Estudios aseguran que hasta los gestos de generosidad más pequeños hacen que los empleados se sientan más felices

Psicología
hace 4 años

¿Cuántas veces has escuchado a un amigo o familiar quejarse por el ambiente del lugar donde trabaja? Es más, ¿en cuántas ocasiones tú mismo has estado a punto de tirar la toalla porque no te sientes bien en la empresa donde estás? Esto no es algo poco común, por lo que un grupo de investigadores se dio a la tarea de analizar qué pasaría si los empleadores tuvieran un simple gesto de generosidad hacia sus empleados, y, por más trivial que parezca, descubrió que lo pequeño, por más diminuto que sea, suma.

Genial.guru aplaude todas las iniciativas que buscan conseguir un mejor ambiente laboral, pues sabe que, cuando la gente disfruta de su trabajo, es más feliz, y por eso quiere compartir más detalles de esta investigación contigo.

El mágico encanto de una sonrisa

Está comprobado que ver una sonrisa tiene efectos positivos en las personas. Cuando alguien nos sonríe, inmediatamente sonreímos de regreso, y eso hace que se disparen nuestros niveles de dopamina, la hormona de la felicidad, y de serotonina, la que ayuda a reducir los niveles de estrés. Pero ¿qué pasaría si, junto con esto, en tu trabajo tuvieran un detalle lindo contigo? ¿Cómo te sentirías? Para encontrar respuestas, un grupo de investigadores de la Universidad de Penn State decidió estudiar los efectos de la generosidad en choferes de camiones.

Uno de los trabajos más pesados

A diario, los empleadores de este grupo de choferes les dan una cajita que contiene su desayuno. La diferencia que promovió Bu Zhong, profesor asociado de periodismo de Penn State, es que les agregaran a esos alimentos una pieza de fruta. El grupo que participó en el experimento, compuesto por 86 empleados, fue particularmente especial, ya que ese sector vive sometido a jornadas llenas de estrés, tráfico y comidas a deshoras. Sin embargo, algo tan trivial como una pieza de fruta tuvo un gran impacto en ellos, y se reflejó en una mejora de su calidad de vida.

Algo que podría levantarles el ánimo a todos

Ofrecer una fruta fresca como una manzana o un plátano durante tres semanas se convirtió en un gran acierto, y no solo por los grandes beneficios que acarrea el consumo de frutas, sino porque, tras realizarles diferentes encuestas para conocer sus niveles de satisfacción, se concluyó que los choferes se sintieron menos deprimidos, cabizbajos o desesperanzados, e incluso con menores problemas para dormir una semana después de haberse iniciado el experimento. Estos sentimientos se repiten en muchos lugares de trabajo, y un simple gesto de generosidad podría marcar la diferencia.

Un buen ambiente de trabajo es tarea de todos

Si los empleados de este sector, que tienden a padecer fatiga, a desarrollar problemas musculoesqueléticos y dolores de espalda baja, obtuvieron tan buenos resultados con un simple detalle por parte de sus empleadores, no solo respecto a su estado anímico, sino también a su eficacia, significa que cualquier empleado es sensible a todo tipo de mejoras en su lugar de trabajo, por más pequeña que esta parezca ser.

Detalles que sorprenden

Pero esto no es todo. ¿Qué pasa si no se trata solo de pequeños gestos, sino de una manera de vivir, y no solo lo imparten los empleadores, sino que también se da entre los trabajadores? También se refleja en el ambiente y en una considerable mejoría del apetito, de la calidad del sueño, en la reducción de síntomas depresivos y en un mayor compromiso con el trabajo, o así lo reflejaron los resultados de un estudio realizado por la Universidad de California en Riverside.

Verdadero trabajo en equipo

En este estudio se evaluaron las acciones de generosidad, los gestos de agradecimiento y las muestras de optimismo. Los 94 participantes se dividieron entre dadores y receptores, y debían completar cinco actos de generosidad, como animar a un compañero si tuvo un mal día, enviar un correo de agradecimiento, llevarle a alguien una bebida y ayudar a un colega con algún trabajo. Tras hacer eso, las personas aseguraron sentirse más interconectadas y autónomas, tanto las que daban como las que recibían. Es decir, se creó un ambiente armónico, algo que nunca está de más en el trabajo.

¿Cómo te sentirías si tus empleadores tuvieran estos gestos contigo? ¿O si tus compañeros de trabajo se comportaran de forma más generosa? ¿Crees que el ambiente laboral cambiaría? ¡Cuéntanos en los comentarios!

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Simplemente con una palmadita en la espalda de vez en cuando estaríamos más contentos

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