10 Datos de la Antigua Roma tan extraños que ningún maestro se animó a enseñarlos

Curiosidades
hace 1 año

Puede que al pensar en la Antigua Roma lo primero que nos venga a la cabeza sean las togas impolutas y el Coliseo rebosante de fanáticos de la lucha. Esto puede ser gracias a las películas y series inspiradas en aquella época. Pero más allá de la gloria del Imperio Romano, en aquel entonces existían costumbres tan peculiares que los guionistas prefieren saltarse.

En Genial.guru te contaremos algunos hechos de la Antigua Roma que no nos enseñaron en la escuela.

1. Los hombres tenían prohibido usar pantalones

Si bien en la actualidad los pantalones son un imprescindible en el clóset de cualquier persona, para los antiguos romanos usarlos era algo digno de un bárbaro o un salvaje. Para ellos, los hombres civilizados vestían bermudas tradicionales y túnicas. Incluso los emperadores Honorio y Arcadio, del Imperio Romano de Occidente y de Oriente respectivamente, los vetaron oficialmente a fines del siglo IV. La prohibición decía: “Dentro de la venerable Ciudad, a nadie se le debe permitir apropiarse del uso de botas o pantalones”.

2. Se vendía el sudor de los gladiadores afuera del Coliseo

Puede decirse que este era un souvenir un tanto extraño. Los gladiadores solían convertirse en una celebridad entre la clase baja y eran muy populares con las mujeres. Ellas en ocasiones mezclaban el sudor de estos luchadores con sus cosméticos. Para ello se raspaba la suciedad de la piel con una hoja metálica llamada estrígil y luego se guardaba en viales que se vendían afuera de los juegos de gladiadores.

3. Lavaban la ropa con orina

Uno de los limpiadores más conocidos es el amoníaco, que se puede encontrar en la orina. Por eso, no es de extrañar que los antiguos romanos la usaran para mantener la ropa limpia. Para ello, utilizaban una mezcla de agua con orina. Por aquel entonces, era común ver contenedores de orina por las calles, que una vez llenos eran llevados a las fullonicas, comercios dedicados a la lavandería y la tintorería.

4. Bebían cobre como método anticonceptivo

No todos los romanos querían tener familias numerosas; por ello, para evitar un embarazo, algunas mujeres bebían sal de cobre disuelta en agua. La creencia era que esta bebida evitaría la concepción durante todo un año, pero, en realidad, este era un método ineficaz y peligroso para la salud.

5. Se teñían el cabello con mezclas extrañas

La colores más populares de cabello eran el rubio, el negro y el pelirrojo. Usaban ingredientes que aún hoy son comunes, como la henna, pero también empleaban algunos componentes extraños. Por ejemplo, para teñir el cabello de color oscuro, utilizaban una mezcla de sanguijuelas con vinagre que dejaban fermentar durante dos meses antes de usar.

Pero si se quería aclarar el cabello, bastaba con usar estiércol de paloma. Aunque algunos ricos, como el emperador Cómodo, eran más ostentosos y se empolvaban el cabello con polvo de oro.

6. Las mujeres también peleaban como gladiadoras

Puede que gracias a las películas estemos acostumbrados a la imagen masculina de los valerosos gladiadores. Pero en el siglo I a. C. era común ver a las mujeres luchando como gladiadoras, hasta que su participación fue prohibida por el emperador Septimio Severo.

7. Se bañaban con aceite

Con ayuda del estrígil, los antiguos romanos removían la suciedad de su cuerpo. Pues a diferencia del jabón, que es posible enjuagar, era necesario raspar el aceite con esta herramienta.

8. La uniceja era un rasgo muy valorado por las mujeres

Mucho antes de que Frida Kahlo popularizara la uniceja, en la antigua Roma ya la consideraban un atributo envidiable, pues se creía que la poseían las mujeres más inteligentes y codiciadas. Era tanto su aprecio por la uniceja que quienes no la tenían naturalmente se la maquillaban con pintura negra.

9. Para casarse debían “raptar” a la novia

La mayoría de las bodas romanas se celebraban en junio en honor a Juno, la antigua diosa del parto y el matrimonio. La tradición consistía en que el novio tenía que simular arrebatar a la novia de los brazos de su madre, para que las deidades guardianas del hogar creyeran que la novia no los estaba abandonando voluntariamente.

Tan pronto como la pareja entraba a la casa del novio, se los consideraba casados. Pero antes de eso, para que los asistentes visualizaran la consumación del matrimonio, el novio partía una hogaza de pan sobre la cabeza de la novia.

10. Creían que el excremento de jabalí era medicinal

Los aurigas, es decir, las personas que conducían el vehículo tirado por caballos en las carreras de carros, solían hacer uso de un ungüento peculiar. Utilizaban el excremento de los jabalíes salvajes para tratar las heridas y los moretones, pues creían que tenía propiedades mágicas curativas.

De hecho, había quienes lo dejaban secar para consumirlo como un polvo en sus bebidas, ya que se decía que de esta forma se curaban las quebraduras y los esguinces. De acuerdo con la creencia, las heces eran más efectivas si se hervían con vinagre.

Si pudieras viajar en el tiempo, ¿a qué época irías? ¿Qué es lo que más te gustaría conocer?

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