10 Ocasiones en las que llovieron cosas insólitas (la número 6 nos encantó)

Curiosidades
hace 4 años

Cuando llueve mucho suele decirse: “están lloviendo sapos”. Fuera de broma, eso sucedió de verdad. Y no solo cayeron sapos, ya que otros objetos y sustancias extrañas llovieron del cielo, los cuales nada tenían que ver con agua. Hay relatos que afirman la existencia de tales fenómenos, algunos sin explicación lógica alguna. Eso prueba que, en este viejo mundo, ¡puede pasar cualquier cosa!

Ver llover algo que no sea agua debe ser una experiencia increíble, o aterradora, dependiendo de lo que caiga del cielo. Es por eso que Genial.guru recopiló para ti 10 casos en los que llovieron cosas muy inusuales, desde ranas hasta crema.

1. Lluvia de peces y ranas

Sucedió en 2009, en una localidad japonesa. Los habitantes encontraron esparcidos por todas partes peces y ranas. Campos, jardines y techos estaban llenos de carpas, renacuajos y otras criaturas marinas. ¿De dónde provenía esa extraña lluvia? Según parece, todo sucedió debido a las trombas marinas que suelen darse por allí.

La fuerza de la tormenta absorbe todo lo que encuentra en la superficie del mar, como si fuera un embudo invertido, y lo eleva a través de la atmósfera, haciendo que cosas inusuales literalmente “lluevan” sobre las personas. Esto también pasó en un pequeño poblado australiano, Lajamanu. Allí, en tres ocasiones han llovido peces. El culpable de semejante fenómeno fue el mismo que en Japón: una tromba marina.

2. Lluvia de... ¿jalea escocesa?

Un día, hace algunos años, los campos escoceses amanecieron cubiertos de una extraña sustancia con forma de pequeñas estrellas y consistencia de jalea. Los pobladores enseguida la llamaron “jalea de estrellas”. Sin embargo, los científicos no lograron ponerse de acuerdo sobre qué era realmente.

Lo curioso es que todas las muestras tomadas para su examen se desvanecieron en poco tiempo. Así que todavía no se sabe qué fue lo que llovió esa peculiar mañana en Escocia.

3. Lluvia de latas de refresco

Justo el día en el que Estados Unidos celebraba su independencia, el 4 de julio de 1995, llovieron latas de refresco sobre la ciudad de Keokuk, Misuri. Ese mismo día, pero a 250 kilómetros, en Moberly hubo una fuerte tormenta que derivó en un tornado.

Los vientos levantaron varias cajas de refrescos y las arrastraron hacia el norte. Mientras los ciudadanos festejaban el 4 de julio, fueron sorprendidos por una lluvia un tanto pesada y dolorosa. Solo basta con imaginar lo doloroso que debe ser que te caiga una lata desde el cielo, aunque sea gratis.

4. Lluvia de nieve con sabor a sandía

Las preciosas montañas de Colorado, en Estados Unidos, suelen recibir una lluvia atractiva y deliciosa: la nieve de sandía. Si, ciertos sectores montañosos se ven cubiertos de nieve de color rojo con aroma a esa fruta.

Los expertos dicen que la responsable de dicho fenómeno es un alga microscópica llamada Chlamydomonas nivali. En cada centímetro cuadrado hay millones de estas plantitas, las cuales, juntas, vuelven roja a la nieve. Se puede ver esta atípica lluvia cuando termina la primavera.

5. Lluvia de gelatina no comestible

En 2012, en Dorset, Reino Unido, un azorado vecino llamado Steve encontró en su patio unas raras bolitas de lo que parecía ser gelatina azul. Esto sucedió después de una tormenta de granizo. Guardó algunas en la nevera para que fueran examinadas, pero no era necesario hacer eso, pues no se derretían a temperatura ambiente.

El señor pensó que posiblemente eran huevos de algún pez que las aves habían llevado hacia su patio. Sin embargo, las pruebas determinaron que se trataba de poliacrilato de sodio, o esas bolitas de gel que se ponen en los pañales o en las macetas. Lo que hasta ahora no se sabe es cómo llegaron hasta el jardín, por lo que el misterio sigue siendo investigado.

6. Lluvia de dinero

El sueño de todos es ver llover dinero. Bueno, eso pasó por lo menos tres veces en la historia. En 1957, en la ciudad francesa de Bourges, llovieron miles de billetes de 1 000 francos. En 1975 sucedió algo parecido en Chicago, Illinois, cuando llovieron billetes de un dólar por un total de 588.

En otra ocasión, en 1968, una pequeña ciudad de Inglaterra vio, o, mejor dicho, escuchó llover monedas. Un testigo afirma que cayeron en suaves ráfagas dispersas durante quince minutos. Lo raro era que los centavos estaban abollados, por lo que se convencieron de que cayeron desde gran altura, aunque no había edificios altos ni aviones que circularan por esa zona.

7. Lluvia de pegajosas lombrices y gusanos

Un plácido y soleado 4 de marzo de 2011, mientras unos alumnos tenían una clase de futbol en el patio de una escuela en Escocia, comenzó a caer una pegajosa lluvia de lombrices de tierra. El maestro recogió algunas para que fueran examinadas. Los científicos no saben por qué razón aconteció semejante fenómeno, ya que no se trataba de una broma de mal gusto, pues no había edificios altos en los alrededores. El misterio aún no ha sido resuelto, y lo curioso es que lo mismo sucedió en Noruega.

En cambio, en 2007, en la ciudad de Luisiana, una pobre mujer fue víctima de una espantosa lluvia de gusanos. En este caso, si había una explicación, al menos. Esa ciudad es propensa a los tornados. De hecho, se había avistado uno cerca del lugar. Los fuertes vientos seguramente levantaron a los pobres gusanos del suelo, dejándolos caer sobre la indefensa señora.

8. Lluvia de pelotas de golf

Los fanáticos del golf vieron su sueño cumplido cuando una mañana de 1969 llovieron pelotas por toda la ciudad de Punta Gorda, Florida. Otra vez, el clima fue el responsable de tal evento.

Los meteorólogos explicaron que esa región, que se encuentra en la costa occidental del golfo de Florida y tiene muchísimos campos de golf, seguramente había experimentado un tornado que absorbió un estanque lleno de pelotas. Cuando la fuerza del viento disminuyó, estas cayeron sobre las calles de la ciudad.

9. Lluvia de arañas

No sucedió en una película de terror, sino en la vida real. Un día, un joven automovilista vio llover arañas. Este escalofriante evento tuvo lugar cerca de Sao Pablo, Brasil.

Según los expertos, no es algo sorprendente. La araña Parawixia bistriata cuelga sus telas sobre las copas de los árboles a gran altura. Un viento fuerte puede desprenderlas y dejarlas caer, con arañas y todo. Eso fue lo que le tocó vivir al pobre muchacho y a su familia.

10. Lluvia de crema

En 1969, en la ciudad de Chester, Carolina del Sur, llovió crema del cielo. Allí, el clima no fue la excusa, si no la fábrica Borden de crema no láctea en polvo. Sus respiraderos fallaban una y otra vez, y, cada vez que se obstruían, lanzaban al aire bocanadas de crema en polvo.

El problema fue que, un día, esa crema se mezcló con lluvia y rocío, convirtiendo a la ciudad en un pegajoso desastre nada tentador. Por supuesto, la compañía Borden solucionó el desperfecto cuanto antes, aunque recibió una multa de 4 000 USD por “liberar crema más allá de los límites de la fábrica”.

¿Alguna vez has vivido una experiencia similar? ¿Qué te gustaría que lloviera, que no sea dinero, en tu ciudad? Por favor, ¡déjanos saber! Te esperamos en la sección de comentarios.

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