10 Datos sobre la tribu guerrera que lucha por no desaparecer, los maoríes

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hace 1 año

Sumergirse en la fascinante cultura maorí es adentrarse en un universo de tradiciones y valores arraigados a la tierra y la naturaleza. A lo largo de los siglos, este enigmático pueblo ha tejido una red de mitos, costumbres y conocimientos transmitidos de generación en generación. Desde misteriosos rituales hasta su sorprendente cosmovisión, hoy desvelaremos algunos de los pilares fundamentales de esta ancestral civilización.

1. Cuál fue el origen de los Maoríes

Según la mitología maorí, sus ancestros eran originarios de Hawaiki, una mítica isla desde la que partieron en siete canoas. Cada canoa dio origen a los siete primeros clanes que se establecieron en Nueva Zelanda y desarrollaron su cultura a lo largo de los siglos. Su sociedad se organizó en tribus, con un fuerte enfoque en la tradición oral, la espiritualidad, la navegación y la conexión con la tierra. Aunque su origen real sigue siendo tema de debate entre los especialistas.

La isla Hawaiki nunca se ha podido localizar. La evidencia arqueológica sugiere que los maoríes tienen su origen en poblaciones polinesias que emigraron desde otras islas en un viaje largo y arriesgado. Su llegada a las costas representó un momento crucial en la historia de la población humana de la región. Se cree que los maoríes fueron los primeros habitantes de Nueva Zelanda, ya que no existe ninguna prueba de que hubiera habido asentamientos humanos anteriores a ellos.

2. No se saludan ni con un apretón de manos, ni con besos

El saludo físico tradicional maorí se llama hongi. Es un gesto de saludo y bienvenida que implica el toque de frente y nariz entre dos personas. El hongi, es una parte muy importante de la cultura maorí y se realiza en ocasiones especiales, como en reuniones formales, bienvenidas o ceremonias. Ambas personas acercan sus cabezas para tocar sus frentes una con otra y luego sus narices.

Este acto simboliza la unión de dos espíritus y la compartición del aliento vital, demostrando así respeto, amistad y lazos entre las personas. Hay que tener en cuenta que el hongi es una costumbre significativa y esencial para la cultura maorí, por eso es recomendable entender su importancia antes de intentar hacerlo con un nativo. Si no estamos seguros de cómo, es mejor esperar a que sea él o ella quien nos invite a hacerlo o simplemente usar el saludo típico verbal: Kia ora, en su lugar.

3. Pueden “leer” la información de otro maorí en sus tatuajes

Los tatuajes maoríes, llamados tradicionalmente ta moko, tienen un rol muy significativo en la cultura maorí. Para ellos, un tatuaje no es un adorno corporal; es una forma de expresar la identidad, el estatus y la historia de una persona dentro de la comunidad. Pueden hacerse en el rostro, los muslos, las nalgas o la espalda, y se realizan en un entorno ceremonial con ritos y oraciones, utilizando cinceles de hueso afilados y pigmentos naturales.

Sus diseños, además de complicados, son únicos para cada persona y son creados por tatuadores expertos, figuras muy respetadas dentro de la tribu. Antiguamente, estos tatuajes servían para identificar a los miembros de la comunidad, como si fuera una especie de “documento de identidad” moderno. Mostraban información vital del individuo, como a qué grupo tribal pertenecía, su genealogía y los desafíos superados o logros alcanzados.

4. Su idioma está en peligro de extinción

Te reo Māori es el nombre maorí para el idioma maorí. Es una lengua polinesia que ha sido hablado por los maoríes durante siglos y es parte esencial de su cultura y patrimonio. “Te reo” se traduce como el idioma y “Māori” hace referencia al pueblo que lo habla, por lo tanto, significa literalmente; el idioma maorí. Actualmente, esta lengua está en peligro de extinción debido a la colonización y la asimilación cultural que derivaron en a una importante disminución de su uso.

Desde entonces, el gobierno de Nueva Zelanda, organizaciones maoríes y activistas, hicieron grandes esfuerzos para preservar, y promover, el uso su lengua nativa. Se implementó el idioma en el sistema educativo, se fomentó su enseñanza y aprendizaje en las comunidades y la vida cotidiana, y se promocionó su revitalización en los medios de comunicación. Aunque no ha habido grandes avances, los maoríes, como guerreros que son, siguen luchando para que el Te reo Māori no desaparezca.

5. El haka no es solo una danza de guerra

Si bien el haka maorí es una antigua danza, es un ritual esencial dentro de su cultura. Es conocido por su fuerza, pasión y energía, y se caracteriza por movimientos vigorosos, expresiones faciales sumamente intensas y el uso gritos fuertes. Sus gestos, desde golpes de pecho o en los muslos, hasta pisotones en el suelo y movimientos de manos desafiantes, tienen un importante significado.

Entre sus propósitos está demostrar valentía y fuerza para la batalla, para impresionar al enemigo, y mostrar respeto a los antepasados y ancestros. El haka refleja la identidad, historia y espíritu guerrero de los maoríes. Ha conseguido capturar la atención internacional, principalmente a través del deporte, donde los equipos de diversas disciplinas, tanto masculinas como femeninas, de Nueva Zelanda suelen ejecutar esta danza frente a sus rivales antes de comenzar sus partidos.

6. Tradicionalmente, cocinan su comida bajo tierra

Los maoríes tienen una tradición culinaria única llamada hangi, en la que cocinan los alimentos bajo tierra. Es un antiguo método de cocción que ha pasado de generación en generación y tiene valor tanto cultural, como espiritual para ellos. Se considera una forma de conectar con la tierra y con los antepasados, por eso, se realiza en ocasiones especiales, celebraciones y otros eventos importantes.

Primero, se cava un hoyo en la tierra y se calienta mediante la quema de piedras volcánicas y madera. Una vez que las piedras están muy calientes, los alimentos se colocan en una cesta de mimbre que se mete en el hoyo sobre las piedras. Por último, se cubre con paños húmedos y se sella con tierra. Los alimentos se cocinan lentamente al vapor gracias al calor generado por las piedras calientes. El resultado es una comida saludable y llena de sabores ahumados.

7. La piedra de jade era un verdadero tesoro para ellos

El jade, conocido como pounamu en maorí, es una piedra preciosa que tiene gran importancia para el pueblo maorí. Es muy valorada y se encuentra principalmente en la región de la Isla Sur de Nueva Zelanda. Ellos la consideran un tesoro espiritual, ya que creen que tiene poderes especiales y propiedades divinas, por eso se utiliza habitualmente en rituales y ceremonias religiosas.

Los jefes llevaban adornos de piedras de jade para mostrar su poder. Eran tan valiosas que incluso se empleaban como moneda cambio, a modo de regalo, para sellar alianzas y mostrar respeto. También como materia prima era muy importante para los maoríes, tallando el jade hacían herramientas y utensilios, como cuchillos, anzuelos, hachas, y adornos para el pelo o joyas.

8. Enterraban a sus muertos dos veces

Los maoríes, también tienen una tradición única para velar a sus muertos. Aunque las prácticas funerarias pueden variar según la tribu, muchas llevaban a cabo lo que se conoce como un “entierro secundario”. Este desentierro del ataúd, y segundo entierro, se realiza después de pasado un período de tiempo de doce meses desde el entierro inicial.

Es una forma de cumplir con las tradiciones ancestrales y asegurarse de que los antepasados sean honrados de manera apropiada. Creen que el entierro secundario permite que el espíritu del difunto se reúna con sus antepasados en el más allá. En ocasiones, también puede ser parte de un proceso para renovar el lazo de la familia con la tierra y fortalecer la conexión con sus raíces culturales.

9. Su característica representativa: sacar la lengua

Uno de los gestos más conocidos del pueblo maorí de Nueva Zelanda es su costumbre de sacar la lengua. Los maoríes siempre fueron un pueblo guerrero, y durante las batallas, empleaban tácticas para atemorizar a sus oponentes, poner caras feas era una de ellas. Este tipo de gesticulación se llama en maorí pukana. Ambos sexos pueden abrir muy grandes los ojos, pero sacar la lengua, está reservado para los hombres, mientras que las mujeres pueden enseñar sus dientes o su mentón.

Un maorí dijo al respecto: “Cuando era niño, muchas veces tenía miedo o timidez. Entonces, mi padre me miraba y me decía: ’Eres maorí, eres duro, eres fuerte, muéstrame tu pukana’. Y ponía esa terrorífica cara que había visto hacer a los adultos tantas veces. Hacerlo me daba coraje, me envalentonaba. A día de hoy sigo haciéndolo cuando necesito recordarme a mí mismo y a los demás que soy fuerte y merezco el éxito”.

10. El embarazo y el parto

Al redor del embarazo surgían varios rituales tradicionales llevados a cabo a través de curanderos y sabios. Abarcaba desde tratar la infertilidad y las posibles complicaciones en el embarazo, hasta buscar la anticoncepción en el caso de mujeres que no deseaban tener más hijos. Respecto al parto, era tradicional enterrar la placenta tras el alumbramiento, para “devolvérsela” a la madre tierra.

A su vez, el nuevo miembro de la tribu, el recién nacido, llegaría poseído por el tapu de su madre. El concepto de tapu se refería a una especie de aura o fuerza espiritual. Para liberarlo de esta influencia, el curandero, a través de una ceremonia ritual, tenía que restablecer el equilibrio espiritual del bebé. Todas estas prácticas reflejan que los maoríes eran una colectividad muy espiritual, con una conexión realmente profunda con sus ancestros, el cosmos y la naturaleza.

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