Una paloma incapaz de volar conoció a un cachorro incapaz de caminar y se convirtieron en los mejores amigos para siempre

Animales
hace 4 años

Para ser los mejores amigos, no siempre es necesario aparentar o actuar de la misma manera. Todo lo contrario, pueden conformar un gran equipo incluso si son completamente diferentes. La pareja de la que te hablamos en este artículo es un ejemplo perfecto de este tipo de amistad única.

Genial.guru quiere contarte la historia de Herman, la paloma, y Lundy, el cachorro, que demostraron que la verdadera amistad no conoce límites.

La paloma que no puede volar

En 2018, trajeron una paloma a The Mia Foundation, una organización en pro de rescatar a animales con defectos de nacimiento, ubicada en Rochester, Nueva York. La paloma, macho, fue encontrada en un aparcamiento donde estuvo sentada sobre el pavimento durante tres días, sin moverse.

Sus rescatadores percibieron que era incapaz de volar y quisieron sacrificarla, pero Sue Rogers, la fundadora de la entidad, decidió hacerse cargo de ella personalmente.

Durante un tiempo le dio de comer a Herman (así fue cómo llamaron a la paloma) con la ayuda de un tubito. Lo sacaba al exterior cada día para ayudarlo a recuperarse con más velocidad. Pronto recobró su fuerza, pero, desafortunadamente, nunca recuperó su capacidad de volar. Así fue como Herman se convirtió en un residente permanente en The Mia Foundation.

Como miembro de pleno derecho de esta entidad, Herman participa en muchas de sus actividades diarias. De este modo, un año después, en enero de 2020, cuando a la organización llegó un cachorro de chihuahua de cuatro semanas de edad, Herman fue uno de los primeros compañeros animales que lo conoció.

El perro que no puede caminar

Lundy, el cachorro, fue llevado a la fundación por un criador de Carolina del Norte que se había dado cuenta de que el perro albergaba problemas para caminar. Cuando Lundy perdió por completo la utilidad de sus patas traseras, el criador llamó a Rogers para preguntar si ella podía acogerlo, misiva que fue aceptada.

Cuando acababa de llegar al centro de acogida, Lundy, de tan solo 170 gramos, era tan pequeño que podía fácilmente caber en el bolsillo de una camisa. Los veterinarios no estaban seguros de qué le pasaba a este cachorro. Pensaban que, probablemente, sufría de hidrocefalia, una dolencia que afecta principalmente a los perros pequeños y que puede conllevar un daño cerebral.

Amor a primera vista

Tras uno de sus paseos habituales con Herman, Rogers posó al pájaro sobre el lecho del perro y comenzó a atender a Lundy. Luego, colocó al pequeño cachorro en la misma cama y los dos animales por fin se conocieron el uno al otro.

Al principio, Rogers estaba un poco insegura de cómo reaccionarían mutuamente, por lo que estuvieron bajo vigilancia. Pero resultó que no había motivos para preocuparse: para su sorpresa, la pareja comenzó a abrazarse casi de inmediato. El momento fue tan lindo que Rogers, rápidamente, agarró la cámara y realizó algunas fotos. Más tarde, las publicó en Facebook.

Ahora, Herman y Lundy son inseparables, a menudo se acurrucan juntos en algún lugar de las instalaciones de este refugio de animales.

El futuro de su amistad

Rogers estima que los problemas de movilidad que afectan al cachorro pueden estar relacionados con una lesión en su médula espinal, pero todavía no se sabe con certeza. Una vez tenga claro el motivo de su enfermedad, elaborará un plan con su tratamiento. Los más probable es que ellos acaben haciendo una silla de ruedas para Lundy al objeto de buscar después a una familia que esté dispuesta a adoptarlo.

En cuanto a Herman, probablemente se quede al cuidado de Rogers para el resto de su vida, a menos que alguien lo adopte junto con su mejor amigo.

¿Tienes tus propios ejemplos de amistades inusuales? Cuéntanoslo en los comentarios.

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