6 Atracciones falsas que engañan a millones de turistas

Curiosidades
hace 5 años

En 2017, las atracciones más populares del mundo en Instagram fueron varios Disneylands. La gente está feliz de sumergirse en ese mundo mágico, sabiendo muy bien que es completamente ficticio. Pero muchos otros viajeros buscan acercarse a la historia real. Sin embargo, sin saberlo, reciben un cuento muy bien envuelto.

Genial.guru encontró 6 destinos turísticos populares que, tras observarlos más de cerca, resultaron ser falsos.

Los amantes de los sitios antiguos tendrían que prestar atención a las Piedras de Callanish, un edificio religioso ubicado en el noroeste de Escocia. Este es el megalito más grande de Gran Bretaña. Y, a pesar de que sus rocas son más pequeñas que las de Stonehenge, nadie las ha reconstruido, y la multitud de turistas no te impedirá ver todo en detalle.

1. Castillo de Drácula

El conde Drácula se convirtió en la principal marca turística de Rumania. Allí incluso se organizan excursiones y se brinda alojamiento en el palacio del legendario vampiro para una multitud de viajeros. El castillo de Bran fue elegido residencia de esta figura, el cual se ubica a 30 km de la ciudad de Brasov. El edificio es, por supuesto, pintoresco, pero no tiene nada que ver con el propio Vlad, el Empalador. En el mejor de los casos, se alojó ahí un par de veces durante la época de cacería.

A los fanáticos de Drácula se les recomienda visitar la ciudad rumana de Sighișoara. Fue allí donde nació el príncipe de Valaquia y Transilvania. En la casa donde Vlad llegó al mundo, ahora se ubica un restaurante. Pero queremos advertirles algo a los fanáticos de los vampiros: Drácula se convirtió en dicha criatura recién en el siglo XIX, de la mano del escritor Bram Stoker. Antes del lanzamiento de la novela popular, el príncipe tenía mala fama solo entre los turcos, con quienes luchaba ferozmente por la liberación de los Balcanes.

2. Troya

Las ruinas de la antigua ciudad de Troya son una de las principales atracciones turísticas de Turquía. Estas, ubicadas en la colina Gissarlyk, fueron descubiertas por Heinrich Schliemann, quien realizó excavaciones arqueológicas allí. Pero, al mismo tiempo, guardan silencio sobre el hecho de que este sujeto no era un arqueólogo profesional y fue objeto de críticas implacables de los especialistas contemporáneos. Nunca pudo demostrar a la comunidad científica que había encontrado exactamente la ciudad-estado glorificada por Homero.

Más tarde, los científicos descubrieron que la capa encontrada por Schliemann es mil años más antigua que Troya. Entonces, incluso si el arqueólogo aficionado adivinó la ubicación de la ciudad, la destruyó con su trabajo.

3. Grandes pirámides de Bosnia

En 2005, el arqueólogo autodidacta de Bosnia, Semir Osmanagich, declaró que había descubierto pirámides en su país natal. Además, según él, eran mucho más antiguas que las egipcias y fueron hechas mucho más hábilmente: con la ayuda de una sustancia parecida al hormigón. El bosnio anunció el inicio de las excavaciones a las que asistieron muchos entusiastas como él. Un año después, el equipo de Osmanagich declaró que se encontraron bloques hechos por el hombre en la base de la Montaña Visochitsa, que realmente parecían ser de una pirámide.

Las autoridades locales no tardaron en apoyar el suceso para aumentar la llegada de turistas al lugar. La versión de Osmanagich fue confirmada incluso por el Instituto de Construcción de Sarajevo y el Instituto de Geodesia de Bosnia. Sin embargo, la comunidad científica mundial, después de haber estudiado Visochitsa, llegó a la conclusión de que la montaña es una formación geológica natural, y la intervención humana en esos lugares se limita al trabajo del propio Osmanagich. Sin embargo, muchos creen que los científicos guardan silencio sobre el mayor descubrimiento de las estructuras más antiguas hechas por el hombre en el mundo, y con mucho gusto viajan para ver esa “maravilla”.

4. Complejo arquitectónico Bibi-Khanym, el corazón de Samarcanda

La gran mezquita Bibi-Khanym, ubicada en Samarcanda, fue construida por orden del legendario guerrero Tamerlán a finales de los siglos XIV — XV, en honor de una exitosa campaña militar en la India. El edificio de culto, que lleva el nombre de la querida esposa del gobernante, está decorado con azulejos y mármol, y es una de las principales marcas turísticas de Uzbekistán.

A partir del siglo XIX, Bibi-Khanym comenzó a destruirse a causa de terremotos. En la época soviética, solo quedaban ruinas del complejo arquitectónico. La restauración del monumento comenzó a fines del siglo XX, y ahora recibe a turistas bien preparado. Pero es cierto que muchos viajeros se van decepcionados de Uzbekistán, creyendo que, en lugar de antigüedades orientales, les ofrecieron un edificio nuevo. Y un arquitecto francés, Jean Roth, incluso calificó el trabajo de los recreadores que trabajaron en la restauración de la mezquita como una barbaridad que puede ser comparada con las acciones de los talibanes en relación con los monumentos budistas.

5. La momia de la princesa de Altái

Una de las principales atracciones de Altái es la momia de la princesa que fue encontrada en la meseta de Ukok. Los chamanes locales la consideran la progenitora de toda esa gente, llamada Kydyn, e insisten en que el cuerpo de la chica sea devuelto del museo a la tumba. Todo esto a raíz de la creencia de que, mientras los científicos sigan profanando el cuerpo, las desgracias perseguirán a Altái.

Pero los científicos, a su vez, calmaron a los vecinos de Altái que creen en eso. La chica encontrada no puede ser la princesa porque pertenecía a una raza caucásica y, muy probablemente, a la clase media. Por ende, considerarla un miembro de la realeza no es del todo correcto.

6. Estatuas de la Acrópolis de Atenas

La Acrópolis de Atenas es uno de los monumentos antiguos más famosos, cuya historia comienza un milenio y medio antes de Cristo. Al principio, era solo una colina fortificada con piedras, pero luego apareció un complejo de templos con estatuas de antiguos dioses griegos. Ahora, muchos de estos son ruinas pintorescas, pero los monumentos se conservan muy bien.

Sin embargo, son falsas. El hecho es que, en lugar de las esculturas antiguas en Atenas, a los turistas se les muestran copias. Las originales, hechas en el siglo XIX, fueron llevadas por el embajador británico al Imperio Otomano (el cual incluía a Grecia). Esto se hizo para preservar los monumentos de arte antiguo. Ahora podrían volver a su tierra natal ya que nada las amenaza, pero aún están almacenadas en el Museo Británico, y nadie tiene prisa por devolverlas.

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