se te escapa de las manos y tus pensamientos se concentran en lo que sucedió. El resentimiento es destructivo; complica la vida, arruina las relaciones y los nervios. ¿Cómo dejar de agraviarse y comenzar a vivir? ¿Cómo no ser susceptible al resentimiento y aprender a reaccionar ante lo desagradable sin perder el buen humor?

Genial.guru comparte trucos que puedes utilizar para vencer este sentimiento destructivo de la mejor manera posible.

1. Recuerda que la realidad no se ajusta a tus expectativas y nadie te debe nada

Inconscientemente, creemos que nos deben algo. Esperamos que el mundo nos brinde comprensión, aprobación, puertas abiertas, regalos generosos y chocolate gratis. Y cuando no lo recibimos nos ofendemos mucho.

Pero nadie nos debe nada. Inventamos todo, pintamos un mundo ideal y estamos enojados con la realidad por el hecho de que no encaja en el marco de nuestro idilio.

Recuerda que nadie debe cumplir con nuestras expectativas, y la vida será mucho más fácil y placentera. Estar contento con los regalos inesperados del destino es mucho más útil que ofenderse por la imposibilidad de obtener lo que uno desea.

2. No dramatices. Se realista y no incluyas emociones en los hechos

Incluimos emociones, exageramos un hecho, lo distorsionamos y lo dramatizamos. Vemos un doble sentido en una broma inofensiva o estamos seguros de que un hecho ocurre solo para hacernos sentir mal. A menudo, nuestra gran imaginación es la fuente de nuestra ofensa.

Intenta ver el suceso que te hirió tanto sin emociones. Trata de mirarlo desde afuera, tomando en cuenta solamente los hechos escuetos. A menudo resulta que se trata de un conjunto de acciones neutrales cuyo fin no era ofenderte.

3. Traduce mentalmente las palabras del "ofensivo" al lenguaje normal

¿Te apartaron con violencia y te dijeron algo desagradable? ¿Te levantaron la voz o te agraviaron? ¿Te ofendieron? Tradúcelo mentalmente al lenguaje normal. Hay personas que no saben cómo expresar sus pensamientos de manera diferente, ¡no conocen otros idiomas! Tienes que apiadarte de ellos y no ofenderte.

Las traducciones mentales del "ofensivo" no solo son beneficiosas para la salud y los nervios, sino que también mejoran el estado de ánimo. ¡Pruébalo!

4. No tomes a los ofensores tontos en serio

Tomamos demasiado en serio a quienes hablan mal de nosotros y nos hacen cosas desagradables. Nos ofendemos porque creemos que estamos tratando con personas inteligentes y adultas, tal vez superiores a nosotros mismos. ¿Y si no es así?

Trata de imaginar que tus abusadores son tontos y mediocres, y que su opinión no vale la pena para nada. Que son como niños pequeños que quieren atraer tu atención. Luego de eso podrás notar que sus torpes intentos de enojarte son ingenuos y ridículos. ¿Cómo puedes ofenderte con los niños?

5. Imagina que desde el resentimiento de hoy pasarán muchos años. ¿Todavía te vas a sentir ofendido?

Exageramos el significado de lo momentáneo. Nos parece que esto es para siempre, que la vergüenza no pasará, y que el agravio no será olvidado. Pero, ¿cuántas ofensas del pasado puedes recordar ahora? Lo más probable es que hoy entiendas que has sufrido tanto en el pasado por insignificancias.

Imagínate ver ese rencor de un futuro lejano. Y seguramente las afecciones del alma de hoy te parecerán sin sentido y no valdrán la pena los nervios en el contexto de una vida futura interesante y llena.

6. Mira lo que está sucediendo a través de los ojos del ofensor y trata de entender sus sentimientos

A menudo, la misma persona que trata de lastimarte sufre de algún resentimiento; quizás te envidia o tiene problemas internos. Tal vez sus ganas de herir a alguien provienen de esto.

Trata de entender a esa persona enojada o grosera. Quizás necesita ayuda o apoyo. No te sentirás tan lastimado por las palabras desagradables si tratas de encontrar mentalmente la razón de la ira del ofensor.

7. Percibe los agravios como unos irritantes naturales, como una parte inevitable de la vida

Las cosas ofensivas nos suceden a todos. Cada uno de nosotros tiene que soportar burlas, y dado que no podemos existir aislados del mundo, tal vez deberíamos aprender a percibir el resentimiento como un componente desagradable pero natural de la comunicación humana.

Puedes no reaccionar a los comentarios ofensivos. Percíbelos como el sonido del viento o como ladridos de perros fuera de la ventana. Es decir, como un irritante común, que no tiene nada que ver contigo. Después de todo, ¡el perro ladra y la caravana pasa!

8. Mira directamente y con calma a los ojos del ofensor

No es necesario enfrentar los insultos o fingir que no has notado su rudeza. A veces, una pregunta directa y tranquila al agresor sobre las razones de su comportamiento, ayuda a poner al grosero en su lugar. Es dudoso que él pueda contestarte y, lo más probable, es que se retire avergonzado y te deje solo.

9. No pongas excusas, sino haz una broma

Muchas veces, amigos y conocidos con "buenas" intenciones violan tus fronteras con consejos desagradables o razonamientos sin tacto sobre tu apariencia y vida personal.

Pero los comentarios despectivos y los chistes "inofensivos" te lastiman hasta donde tú los permites. No discutas con el ofensor, dale la razón en su crítica pero haz de esto una broma. Una respuesta ingeniosa desarmará al grosero y tu buen humor arruinará sus planes.

10. Si te ofendes mucho, ¿se resolverá el problema?

Un pequeño insulto no te deja en paz y obliga a que interminablemente pienses sobre lo que sucedió. Tu trabajo está parado, no tienes ánimo para nada. ¡Y todo esto pasa por alguna tontería insignificante, que es aún más ofensivo!

Habla contigo mismo. ¿De qué sirve sentirte ofendido? ¿Esto resuelve el problema? Si eres un masoquista moral y te gusta ser atormentado, entonces, disfrútalo. Si la ofensa para ti es un medio de manipulación, no exageres. ¿Para qué te metes tanto en el personaje? Y si no necesitas el rencor, admítelo y libera los pensamientos agonizantes.

¿Crees que estas maneras te ayudarán a preocuparte menos por los agravios insignificantes, groseros y tontos? ¿O tal vez tienes tus propias maneras efectivas de superar los insultos? Comparte tus pensamientos en los comentarios.

Ilustrador Alena Tsarkova para Genial.guru

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