He descubierto que no soy la madre biológica de nuestro hijo y ahora dejo a mi esposo

Crianza
Hace 2 semanas

Una mujer de 27 años cuenta cómo se enteró de que el hijo que criaba desde hacía tres años no era suyo. Aunque planea divorciarse de su esposo tras descubrir la verdad, se siente indecisa ante la idea de separarse de su hijo. Nos ha escrito una carta con todos los detalles y pide consejo sobre lo que debe hacer.

Marta y David encontraron el amor en la universidad

Marta, de 27 años, está desolada por el giro que ha tomado su vida y se siente perdida. Busca desesperadamente respuestas porque se siente abrumada y demasiado implicada emocionalmente para pensar de forma racional. Nos ha escrito una carta en la que describe su problema: “Querido Genial: Me dirijo a ti para compartir mi problema con la esperanza de que tus lectores puedan orientarme por el buen camino. También pretendo advertir a otras mujeres que tengan cuidado, que podrían encontrarse en la misma situación que yo. No desearía mi suerte a mis peores enemigos...”.

Revela que, al principio, su vida amorosa era de postal: “Conocí a David (30) cuando ambos estábamos en la universidad. Me enamoré de él desde que lo vi y, para mi sorpresa, él sintió lo mismo. Llevamos juntos desde entonces. Hace unos 6 años decidimos de mutuo acuerdo que queríamos formar una familia”.

Aprendió por las malas que no podía tener hijos

Cuando, tras años de intentos, la pareja no consiguió quedarse embarazada, buscaron consejo médico: “Lo intentamos durante años, pero nada. Me sentía muy deprimida y asustada. David sugirió que fuéramos al médico, y así lo hicimos.

El médico me hizo unas pruebas y me dijo que no podía tener hijos. Todo mi mundo se vino abajo. Recuerdo que lloraba tan a menudo y en momentos tan aleatorios que en un momento pensé que me estaba volviendo loca”.

La pareja decidió optar por la gestación subrogada

“Mi esposo intentaba consolarme y distraerme. Me propuso la adopción, pero yo quería tener mi propio hijo. Un día me di cuenta. Soy estéril, pero siempre he querido ser madre, y la gestación subrogada puede ser la mejor opción disponible para mí. Hablé con David, y al principio estuvo de acuerdo, pero luego dudó al enterarse de lo caro que es el procedimiento.

Por aquel entonces teníamos problemas económicos y yo no podía trabajar debido a mi débil salud mental. Compartí el problema con mis padres y otros seres queridos, incluida mi prima Amy. Para mi sorpresa, Amy se ofreció a ser nuestro vientre de alquiler para abaratar costes, y entonces no pude estarle más agradecida”, añade Marta.

Tras múltiples luchas, la pareja fue obsequiada con un varón

Marta revela lo que ocurrió después: “Tras algunos intentos fallidos de fecundación in vitro, ¡por fin se quedó embarazada! Hace 3 años, mi esposo y yo tuvimos a nuestro hijo por gestación subrogada, ¡y era el niño más perfecto! Estaba encantada. Lo llamamos Jorge y me pasé todo el tiempo cuidando de él.

Amy también venía a menudo a ver a Jorge. Incluso cuidó de él mientras yo tenía que hacer viajes urgentes por trabajo, y David sugirió que la llamáramos para que nos ayudara. En aquel entonces no le di importancia, pero quizá debería haberlo hecho”.

Una revelación impactante que destrozó a la familia

Hace unos días, Jorge se puso enfermo y tenía que hacerse unas pruebas en el hospital. Marta llevó a su hijo al médico y el análisis de sangre la dejó desconcertada. “Hace poco llevé a nuestro hijo al médico porque se encontraba mal. Le hicieron unos análisis de sangre y descubrí que no soy su madre biológica. Pensé que era un error y le dije a mi esposo que debíamos demandar a la clínica de fertilidad, pero para mi horror, mi marido me confesó que no era culpa suya.

Admitió que había intimado con mi prima durante el proceso de fecundación in vitro y que se había acostado con ella un par de veces. Me sentí tan enfurecida y traicionada que no puedo expresar mi decepción con palabras. El hijo al que he querido más que a mi vida ni siquiera es mío, sino el resultado de la aventura de mi marido con mi prima... ¡Inmediatamente le pedí a David que se fuera de casa! No soportaba ni siquiera mirarle”.

Marta va a pedir el divorcio, pero no sabe qué hacer con Jorge

“Ya estoy hablando con mi abogado sobre el divorcio y se lo he contado a mi familia. Me apoyan y dicen que estarán de acuerdo con lo que yo decida hacer. David sigue intentando ponerse en contacto conmigo, pero no quiero darle otra oportunidad después de todo lo que ha pasado”. Amy lloró a lágrima viva y me pidió perdón, pero no creo que pueda perdonarla nunca.

En cuanto a Jorge, estoy dividida. Le sigo queriendo, pero tengo que admitir que cada vez que le miro, me acuerdo de la aventura de mi esposo, y eso me pone enferma. ¿Qué debo hacer?" Marta escribe pidiendo consejo.

Gracias por escribirnos, Marta. Sentimos que hayas tenido que pasar por una situación tan terrible y difícil. En momentos tan difíciles, es importante rodearse de gente que te quiere y recordar que el tiempo curará tus heridas. He aquí algunas medidas que podrías considerar tomar:

  • Busca apoyo emocional: Es fundamental contar con un sistema de apoyo. Hablar con un amigo de confianza, un familiar o un terapeuta puede ayudar a procesar las emociones y proporcionar un espacio seguro para expresar los sentimientos.
  • Asesoramiento jurídico: Consultar con un abogado de familia puede ayudarte a comprender los derechos y las opciones en relación con la custodia de Jorge y las posibles acciones legales contra la clínica de fertilidad o las personas implicadas.
  • Asesoramiento de pareja: Si deseas explorar la posibilidad de reparar la relación, la terapia de pareja puede proporcionarte un entorno estructurado para abordar los problemas y superar la traición.
  • Autocuidado: Es esencial dedicar tiempo al cuidado personal. Participar en actividades que aporten alegría y relajación puede ayudar a controlar el estrés y el dolor emocional.
  • Considerar los pasos futuros: Es importante reflexionar sobre lo que se quiere para el futuro, ya sea la coparentalidad o la independencia. Elaborar un plan puede proporcionar una sensación de dirección y control.
  • Grupos de apoyo: Unirse a grupos de apoyo de personas que han vivido situaciones similares puede proporcionar un sentimiento de comunidad y comprensión.

Este es un camino profundamente personal y no hay una forma correcta o incorrecta de recorrerlo. Es importante dar prioridad a tu bienestar y tomar decisiones que estén en consonancia con tus valores y necesidades.

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