10 Hechos controversiales sobre los incas que nos transportan hasta su cultura
En el pasado existieron costumbres que podrían darle una sacudida a nuestra mente si las comparamos con las actuales, desde cómo se criaban los niños hasta las labores que hacía una mujer embarazada. Ese es el caso de la civilización inca, que nos recuerda que lo que ahora nos parece extraño, en ese entonces, y en esa cultura, era su cotidianidad.
1. Las mujeres no paraban sus labores durante el embarazo
Durante esta etapa, las mujeres incas no recibían ningún seguimiento o trato especial. Lo único que se realizaba era un ritual para que tuvieran un buen embarazo. Ellas seguían con sus labores en el campo, el cuidado de los hijos y de la casa.
Eso sí, tenían algunas creencias sobre las cosas que no podían hacer por supersticiones; por ejemplo, sentarse con la región lumbar en dirección al sol, porque creían que la placenta se podía pegar al útero y dificultar el parto. También se evitaba que vieran a personas enfermas, heridas o fallecidas porque podría causar —pensaban— que su hijo naciera delgado o monstruoso.
2. Algunas mujeres daban a luz solas
Existen distintas versiones sobre cómo se llevaba a cabo el parto. Una de ellas señala que la mujer se colocaba bocabajo, con las manos en el suelo, sobre cuatro. La partera se colocaba detrás de la mujer para poder sacar al bebé desde ese ángulo. Posteriormente, la mujer se quedaba en reposo por ocho días.
Por otra parte, también existe la idea de que las mujeres daban a luz en donde se encontraran, ellas mismas cortaban el cordón umbilical, se enjuagan y luego limpiaban al bebé rociándolo con un sorbo de agua que ellas tomaban.
Además, la alimentación de los bebés se basaba en la leche materna, y esta se prolongaba hasta después de un año, por lo que las madres traían prendados a sus niños de los senos. Incluso existían mezclas que, según sus tradiciones, alargaban esta producción de leche. Algunas opciones eran las infusiones de hojas de camote, jugo de choclo tierno, entre otras.
3. Tener mellizos ocasionaba toda una celebración
Los incas llamaban “huaca” a lo que consideraban que se salía del curso normal del nacimiento, como que una mujer tuviera mellizos. Cuando eso ocurría, la mujer era llevaba a las calles con una corona de flores y se le hacía una gran fiesta, ya que se la veía como una mujer con gran fertilidad.
4. Solo los hombres utilizaban algo similar a la ropa interior
Esta civilización tenía rituales en los que se celebraba el paso de un joven varón a la vida adulta, y estos consistían en pruebas de fuerza, valentía, destreza, entre otros. Una vez aprobadas, se realizaba una ceremonia en la que recibían el warachikuy, que significa “taparrabo, ropa interior, pantalón de bayeta”.
En ese entonces, las mujeres aún no utilizaban nada similar al calzón femenino, y solo los hombres llevaban este tipo de ropa interior.
5. Los niños solo estudiaban cuatro años
Cuando un niño llegaba a la edad de seis años, los incas le otorgaban un padrino, quien debía pertenecer al Consejo de Ancianos. Después de esto, se hacía una ceremonia en la que le cortaban el cabello, las uñas y se le daba el nombre que los padres habían elegido. Era entonces que se consideraba que el pequeño estaba listo para ganarse la vida.
En cuanto a la educación, esta se proporcionaba dependiendo de la posición que la persona tenía en la sociedad. El sistema de educación se basaba en cuatro años de estudio. El primer año estudiaban la lengua quechua; el segundo, la leyenda sobre el origen de los incas; el tercero, se les enseñaba a usar el quipu, y el cuarto año, ahondaban en la historia de la civilización y de sus normas morales.
6. No tenían lenguaje escrito
El sistema de registro que utilizaba la administración inca eran los quipus, cordones con nudos en donde se encontraba información contable. Estos se encontraban formados por una cuerda primaria y cordones colgantes. Los colores, nudos y la distancia entre estos les daba información sobre el tipo de objeto o la población que se registraba.
Los quipucamayocs eran quienes llevaban esta información que presentaba desde las unidades hasta las decenas de millares, así como datos sobre quién lo registraba. Además, el conocimiento lo pasaban de forma oral.
7. Elegían un grupo de mujeres para servir al señor Sol
Las acllas eran un grupo de mujeres seleccionadas por su singular belleza, habilidades e inteligencia para servir al señor sol, que era su dios, o al Inca, que era su gobernante. Ellas vivían en centros provinciales en edificios llamados acllahuasi. Ahí se las entrenaba en aspectos como el tejido y la religión.
En estos espacios solo vivían mujeres; sin embargo, para las tareas más pesadas contaban con personal masculino. No obstante, antes de entrar a laborar en estos sitios, ellos eran transformados para que no atrajeran a las residentes ni se acercaran a ellas.
8. Las rocas de Machu Picchu están encajadas tan perfectamente que no cabe ni una tarjeta entre ellas
No es un secreto que el acceso al santuario histórico no es sencillo. Especialistas en el tema se han preguntado por qué, en lugar de elegir un terreno firme para tener buenos cimientos, los incas eligieron una zona casi inaccesible. La Sociedad Geológica de Estados Unidos atribuye esa decisión a que en ese lugar se encuentran varias fallas geológicas.
Lo anterior, según la investigación, ofreció a los incas grandes cantidades de rocas fracturadas que, luego de un terremoto, se desplazaban, así que estas ya estaban debilitadas, lo que supondría un trabajo más sencillo para ellos al tallarlas. Por eso están encajadas de un modo tan preciso que entre ellas no se puede insertar ni una tarjeta de crédito.
9. Trataban las enfermedades mentales
Los incas no solo trataban las enfermedades físicas, sino que también usaban mezclas de elementos vegetales de la naturaleza y, en ocasiones, aplicaban algunos minerales. La depresión y la melancolía eran algunas de las afecciones que presentaban los habitantes y por las que buscaban estos remedios.
10. Las momias de los gobernantes tenían un mayordomo y eran llevadas a eventos
Cuando un soberano inca fallecía, su cuerpo debía ser momificado de manera cuidadosa para que se conservara para la eternidad. Esto debido a que eran señalados como hijos del Sol, su deidad. A estas momias se les ponían ropajes magníficos, así como oro.
Luego de los rituales funerarios, el monarca se colocaba en el palacio que había vivido y se le asignaba un mayordomo, quien se ocupaba de su alimentación, de darle de beber y cambiarlo.
Se creía que esto les garantizaría abundantes cosechas y fertilidad en el ganado. Comúnmente, las momias se quedaban en su sitio, pero a veces participaban en eventos o precesiones, así como en visitas a otros reyes.