10 Cosas que tenemos en casa que podrían causarnos más ansiedad que las facturas sin pagar

Consejos
hace 2 años

Tu hogar debería ser tu refugio sin importar nada. De hecho, muchas veces se confunde la idea de tener una casa impecable o perfecta con la de poseer una que sea armónica. Lo cierto es que es imposible tener una vivienda ordenada todo el tiempo, pero sí que se puede contar con un hogar relajado sin necesidad de poseer cosas lujosas. El secreto está en simplemente eliminar lo que te genera estrés.

En Genial.guru te traemos una guía muy sencilla sobre objetos que podrían estar detonando tu ansiedad sin que te des cuenta.

1. Las cosas de tu ex

Si todavía tienes colgado el suéter de tu ex en el perchero, o su taza de café está en un gabinete de tu cocina, es hora de que hagas una limpieza. Las cosas de relaciones pasadas pueden hacerte sentir triste, deprimido o ansioso. Piensa en eliminar estos elementos si te están causando más asociaciones negativas que positivas.

Romper con tu pareja nunca es fácil, especialmente si conviviste con ella. Pero un signo de fortaleza mental y emocional es saber decir adiós, incluso a objetos que nos traen recuerdos.

2. La temperatura de la ducha

Para muchas personas, tomar una ducha en la mañana es cosa de rutina. Pero hay algunos a los que les gusta ducharse con agua tibia o demasiado caliente y aprovechar ese momento para pensar en cosas que suelen ponerlos más ansiosos que relajados.

Quizá sea buena idea ser más conscientes de las sensaciones físicas en la ducha (agua tibia + vapor + limpieza) para eliminar el estrés de prepararse antes de salir de casa, o también probar champús y jabones con un aroma distinto al habitual para crear una nueva experiencia.

3. Pilas de facturas o documentos

Acumular papel nunca es una buena idea, sobre todo aquel que te recuerda instantáneamente lo abrumado que te sientes con respecto al dinero. Es decir, facturas, recibos, tickets, cualquier cosa pendiente de pago.

En lugar de eso, limpia y organiza para prepararte para el día siguiente. Separa tus facturas y tus pendientes por la fecha de urgencia, por ejemplo, aquellos con los que tienes que lidiar hoy, los próximos días y la próxima semana. Los que ya pasaron simplemente deben irse al reciclaje.

4. Correos electrónicos sin mirar

Gestionar los correos electrónicos es una tarea que a menudo olvidamos. Muchas veces, el e-mail del trabajo nos trae mucho estrés. Ver la bandeja de entrada llena puede ocasionar ansiedad simplemente por no saber qué habrá en cada uno de esos mensajes.

Además, solemos tener en contra el factor tiempo, pues un día laboral a veces no alcanza para resolver todos los pendientes, algo que hace que la ansiedad siga creciendo. Por ello, es mejor planificar momentos específicos de tu jornada laboral para revisar tu bandeja de entrada y asignar tiempos precisos para la lectura de los correos.

5. Notificaciones en el celular

En temas de lo digital, las notificaciones en el teléfono también pueden ser detonantes de un día de estrés. Muchas aplicaciones tienen un constante flujo de mensajes. Todos esos pings son especialmente problemáticos para quienes tienen una mayor sensibilidad al ruido, puesto que pueden llegar a sentirse abrumados por la constante necesidad de revisar el teléfono.

Limpia tu celular y elimina las aplicaciones que no usas o que no te generan alegría. Luego, ve cuáles de estas pueden tener las notificaciones desactivadas sin mucho problema, como las redes sociales, por ejemplo.

6. El sonido del timbre

Si bien los timbres de las puertas no fueron hechos para causar pánico, en algunas personas esto sí se produce. Es posible que quienes tengan un trastorno de ansiedad se asusten al oír el sonido del timbre, a veces porque no esperan visitas o porque se les presenta un asunto que deben resolver, como recibir un paquete.

La ansiedad provoca asumir que se está en problemas o que alguien malo está al otro lado de la puerta, en lugar de pensar que podría ser una visita amistosa. Y si a esto sumamos que hay perros a los que el sonido del timbre los pone a ladrar... Pregúntate si el que tienes es demasiado fuerte o no te gusta su sonido. Ahora hay aplicaciones que envían una alerta en el teléfono cuando alguien está en la puerta, lo cual hace de este momento algo más sencillo de sobrellevar.

7. El motor del refrigerador

Algunas personas pueden sentirse molestas frente a los sonidos constantes. La ansiedad por ruido se caracteriza por una sensibilidad extrema a este. Las personas que la padecen sufren una variedad de emociones relacionadas con el estrés, las cuales pueden ir desde una sensación general de inquietud hasta la agresión.

Vivir con ansiedad por ruido puede ser extremadamente frustrante; por lo general, ciertos sonidos fuertes o prolongados pueden detonarla. Por ello, si el ruido constante de tu refrigerador está causándote dolores de cabeza, haz que un técnico lo revise y arregle aquello que pueda estar provocándolo.

8. Aromas

Cuando pasamos demasiado tiempo dentro de casa, no somos conscientes del aroma que esta tiene. A veces damos por hecho que limpiar de vez en cuando es suficiente. Pero los olores de una comida recién hecha o de la basura acumulada en la cocina pueden interferir en nuestros estados emocionales.

Según un estudio, las personas con ansiedad tienen un mejor sentido del olfato cuando se trata de detectar una amenaza peligrosa. Por lo que existe una conexión más fuerte entre las partes emocional y sensorial del cerebro en respuesta a los olores negativos. Por ello, intenta tener elementos aromáticos, como velas o ambientadores, para proporcionar a tu hogar un aroma relajante. Las esencias de vainilla, lavanda o naranja son excelentes para ello.

9. Trastos de más en la cocina

Para limpiar una casa, hay que empezar por su corazón. Organizar la cocina también puede ser beneficioso, pues el desorden a menudo nos recuerda lo ocupados que estamos. Esto puede ser un doble golpe, porque, si bien el lío te pone ansioso, también lo hace la idea de deshacerte de las cosas.

Para hacer que tu cocina sea más relajada y espaciosa, es posible que necesites la ayuda de alguien más. Contar con otra persona puede ser buena idea, pues resolverá la desafiante tarea que representa para ti deshacerte de objetos que, aunque tengan un valor sentimental, quizá ya no necesitas.

10. Color incorrecto en tu habitación

Los tonos se activan para las personas de varias maneras, según la psicología del color. Presta atención a cómo te hacen sentir las diferentes tonalidades y mira cómo influyen en ti una vez que las colocas en tu hogar.

Los colores demasiado vibrantes, como el rojo o el naranja, no son una buena idea para tu habitación, por ejemplo. En cambio, los tonos neutrales, como el blanco y el gris, o los pasteles, como el azul cielo, ayudan al descanso.

¿Qué otras cosas te estresan en tu propia casa? ¿Cómo te gustaría cambiarlas?

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