10 Tácticas para lidiar con una persona difícil que se queja demasiado

Psicología
hace 3 años

Todos nos quejamos de vez en cuando, algunas épocas más que otras, porque a veces tenemos la sensación de que las malas noticias tienen nuestra dirección. Pero algunas personas son expertas y parece que los lamentos y los reclamos son su profesión. Hacer frente a su negatividad sin acabar en una discusión es un desafío, pero con paciencia y con algunas estrategias, se puede conseguir.

Genial.guru investigó cómo recomiendan los psicólogos hacerles frente a los difíciles y “quejones” para compartir contigo sus tácticas.

Cómo lidiar con un quejoso en el día a día

1. Controla tu propia negatividad

Un quejón vive para quejarse, y uno suele perder la paciencia con él. Se puede demostrar aburrimiento con gestos o acciones, como mirar el reloj, rechazar sus reclamos como insignificantes con las manos, o incluso decir claramente “deja de ser tan negativo” o “no estamos para aguantar tus quejas”.

Pero lo mejor es controlar nuestra reacción, pues si no, esto puede desencadenar un drama mayor y/o arruinar nuestra relación con esa persona poco a poco. El quejoso crónico puede ser un padre, un hijo, una amiga o un colega, por lo que llevar la fiesta en paz siempre es lo más recomendable.

2. No intentes convencerlos de que las cosas no están tan mal

Un quejón crónico no piensa que es una persona negativa, sino que está convencido de que “tiene mala suerte” y de que siempre le toca la peor parte. Por esta razón, percibe su ambiente como negativo y cree que su actitud es una respuesta lógica a sus circunstancias.

Si se intenta convencerlo de que las cosas “no están tan mal” y que probablemente está exagerando frente a una situación, el quejón tomará esto como una provocación. Empezará a explicar por qué su vida es tan difícil y a enumerar sus otras desgracias para que el otro comprenda mejor sus sufrimientos y su reacción.

3. Escúchalo con atención

Quien se queja constantemente tiene un objetivo: encontrar simpatía y validación emocional en el otro. Busca que sus quejas se legitimen. Si es habitual que se encuentren con personas que ignoran sus historias o que les dicen que “paren de ser tan pesimistas”, sienten que no son escuchados.

Por ello, si esta persona ha empezado con una de sus quejas, un método útil puede ser escucharlo sinceramente y sin distracciones. Tal vez descargarse lo ayude.

4. Valida sus emociones

Como una persona quejosa desea legitimar sus sentimientos, una táctica rápida para escapar del drama es expresar simpatía por el mal momento que el quejón está pasando y redirigir la conversación.

Por ejemplo, si el quejón se lamenta porque no encuentra su perfume favorito para ir a un evento al que ya están llegando tarde, se le puede decir: “¡Es tan molesto cuando las hermanas mueven de lugar nuestras cosas! Pero ahora tenemos que irnos para disfrutar de la fiesta”.

5. Pregúntale: ¿qué más?

Cuando las quejas vengan sin parar y se repase el problema una y otra vez, se puede cortar la maratón diciendo “está bien, ¿qué más?”. La pregunta obliga a la persona a pensar en otro problema que requiera su atención, y se pone un límite a la queja sin fin inicial.

6. Guarda tus consejos para los momentos genuinamente difíciles

El quejón crónico realmente siente que su vida está repleta de dificultades, que suelen ser imaginarias. Este estado de desgracia forma parte de su identidad, por lo que no buscan ni quieren que se les aconseje o que les brinden remedios a sus pesares.

Un comentario o consejo que podría verdaderamente resolver una dificultad es mirado con malos ojos, porque despoja al quejoso del reconocimiento de su problema, lo que toma como un ataque a su identidad. Por ello es recomendable reservar los consejos para situaciones auténticamente complicadas en las que un quejón se vea envuelto y que puedan aliviar su malestar.

Cómo manejar situaciones frustrantes

1. Guarda la compostura

Mantener la calma es clave para no permitir que una situación cargada de emociones se salga fuera de control. Como reza el dicho: “Para pelear se necesitan dos”. Si las circunstancias están creciendo en tensión, controlar una respiración lenta y profunda prestándoles atención a las inhalaciones y exhalaciones es una técnica útil para mantener la compostura.

2. Déjalo quejarse

En caso de que la persona se enoje, es aconsejable no pedirle compostura. Si le decimos “cálmate” o “tranquilo”, no estaremos validando sus emociones, lo que lo hará molestarse aún más. Ayudarlo a que se desahogue puede que sea el medio para calmarlo.

3. Decir “te entiendo” podría no jugar a tu favor

Todos somos seres individuales con historias, experiencias y dificultades distintas. Si a alguien que está perdiendo la calma le decimos “te entiendo”, esto puede hacer que la situación escale en tensión. Cambiar la frase por “cuéntame más para entenderte mejor” trae mejores resultados.

4. Establece tus límites

Solo porque alguien tenga el vicio de quejarse no significa que lidiar con ello sea nuestra responsabilidad. Si un quejón no puede controlar su negatividad, uno puede excusarse y dejar a la persona con sus quejas.

En el caso de que un quejón fuera de control llegue a tener faltas de respeto o respuestas maleducadas, trazar tus límites y responder con un “no me hables de esa manera” es una buena solución.

5. Quéjate tú también

Lidiar con un quejoso con regularidad puede disminuir el ánimo de muchos. Y, peor aún, pasar por un momento difícil con una persona puede ser dañino, pues el cuerpo acumula adrenalina. Guardar esta tensión no es saludable, por lo que es buena idea expresar tu disgusto con una persona de confianza y liberar tus energías, por ejemplo, haciendo ejercicio físico o estirándote en una sesión de yoga.

¿Cómo sueles manejar a los quejoncitos de tu vida? ¿Qué crees que ayuda a una persona negativa a volverse un poco más positiva?

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