6 Consejos duros que no le darías a otra persona, pero que le serían de gran ayuda

Durante las conversaciones íntimas, hay momentos en los que es casi imposible responder una pregunta directamente. Empiezas a esquivarla, guardas silencio o tratas de ver la situación de todos los lados posibles, en lugar de dar tu honesta opinión. Porque en lo más profundo de tu alma sabes que no importa cuánto aprecies a esa persona y desees su bienestar, dar ese consejo es como abofetearla. Este es un gesto increíblemente efectivo, pero poco amigable.

Genial.guru ha reunido para ti recomendaciones basadas en la experiencia de la vida, y espera que estos ejemplos te ayuden a hacer las preguntas correctas para llegar a la verdad.

1. Corta por lo sano

Tu amiga se queja de que hace mucho tiempo está harta de su trabajo, que la relación que tiene con su pareja no importa a ninguno de los dos, o que la educación que recibe no le sirve en absoluto. Cualquiera sea el problema, una cosa es clara: esto no puede seguir de la misma manera. Ella está descontenta y no ve una salida.

Y tú que escuchas esos reclamos por 15ª vez, le aconsejas que cambie todo para que sea como ella lo quiere. ¡Un milagro! Inmediatamente niega el 80% de sus palabras y dice que no está tan mal porque, en realidad, le da miedo cortar por lo sano. Tres de sus otras amigas viven aún peor y le aconsejan que no se apure y mida todo. Como resultado, aceptas que hacer un paso al costado y comenzar de nuevo tal vez sea demasiado y no quieres asumir la responsabilidad de tal consejo.

Pero sabes que no hay ni habrá condiciones ideales, los cambios siempre se asocian con incomodidad y sentimientos fuertes, pero harán bien. Es un camino difícil con ascensos, descensos, curvas cerradas y golpes, pero conduce a una vida mejor. Tú misma ya estás lista para hacerlo o ya lo has hecho y avanzaste al siguiente nivel, pero no estás lista para escuchar las acusaciones de quienes no siguieron tu ejemplo.

2. No expliques nada a nadie, especialmente a ti mismo

Tu amigo está tan confundido en sus propias emociones y pensamientos que no comprende en absoluto qué provoca todo este caos: las circunstancias o él mismo. Interminablemente expone todos los detalles a sus seres queridos con la esperanza de que una visión desde afuera le ayude a encontrar una solución y, después de todo, siempre tiene un diálogo interno, se autoanaliza y encuentra una explicación para cada (in)acción suya.

No lo discutes porque la reflexión adecuada es buena. Sin embargo, la capacidad de encontrar significado para todo es un proceso sin salida. Las explicaciones, aprendidas de constantes reflexiones, dan calma temporal, pero de hecho no son diferentes de las autojustificaciones. Le podrías aconsejar que deje el hábito de buscar significado donde no existe.

Pero el consejo será inútil si tu amigo solo está buscando a alguién con quien charlar y aliviar la tensión. Comprendes que al interrumpir el flujo de la conciencia de tu amigo y pedirle que deje de encontrar excusas, en el mejor de los casos no serás comprendido, y en el peor de ellos, va a pensar que eres un insensible.

3. Deja de dar importancia a lo que piensan los demás

Tu amiga dejó su trabajo, abrió el negocio de sus sueños y ahora no se siente bien porque sus amigos y parientes están aterrorizados ante cambios tan drásticos. ¡Siendo madre soltera no piensa en algo estable! Su acción se convierte en una oportunidad para chusmear, nadie se toma en cuenta lo que ella pudo lograr pero cada error suyo se saborea y se discute. Lo más importante es que ella no siente que esté 100% segura de tener éxito; escucha mil y un argumentos lógicos de los demás, por qué lo que hace es estúpido y está atormentada por la culpa y el arrepentimiento.

Realmente deseas sacudirla y aconsejarle que deje de dar importancia a las opiniones de otras personas, incluso si se trata de familiares y amigos. Una vez tú mismo no permitiste que otros decidan qué quieres de la vida, y ganaste tu derecho a la felicidad. Sin embargo, también recuerdas cómo, mientras defendías tu autonomía, te enfrentabas a las críticas agudas, resentimiento, peleas e incluso rupturas. ¿Cómo puedes saber si otra persona puede aguantar todo con honor? No te gustaría saber que, siguiendo tu consejo, tu amiga deje de hablar con su madre. Tampoco podrías explicar que si esto sucede, es porque ya algo andaba mal entre ellas.

4. Aprende a ser ridículo

En el proceso de búsqueda de la felicidad personal todos sufrimos un fracaso más de una o dos veces. Esta vez la ley funcionó también para tu ser querido. Sus amigos, al igual que sus enemigos, están de acuerdo en que no podría pasar de otra forma. Todo el mundo en voz alta o baja no pierde la oportunidad de sorprenderse por su estupidez, y esto golpea su orgullo.

Estaba tan entusiasmado con cumplir su sueño... Y ahora ese sujeto se siente humillado y devastado. Trata de ocultar el hecho de su fracaso vergonzoso y miente para finalmente no perder la dignidad. Finalmente, abatido por la vergüenza, termina culpando de sus errores a todo el mundo.

Ya sabes cómo es, y también sabes que un clavo saca a otro. Una vez que comenzaste a ser ridículo deliberadamente, la experiencia dolorosa se volvió mucho más fácil de sobrepasar, sobre todo si uno puede hablar de ella abiertamente, tratándola con humor y autoironía. Además, una persona que no teme parecer ridícula, simplemente desarma a sus enemigos. Pero antes de volverse invulnerable, el sujeto tendrá que someterse a una prueba psicológica difícil.

El alivio no se produce con un clic, y uno tendrá que soportar mucho miedo y dolor antes de reírse sinceramente de sí mismo. Y no estás del todo seguro de que quieras aconsejar este camino a tu ser querido, porque no sabes si él lo soportará.

5. No te vayas de viaje

La solución más popular y romántica es dejar todo e ir a países desconocidos para comprender el mundo y a uno mismo. Esto es lo que tu amigo te anunció alegremente durante la última conversación. De hecho, el viaje tiene todo para sentirse mejor: nuevas impresiones, la oportunidad de atreverse a cosas nuevas, cambiar la situación... Lo más probable es que en este momento ya compre pasajes de avión o incluso venda su departamento para dejar todo atrás.

Sería bueno decirle que si quiere deshacerse de los problemas, no lo puede hacer simplemente yéndose lejos. Lo que deseas es aconsejarle que se quede en casa y solucione todo lo malo que está sucediendo en su vida. Si una persona adulta no sabe lo que quiere, constantemente cambia prioridades y no puede hacer nada con la suficiente seriedad, entonces esa práctica de ser "sin casa ni hogar" solo puede agravar su inestabilidad e incapacidad para resistir durante un tiempo cualquier situación.

Y luego te imaginas cómo le dices a tu amigo todas estas cosas aburridas, y añades que sus travesuras excéntricas ya hace mucho tiempo no conmocionan a nadie. Le quitas la oportunidad de emprender una aventura global... No tendrás tiempo ni para estornudar antes de que te manden a pasear a un lugar poco agradable.

Te quedas callado y apoyas a tu amigo.

6. Olvídate de deadlines

A una edad “x” tu hermana planaba tener un departamento / automóvil / hijos. Hace un año, un compañero de clase estableció un objetivo de participar en un motocross, pero aún no tiene licencia de conducir. Dentro de 2 años, tu amiga se veía a sí misma en el lugar del jefe del departamento, y ayer fue despedida. Observas una y otra vez cómo tus seres queridos intentan realizar planes a toda costa sin poder conseguirlo.

Comprendes que la mejor solución es tirar todos los deadlines directamente a la basura. Sabes por tu propia experiencia que una persona que está tan firme con sus planes, lo único que logrará es una neurosis. Indiscutiblemente, la capacidad de planificar es un rasgo muy útil. Sin embargo, la fe ciega en la posibilidad de controlar cada evento es absurda y no da la oportunidad de mostrar flexibilidad o disfrutar de la vida.

¿Pero cómo saber si tal consejo no arruinará a la persona? Si rechazamos sus principales hitos en la vida, esto puede afectarlo de la peor manera. Tienes miedo de agravar la posición ya poco envidiable de tus amigos y no quieres quitarles lo último que les queda.