Casual

El denim es una prenda atemporal que, con el enfoque adecuado, se puede transformar en un look elegante sin esfuerzo. Desde combinar jeans de talle alto con una blusa blanca impecable hasta optar por un vestido de mezclilla bien ajustado, hay innumerables formas de elevar este tejido clásico. Con el estilo correcto, el denim puede ir más allá de lo casual y convertirse en una opción versátil y sofisticada para cualquier ocasión.

¿Por qué será que, justo el día que tenemos afán, a la ropa que necesitamos se le da por esconderse? Ya sea que esté perdida en el mar de prendas de nuestro clóset o esperando en el tendedero a que alguien la recoja, la ropa sin doblar puede volverse un caos. Lo bueno es que existen varias formas de hacer que la organización de la ropa sea una tarea más leve. Por eso, aquí te mostramos algunas técnicas de doblado que te ahorrarán tiempo, espacio y mantendrán tus prendas en óptimas condiciones.

Los pantalones son una prenda versátil que se puede llevar en cualquier temporada, y los que se están viendo más y más estos días son los de corte acampanado. Estos pantalones definitivamente volvieron con fuerza. Los skinny son otros que, aunque por el momento ya no se están usando tanto, siguen siendo los preferidos de muchas mujeres. Ambos estilos se deben estilizar de una manera adecuada y así lograr un look fantástico. ¡No te pierdas el bono al final!

Cuando usamos una prenda, sea un vestido o una blusa, rara vez nos ponemos a pensar en combinar el peinado con el escote que llevamos. Pero si lo reflexionamos un poco, descubriremos que con el simple hecho de considerar qué estilo lucir en nuestro cabello, podemos elevar u opacar nuestra imagen.

Estar al grito de la moda no siempre es fácil, y uno puede sentir presión al creer que nuestra vestimenta no basta para encajar con nuestro alrededor. La realidad es que los mejores atuendos son aquellos con los que nos sentimos realmente nosotros y podemos expresarnos sin remordimiento alguno. Aun así, hay algunos detalles que podemos cuidar para que, sea cual sea la prenda que decidamos utilizar, siempre nos veamos listos para mostrar al mundo quiénes somos.

Enamorarse no es tan fácil como se ve en las películas; normalmente uno no encuentra el amor verdadero a primera vista, ni le alcanza con solo ver a alguien un par de veces para tener la certeza de que se halló al compañero de vida indicado. Y por eso las citas son tan buena idea, porque nos permiten conocer en profundidad a las personas para saber si el afecto puede ser mutuo. Pero hay ocasiones en las que por mucho que estemos buscando vivir un momento romántico, alguna de las partes vuelve la situación toda una comedia o un thriller psicológico.

Hay muchas ocasiones en las que una visita al centro comercial por una determinada compra termina con las bolsas llenas de otras cosas. Te ha gustado algo, te lo pruebas y aparentemente te queda bien. Pero, debido a la impresión de un hallazgo tan afortunado, frecuentemente no pensamos en cómo cambiará después de que la usemos y lavemos.

Coco Chanel ha sido una de las diseñadoras más importantes en la historia. Ha dejado un legado en la moda que sigue teniendo efectos hasta el día de hoy. Gracias a ella, las mujeres usan pantalones y se olvidaron del corsé forzoso. Pero pocos se imaginan la historia y el comienzo humilde de la fundadora de una de las marcas más prestigiosas del mundo.

Se conoce como serendipia a un hallazgo afortunado y casual. La penicilina y las notas adhesivas, por ejemplo, surgieron gracias a esto. Pero también llamamos así a esos pequeños descubrimientos que nosotros mismos realizamos en un día cualquiera y que, gracias a las cámaras de los celulares, podemos inmortalizar para que no queden solo como una anécdota increíble para los demás.

Cuando observamos a las celebridades en alguna revista o en sus redes sociales, dan la impresión de que siempre están elegantes o bien arregladas. Quizá sea porque estamos acostumbrados a verlas producidas y siempre bien vestidas. Sin embargo, para nosotros, la imaginación va más allá de lo que solemos ver. Por eso adaptamos algunas fotos de famosos para ver cómo lucirían siendo una persona con una vida tan común como la nuestra.

Existe la opinión de que solo se necesitan 7 segundos para causar una primera impresión. Por supuesto, en esto pueden influir una gran cantidad de factores, tales como la forma del rostro, la entonación de la voz y el estado emocional en general. Sin embargo, no vale la pena subestimar el papel de la ropa. Un vestuario elegido de la forma adecuada puede hacerte ver elegante y no solo decirle al mundo quién eres, sino quién quieres ser. Además, todos conocen el refrán que dice que, al asistir a una entrevista, uno debe vestirse de acuerdo con el puesto que quiere ocupar, y no con el que ocupa actualmente.

Elegantes, sofisticadas y profesionales: la idea de una azafata siempre nos deja la impresión de una sonrisa amable y una apariencia impecable. ¡Y definitivamente lo primero que se nos viene a la mente es un uniforme con gran estilo!