Por qué sentimos ternura al ver bebés, animales y hasta a personas con rasgos más juveniles

Curiosidades
hace 3 años

¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando piensas en algo lindo y tierno? Lo más probable es que sea un bebé de cualquier especie. Estudios han determinado qué es exactamente lo que te hace sentir tan atraído cuando ves algo adorable. También demostraron que la ternura no es algo solamente visual; de hecho, puede ser una de las fuerzas que dan forma al comportamiento y nos hacen más compasivos.

Genial.guru te hablará sobre los motivos por los cuales sentimos tanta ternura al ver bebés de varias especies.

Por qué preferimos ver caras de bebés

Investigaciones de la Universidad de Oxford demostraron que las personas prefieren mirar caras de lindos bebés a rostros de adultos. Incluso los mismos niños las prefieren. La ternura afecta a todo tipo de personas y nos estimula a la acción. Siempre que sea una cara de bebé o cualquier objeto lindo, la gente se tomará el tiempo que sea necesario para verlo.

En los adultos, una parte del cerebro (corteza orbitofrontal) se activa rápidamente después de ver la cara de un bebé. Esta zona está involucrada con las emociones y placeres, por lo que su activación rápida puede explicar en parte cómo los pequeños logran absorber completamente nuestra atención.

La ternura hace que perdamos la concentración

Los bebés, tanto humanos como de animales, son unas de las cosas que hacen que perdamos la concentración con mayor facilidad. Al verlos, llegan directamente como prioridad a nuestro procesamiento cerebral, dejando que el resto de los pensamientos queden en un segundo plano. Esto los vuelve difíciles de ignorar, e incluso antes de darnos cuenta de que son bebés, ya captan nuestra atención por completo.

Qué hace que la ternura sea un mecanismo de defensa

No solo se ven lindos con ojos grandes y aromas cautivadores. Los bebés o cachorros reúnen estas cualidades estéticas como mecanismo de defensa, ya que permiten que nos atraigan, despertando en nosotros sentimientos como la compasión. De esta forma, aseguran y activan el instinto de crianza por su constante necesidad de atención y cuidados.

La ternura puede facilitar el bienestar

La ternura activa las redes cerebrales asociadas con la emoción y el placer. Estas pueden desencadenar la empatía y la compasión, llegando a facilitar el bienestar y las relaciones sociales complejas. Un buen ejemplo puede ser cuando vemos a animales con rasgos juveniles, como los perros o gatos con ojos grandes, nariz pequeña y barbilla hundida. También podemos sentir este afecto por adultos con características similares y por objetos como los ositos de peluche.

La ternura te despierta las ganas de aprender a cuidar bebés o animales

La ternura también activa una respuesta que se presenta más lentamente. La atención rápida inicial desencadena un procesamiento más lento en grandes redes cerebrales. Esta actividad cerebral tiene que ver con los comportamientos complejos relacionados con la vinculación y el cuidado (características de la paternidad).

El cuidado de un bebé requiere habilidades que necesitan de tiempo para mejorarse y perfeccionarse, y esta experiencia va cambiando lentamente el cerebro del cuidador. Este tipo de comportamiento no puede adquirirse de forma veloz e instintiva, como sucede con la reacción rápida a la ternura.

¿Qué sientes cuando ves a un bebé o algo muy tierno? ¿Eres de las personas a las que les gusta apretar o abrazar aquello que les parece adorable?

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